EL SAHEL POLITICO: GRECIA
NO CULPABILIZAR AL
ENEMIGO: HACE LO QUE DEBE
El Sahel, esa franja de
tierra al sur de Sahara que cruza África de este a oeste, debe su
inhospitabilidad a causas naturales, en la que el desarrollo de la
vida es extremadamente difícil, y cuando las condiciones climáticas
se endurecen, las hambrunas debilitan a la población causando la
muerte de cientos de niños, y cuando esto ocurre, las campañas de
las organizaciones humanitarias excitan los sentimientos solidarios
de las sociedades para paliar el desastre, que la naturaleza produce,
sin embargo, el desastre que está teniendo lugar en Grecia, no es
debido a causas naturales sino que es parte de una calculada campaña
de ataque a las condiciones de vida de la ciudadanía europea, como
parte de la necesidad de someter al conjunto social más preparado
del mundo a aceptar las condiciones que los mercados quieren
imponer al noventa y nueve por ciento de la sociedad, para asegurarse
su posición de dominio en el mundo, sin que esta catástrofe buscada
y decidida, anime a la izquierda a entender, que lo que se juega en
Grecia, o en España, o lo que es igual, en Europa, no puede tener
una respuesta española o griega, porque el ataque no es contra una
nación determinada, sino contra una sociedad, la europea, que podría
acabar con el predominio del modus vivendi del
capitalismo, en el mundo.
Durante la pasada semana,
el mundo ha contenido el aliento a la espera del desenlace de las
elecciones griegas, pues el resultado podría haber introducido un
nuevo factor en el desarrollo de la crisis política del capitalismo,
porque no se trata ya de la crisis económica, sino que la crisis
económica ha desencadenado una crisis política profunda, que
no puede tener solución económica, y esto lo reflejaban dos
periódicos alemanes distintos, Die linke y Spiegel, y que han
reflejado elementos tan dispares como Estados Unidos,
enemigo del euro, Reino Unido, que no está en el
euro, y los que están en el euro, pero no están con
Merkel, todos temían el acontecimiento porque las consecuencias
suponían un escenario diferente, con diferentes factores.
La burguesía, los
mercados, formando piña han influido descaradamente en
decantar al electorado griego (ya lo hicieron cuando Papandreu amagó
con el referendum), para que votarán a favor del candidato de
continuar con los recortes, sin excusas ni pretextos, aunque,
probablemente, el electorado griego haya votado por Samaras porque no
termina de convencerse que lo que les aguarda sea más de lo mismo,
más paro, más recortes, más carestía, más penalidades y más
sufrimientos, porque esos partidos, -otra vez, la derecha, los
mercados, echan mano del PASOK para seguir apretando
las clavijas- porque lo que se juega en Grecia, que es lo mismo que
lo que se juega en España, es el futuro del capitalismo,
porque pese a los cantos de sirenas sobre la reactivación
económica, la realidad es que el capitalismo no puede crear
los millones de puestos de trabajo necesarios porque entonces
habríamos pasado a otra etapa de la historia, y esa nueva etapa
está por escribirse, porque esa nueva etapa, no puede ser, tomar
por sorpresa, a los mercados, en una elecciones
previstas, sino que debe ser el resultado de una batalla de poder
a poder entre la burguesía, el capital financiero, los mercados
y la izquierda, y esta, aún no se atreve a disputarle a los mercados
su primogenitura.
La izquierda, que
desconfía abiertamente de la socialdemocracia, se ha escondido
detrás de SYRIZA, que a diferencia de los mercados ha sido
respetuosa, cuando tendría que haberse movilizado abiertamente
apoyando a la coalición de izquierda griega, haciéndole saber a los
griegos que sabíamos que su lucha era nuestra lucha, mientras que
estúpidamente, la gente biempensante, esperaba que el triunfo de la
derecha le daría un respiro a la prima de riesgo española, y ya
están viendo, es imposible hacer retroceder a los mercados
sin enfrentarse abiertamente contra ellos, y eso lo perciben, y los
medios afines se encargan de que lo perciban, desde todos los ángulos
imaginables, la ciudadanía, que nunca se lanzará a la aventura de
jugársela sin saber a que se juega, por lo tanto, no hay que echarle
la culpa al enemigo, los mercados y sus representante, Obama,
Cameron, Merkel, ellos hacen su trabajo, pero la izquierda, entre el
miedo escénico, la incuria teórica y la indefinición política, no
ternina de comprender que una página de la historia se está
cerrando, mientras que aún está por definirse como se escribirá la
nueva.
PROGRAMA
Francia dio su apoyo a
François Hollande, porque desde el principio se definió contra la
política del dúo Merkel-Sarkozy, aceptando el envite de Hollande,
que se enfrentó a los recortes sin ambigüedad, y esa determinación
le ha dado la presidencia, aunque la política que vaya a
desarrollar, que si persiste en encerrarse, no será la solución, ni
para Francia ni para Europa, sigue estando en el alero, pero la
izquierda no se atreve a pregonar que es lo que quiere hacer, porque
enfeudada al parlamentarismo, ha perdido la virtud de pensar
estratégicamente, de pensar que el modo de producción capitalista,
el modo de producción de mercancías es una manera transitoria de
organizar la producción, y que en este proceso, un reducido núcleo
de burgueses ha conseguido reunir un incalculable poder para encauzar
las energías sociales en su propio beneficio, por eso insisten,
continuamente que el mercado no puede ser regulado, que la economía
no puede ser intervenida y que hay que dejar las fuerzas económicas
que se expresen sin ataduras, lo que equivale a decir, que esas
fuerzas atan, someten, intervienen, y marcan el camino que el noventa
y nueve por ciento de la sociedad tiene que seguir, aún si eso
significa lo que para millones de personas esta suponiendo esta
crisis político-económica, penalidades diarias porque lo que
está en juego es el poder, de ese reducido núcleo para configurar
la vida de la mayoría.
En una situación como
esta es indecente, inmoral, y políticamente cobarde, que la
izquierda diferente de la socialdemocracia no sea capaz de definirse
contra el sistema, como organización, como conjunto, pues no se
discute de las actitudes personales de nadie, pero como conjunto es
imprescindible que la sociedad y los trabajadores identifiquen cuales
son los objetivos estratégicos por los que luchan, aquellos a los
que votan, aquellos que les llaman a luchar, pues las meras
convocatorias tácticas no tienen la capacidad de movilización y
durabilidad que los objetivos estratégicos, y esto solo puede ser
definido por un programa, y la carencia del mismo dificulta y
entorpece la percepción de lo que está en juego.
No es aceptable aquello
de más vale un paso positivo que una docena de programas, primero,
porque la situación hoy es completamente diferente, segundo, porque
la sociedad no para de dar pasos positivos sin saber hacia donde
dirigirse, tercero, porque estamos es las postrimerías de una época
que se acaba y es vital que la sociedad en su conjunto haga valer sus
inquietudes, sus sentimientos solidarios, su voluntad de estar por
encima del poder de sus representantes, por encima del ESTADO
y todo esto ha de ser recogido en un programa estratégico, un
programa con un contenido internacional determinante.
Un programa no es una
improvisación de consignas, exige, de la organización u
organizaciones que asuman la necesidad de definir programáticamente
los objetivos, la convocatoria de un congreso abierto a todas las
organizaciones que se reclamen anticapitalistas y acrediten
una lucha y un comportamiento militante de sus miembros, porque
la sociedad no es monolítica, y la clase obrera, tampoco, y un
programa para iniciar una nueva andadura histórica, debería de ser
capaz de unir a la claridad de los objetivos, la flexibilidad
en la formulación y la participación, pero un programa para iniciar
un nuevo rumbo, debería de definirse antagónico al modo de
producción de mercancías, que hace del dinero, la única medida y
la única virtud, por lo tanto eso tendría como consecuencia que el
sistema financiero, a escala internacional, tiene que erradicar las
prácticas de ocultar el dinero erradicando los paraísos fiscales,
y todas las prácticas favorables a excitar la especulación
financiera, lo que quiere decir, cuando menos, una importante
vigilancia y control de las operaciones de la bolsa de valores,
-cuando una empresa de la economía productiva entra en bolsa, está
pensando en incrementar sus ganancias especulando, más que
produciendo-, quiere decir, que el sistema monetario internacional no
puede quedar, con el nivel actual de las fuerzas productivas,
plenamente internacionales, encadenado al dólar, como única medida
de valor, sino que, esta medida debe de ser consensuada
internacionalmente, y controlada por una autoridad internacional.
Las deudas soberanas
habrían de ser condonadas, porque sesenta años de paraísos
fiscales, santuarios financieros, en donde el capital financiero ha
guardado el resultado del latrocinio a las sociedades, mientras
usureramente, escatimaba, escatima los salarios para, reducir su
tributación a un mero gesto simbólico, se correspondería con una
medida de este calibre, que, unido a la reforma del sistema
financiero internacional y a la reforma del sistema monetario, podría
incrementar drásticamente la economía productiva,
animada por la intervención de las ciencias aplicadas a la
producción y a los procesos y relaciones de producción, con la
tecnología necesaria para contribuir al mantenimiento de
preservación del planeta, haciendo posible la elevación del nivel
de vida de los millones de seres humanos que subsisten en la miseria
y en la incultura, pero, si alguien considerase, que las deudas
deberían de ser auditadas para determinar las responsabilidades, en
la que incurrieron gobiernos y partidos, -15.783.398.878.077,95$-,
probablemente, el ejercicio sería, sin ninguna duda, altamente
educativo, y como tal ejercicio, debiera ser enfocado.
ESTADOS UNIDOS DE EUROPA
Europa, a estas alturas
de la historia, es indudable que el Viejo Continente es el resultado
de lo que algunas personalidades que gestionan, muy mal, por cierto,
las actividades europeas, permanece desunida porque las respectivas
burguesías nacionales temen como a un nublao, a la
ciudadanía europea, esa ciudadanía, la más capaz y preparada del
planeta, para dar el salto hacia adelante necesario para iniciar el
despegue hacia un mundo, completamente diferente del que hemos
conocido hasta la fecha, pues la cantidad de información reunida,
sobre cualquier tema, el potencial de la ciencia y el grado y dominio
en el manejo de conceptos, que una buena parte de la sociedad posee,
enfocado y dirigido con criterios solidarios, de participación y
colaboración, indudablemente, es mucho más, y va, mas allá, que
la suma de las partes,
concepto que tomo de una revista de empresa muy interesante e inteligente, cuyo
editorial, hace alusión, creo que como un sutil pescozón a la
obstinación merkeliana, del término griego holismo, precisamente
porque es griego y podría escribirse con otra palabra, y lo he
tomado porque esa visión empresarial, indica que las sensibilidades
europeas no son, las que, estrictamente, nos presentan los políticos,
pues, la realidad europea es otra, en la que prácticamente, existe
una mayor integración, que rebasa las cuestiones meramente
económicas, sino que esa integración se corresponde con actitudes
personales y sociales que afecta a una variada cantidad de familias
compuestas por individuos de diferentes nacionalidades de todos los
países, de todo el continente, no solamente de la U.E., por lo
tanto, los Estados Unidos de Europa, como a muchas parejas de hecho,
solo le falta el reconocimiento oficial, que la burguesía nunca será
capaz de hacer, pero este reconocimiento es inevitable porque es la
garantía de estabilidad y progreso, que el mundo necesita.
Los Estados Unidos de Europa, tienen un
veterano recorrido político y no es una reivindicación inventada al
calor de la crisis, aunque actualmente la lucha por su
reivindicación, sería garantía contra las mañas de los timoratos
y caducos burgueses, de lograr acuerdos a espaldas de los europeos,
para beneficio de unos pocos y perjuicio de la inmensa mayoría,
sería pues, el reconocimiento correspondiente a esa integración de
las fuerzas productivas, en la que la integración es mucho más que
la suma de las partes.
Europa contaría con la ventaja, de que
esa integración no es un apresuramiento, sino el resultado de un
proceso, tan largo y dilatado, que solo requiere el reconocimiento
oficial, pero la capacidad e integración de las modernas fuerzas
productivas, hace de la integración de otros territorios, de otros
continentes, una necesidad correspondiente, y sin imponer a ninguna
otras sociedades fórmulas de integración, lo que ocurriera en el
proceso europeo, podría ser un ejemplo a estudiar, por otros países,
otras sociedades.
Actualmente, el movimiento de masas, es
completamente favorable a la fuerzas sociales, en casi todos los
países, y lo más descorazonador es comprobar la escasa ascendencia
de dirección política, que hace de los militantes que participan en
esas movilizaciones, seguidores sin iniciativas, mas que capitanes
capaces de organizar el despliegue, pero aún hay tiempo, a condición
de que esa otra izquierda, se atreva a liderar, reconozca que el
sistema está acabado, que el mercado tiene que ser regulado y que de
forma y expresión a las necesidades en un programa.
jmrmesas
20 de junio de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario