CONSTRUIR EUROPA O EURASIA
¿UN CONTEXTO DESVAIDO?
UNA GRAN NACION INVENTADA DESDE CERO
Me parece oportuno comenzar poniendo en el
centro de esta reflexión a la nación estadounidense para tapar la
boca de los que se esfuerzan en poner el nacionalismo como motor de
una movilización progresista, incluso de izquierdas, porque algunos,
entre los que me podría encontrar entre otros, ponemos el énfasis
en la profunda crisis del sistema capitalista, a la que
otros luchadores y profundos conocedores del entramado del sistema,
con muchas lecturas, apenas ponen atención, dando la impresión de
que este modo de producción, podría tener otros quinientos
años de cuerda antes de hacer mutis por el foro.
Estados Unidos es esa nación inventada
por los europeos emigrados de todos los rincones de Europa dispuestos
a tener un lugar al sol –imbuidos de las ideas y sentimientos de la
época, mataron y exterminaron a los anteriores naturales del
territorio –, porque la civilización, de la
que eran portadores, justificaba el dominio de la
civilización cristiana
sobre cualquiera otra. Todo el discurso sobre la necesidad de
valorar y reforzar los lazos identitarios se revelan, cuando
menos, poco creíbles, cuando no, insustanciales porque lo que contó
–en aquella ocasión– y cuenta, en el convulso y cainita ajetreo
de la lucha de clases, es el factor político del grupo
principal –los padres fundadores, en aquel caso (ahora las
decisiones del capital financiero dominante) y la huérfana
clase obrera, hoy–, dispuestos a construir ese invento nacional que
se concretó, en apenas un siglo, en los Estados Unidos de Norte
América.
Paso
el tiempo y los acontecimientos históricos generaron otra nación
inventada, que demostró ser tan eficiente y poderosa como la primera
pero concitó el temor de unos y la admiración de otros, porque unos
veían al enemigo a batir y otros, el modelo a seguir, fue la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas y entre esas dos naciones
inventadas se
estructuró el siglo veinte
desde entonces hasta el momento presente. Que predominara la primera,
sobre la segunda puede ser y es materia de una interesante
controversia –que
no es nada académica,
y que se produce a diario, no obstante, envuelta en dolor, penurias y
sufrimientos inventados (la
pobreza inventada,
de
diseño),
ante la perplejidad del mundo–, que el movimiento obrero necesita
abordar porque encierra lecciones
durísimas
que en la izquierda, muchos pretenden ignorar, pero que forman parte
del fragmentado mundo político del movimiento obrero mundial,
carente
de dirección,
instituciones de análisis (thinktank, antes se denominaban ateneos
obreros),
de unidad para la lucha y
dirigentes
capaces de asumir esa dirección
que acarrea incomodidades, sinsabores y a veces, peligro
mortal,
pero que es necesaria, porque el mundo actual que asumía, a
regañadientes y con reservas, la dirección de los Estados Unidos,
desaparecido el peligro, que
nunca lo fue,
de la dirección de una revolución
mundial (hay
que tener mala
bilis
para asimilar a Trotski con Soros) dirigida desde el Kremlim, ha
entrado en crisis porque, primero,
el modo de producción de mercancías, desaparecidos una cierta
manera de cortesía social, que el incesante cambio de las relaciones
de producción va borrando del comportamiento humano tensa las
contradicciones entre las clases, dentro de las clases, entre los
pueblos, en la sociedad; segundo,
el propio modo de producción, basado en la obtención de plusvalía,
reduce la importancia del trabajo asalariado (y esta contradicción,
es la que limita el tiempo de vida del sistema de producción
mercantil); tercero,
los Estados-nación se desdibujan (Europa) y la formación de Estados
capaces de dar respuestas a las necesidades políticas
de la sociedad moderna
encierra el peligro, para la burguesía, de perder el
control del imaginario colectivo,
sin tener una alternativa, por tanto, anular, someter, desmontar la
vieja
Europa es
fundamental para
la élite del capital financiero dominante,
porque una parte del complejo militar industrial vería con alivio, y
tal vez fabula dirimir las tensiones interimperialistas en
el escenario histórico de las anteriores guerras mundiales.
¿Será necesario señalar? Cuarto,
a lo largo del proceso histórico, los diferentes modos de producción
que se han ido superponiendo,
uno sobre otros han acumulado riquezas, que en ultimo término
redundaban en una mejora social, de ahí el énfasis de Marx en el
crecimiento de las fuerzas productivas como motor de innovación de
las relaciones sociales,
relaciones
de producción
(y
no solo en las consecuencias técnico-científicas, que habitualmente
se quieren entender),
y como estas se ven, en cierto momento histórico, detenidas,
impedidas
de alcanzar nuevos estadios
por la superestructura jurídica, que en ultimo término son las
relaciones de propiedad, por eso, cuando reconoce que el intercambio
de trabajo vivo por la mercancía (trabajo objetivado) es el último
desarrollo de la ley del valor, y que la medida de este valor es el
tiempo de trabajo, está señalando el tiempo de vida del modo de
producción de mercancías, está profetizando
su final, del que por cierto, ningún analista se atreve, osa basar
sus análisis, porque nadie se los compraría, ¿tiene sentido,
entonces, estimar el automatismo, el rol de la inteligencia
artificial en la producción? Creo que tiene todo el sentido, porque
el modo de producción que sea alternativa al modo de producción
mercantil, no
se podrá superponer a los anteriores
sino que tendrá que implicar una ruptura, que fue lo que no ocurrió
en la ex URSS, y aquella inconsecuencia, aquella incongruencia fue la
que sirvió a la reacción pro burguesa para carcomer desde dentro al
nuevo Estado obrero, porque si se superpone, porque si no se rompe,
para cortar todos los lazos con la mercantilización, la
pauperización, consustancial
con acumulación,
se revela como
necesidad política para dominar a la sociedad,
por eso, en nuestra época, la contradicción escuece, porque es
inocultable y se percibe como interesada y artificial. Por eso, la
pobreza actual, es inventada.
LA LEY DEL VALOR
UNA MODESTA APROXIMACIÓN
Partiremos de algunos supuestos. Creo que
podríamos considerar al modo de producción de mercancías, para que
el problema me resulte más fácil de manejar, en su globalidad, en
vez de mirar la producción de tal o cual lugar, como primer
supuesto. El segundo supuesto será aceptar que los robots y
automatismos no crean plusvalía. Tercero, que la plusvalía la crea
el trabajo vivo, y que este reproduce la inversión que supone
su coste en una fracción del tiempo de trabajo siendo el
tiempo de trabajo restante, hasta completar la duración de la
jornada, trabajo no pagado, es decir, la plusvalía generada.
Podríamos establecer una interrogante como cuarto supuesto, ¿si la
generación de plusvalía se agota, porque no existe trabajo
asalariado, ya que los robots harán todo el trabajo, estaremos
condenado a la pobreza absoluta?
Convendremos que en los ciento diecisiete años,
aproximados que van desde comienzos del siglo xx hasta la fecha, la
estructura económica del modo de producción de mercancías habrá
variado sustancialmente, pero tomando en cuenta la tecnología de
esas fechas, podríamos suponer que el modo de producción (comienzos
del siglo xx) dependía casi en su totalidad de la fuerza de
trabajo, siendo la plusvalía la principal creadora de la
riqueza (la renta de la tierra y el interés no lo tendré en cuenta
porque presentar su desarrollo me supera), sin embargo, será
interesante entender la velocidad con la que se han producido los
cambios en la estructura económica, que a grandes rasgos, cualquier
interesado puede apreciar mirando simplemente una cronología,
notando como se acumulan inventos que en poco tiempo se introducen
en la producción, en la industria, pues estos
cambios de la estructura económica tienen una traducción
en el seno de la sociedad en el sentido de escoger y priorizar los
valores que determinan el espíritu, el imaginario colectivo,
y en este proceso se puede notar como ha ido perdiendo puntos el ser
humano, mientras sutilmente –esta sutileza —. ¿Habría sido
dirigida? Apostaría que sí– lo han ido ganando los valores que la
burguesía ha querido priorizar, el crecimiento económico a
cualquier precio, y en este precio, las guerras de rapiña han tenido
una importancia determinante, primero, porque ya en el siglo xix las
guerras en Europa consolidaron el desarrollo de la industria, igual
que la guerra civil en Estados Unidos potenció el desarrollo
industrial del Norte, contra la burguesía algodonera del Sur,
y en este proceso, que para el ciudadano corriente es inapreciable,
se han ido tensando las contradicciones sociales, aún posibles de
disimular desviando el foco para que –estas contradicciones–
apunte al individuo, a la diferencia cultural y racial, al género,
pero nunca a las clases, nunca al leonino reparto de la riqueza
generada, ni al derecho de propiedad y en
Estados Unidos estas contradicciones son terribles porque alberga a
la minoría rica más poderosa, donde el derroche, la ostentación,
el lujo contrastan con la pobreza y su marginación, produciendo
choques, cada vez más difíciles de evitar.
Finalizando la segunda década del siglo xxi,
podríamos aceptar que el nivel de desarrollo del modo de producción
de mercancías esta adquiriendo cotas de automatismos muy notables
(que no tiene que ser necesariamente algo malo, negativo)
empujándonos, como conjunto humano, como sociedad a plantearnos qué
hacer. La publicación estadounidense del MIT, Technology Review
recoge la opinión de un importante ejecutivo chino preocupado por la
competencia entre EEUU y China acerca de la importancia de la
inteligencia artificial aplicada a la industria (es justo
decir que estar informado sobre la marcha del mundo, algunos medios
facilitan mucho la información general, internacional, RT, de donde
extraigo la noticia
y Busines Insider, mientras Público es la información nacional,
habitualmente). Mi planteamiento es: cuando la cota de automatismo
llegue al 75% u 85%, algo que parece tan cercano –para los que hoy
tienen 20 o 25 años–, ¿qué generará la plusvalía?
Evidentemente el sistema, como productor de mercancías se habrá
acabado porque al no haber plusvalía, la fabricación de mercancías,
cuyo objetivo es el valor de cambio pierde todo significado, pero
entonces, ¿qué sentido tiene la acumulación de capital?, pues este
no se utiliza (la contabilidad que se puede rastrear en la prensa la
cifran en billones de dolares, más de cien) en crear empleo, se
atesora para evitar que la sociedad crezca cultural y
espiritualmente, deteriorándola mediante la pobreza
inventada. ¿Estará, la élite mundial, queriendo inventar un mundo
a la medida del uno por ciento? ¿No será el momento de exigir ser
tenidos en cuenta como seres humanos? ¿No será el momento que los
grandes planteamientos de filósofos, humanistas y pensadores, sobre
el sentido de la vida, del ser humano, se aborden en un foro no
elitista, no excluyente, de forma colectiva? ¿Cual es nuestro
futuro? ¿Cual será el rol de la sociedad, comparsa, actores?
ESTADO Y SUS LÍMITES
La burguesía tiene dos caras. Una, reconocible
sin disimulo es la de la economía, la producción, los negocios, la
banca, las finanzas. Otra es la de gestor de los asuntos públicos,
la política, donde, obligatoriamente ha de
disimular su condición de clase para encubrir, que su
gestión, aunque estuviese libre de corrupción, está
dirigida a beneficiar a la clase a la que pertenece, socapa
del bien común, y lo que da coherencia a la burguesía es
disponer del Estado, su
Estado. (el PP no abandonara el gobierno porque sabe que su abandono
podría dejar al descubierto hasta donde llega la corrupción)
La característica definitoria del Estado,
cualquier Estado, es imponer normas y reprimir comportamientos
que las contravengan, pero el Estado, merced a los cambios
funcionales que impone la producción social de la existencia
humana, ha tenido que ceder competencias en terrenos que
antes eran de su exclusiva dirección. En el terreno de los negocios,
economía, finanzas, comercio, producción, etc., el regulador es el
mercado y los acuerdos internacionales sobre estas materias imponen
comportamientos que no pueden ser impunemente vulnerados, y
que los Estados nacionales europeos y equivalentes aceptan, porque es
una especie de macro Estado que cuenta con organizaciones oficiales
especializadas, y las sucesivas cumbres oficiales y oficiosas en las
que coinciden amigos y enemigos tienen funciones capitales,
como es organizar el vaciamiento de las arcas publicas, organizar la
pobreza y la transhumancia humana y aun y más importante, comprobar
el sentido de las relaciones de fuerza entre ellos. Sin estas cumbres
hubiese sido imposible que el uno por ciento se haya hecho con la
riqueza del planeta, una versión aquí,
dos aquí,
tres aquí.
La
burguesía no desaparecerá, no
perderá su poder
sin utilizar todos los medios a su alcance –legales
o no legales–
para impedir su desaparición como clase, y esto significa, que
impedirá los focos de consciencia política, a como de lugar,
aplastando cualquier muestra disconforme, por tanto, vigila
escrupulosamente Europa, sus problemas de cualquier índole, porque
si a la burguesía, en su faceta de
esforzados políticos,
el control y manejo del Estado le aporta coherencia, al
proletariado,
a
la clase obrera y sus dirigentes,
sean
estos obreros o doctores científicos,
la
coherencia y la cohesión la aporta el proyecto político que el
partido,
la
internacional lidera,
y esta carencia nefasta, esta realidad eludida, la
izquierda desarticulada,
derrotada,
parcelada
en sus Estados nacionales decadentes,
feudatarios del capital financiero dominado por EEUU (Francia sufrió
en las carnes de sus ciudadanos el comportamiento, diré,
independiente,
de
su actuar en Siria, y la legion
extrangera USA, el
terrorismo yihadista dejó su tarjeta de visita, en numerosos
lugares), evita mirarla de frente, pero esta característica, el
internacionalismo obrero,
preterido, olvidado, borrado por el revisionismo bernsteiniano, por
la traición y toneladas de tinta de los propagandistas y publicistas
burgueses, que
es el reverso combativo del globalismo burgués,
que trasciende el aspecto económico, con el que nos lo suelen
presentar el globalismo, requiere, de los luchadores honestos, darle
respuesta, a la mayor brevedad posible, recuperando la utopía del
socialismo científico y levantando, formando un nuevo pueblo en el
corazón de Europa y vocación internacional.
Hay
una coincidencia curiosa en el acuerdo de dirigentes políticos,
sociólogos, periodistas de variado cariz, al expresar su creencia
opinando que Europa está vacunada contra la revolución, que de
Europa no pueden esperarse soluciones, que estas vendrán de otros
lugares Asia-Pacifico, en términos económicos, América del Sur, en
el terreno político. En
este caso, discreparé del señor
Formenti que cree que América del sur está, políticamente, mucho
más avanzada que Europa, su articulo aquí.
La burguesía, el capital financiero, al tratar por todos los medios
de desarticular a la sociedad europea a través de utilizar canales
dudosos, opacos, para sojuzgar la vida humana, sea organizando el
terrorismo, sea organizando la transhumancia de personas (pues los
refugiados son la consecuencia de expulsar de sus naciones,
apetecidas por el capital financiero, a sus habitantes naturales,
despoblando territorios –más fáciles de atacar y expropiar– más
fáciles de montar
gobiernos
de conveniencia), utilizando a través de esas vías opacas a las
mafias consentidas y conniventes –los bancos y sus
paraísos
conocen que ciertos flujos financieros tienen una procedencia
delictiva, pero el dinero, no huele–, entrando en el tenebroso
entramado de relaciones inconfesables, pero de indudable utilidad
para organizar la transhumancia
humana,
dicho con respeto y solidaridad, con los desplazados, pero con la
combatividad necesaria de quienes en cómodos despachos organizan la
despoblación, volcándola
en
Europa, no para acogerla, sino para pudrir una difícil convivencia,
en el seno del viejo continente.
Lo
que digo puede ser discutible porque lo que avanza en Europa es la
burguesía y el neo fascismo, pero movilizar a la clase obrera es
mucho más difícil porque para ello se requiere un proyecto
alternativo a la sociedad burguesa. Que Lenin hiciera la revolución
contra las tesis marxistas, no implica que vaya a sonar la flauta
siempre del mismo modo, y la disposición a la lucha no exime a los
luchadores de planificar estrategias y alternativas, y todavía más,
difundir
y propagar los valores solidarios
combatiendo
el individualismo feroz del sistema,
que
se apropia del esfuerzo colectivo creador de riqueza
y la sociedad burguesa a la que hay que superar requiere presentar
ante ella un proyecto ilusionante, solidario, comprometido con el
cambio social, basado en hechos que puedan ser contrastables desde
los inicios. Programas apenas distinguibles hacen que el pueblo
trabajador pueda ser embaucado por los medios, que el empresariado,
gustosamente, financia, de forma, cuando menos dudosa y retorcida. Si
la gran industria –sus empresas transnacionales– utiliza la
ciencia para crecer, y durante el siglo xx la
competencia se sometió a la disciplina impuesta desde Washington,
si la globalización es
una suerte de socialismo inverso,
alentar
la posibilidad de dar una respuesta alternativa desde la estrechez
del marco nacional es una,
cuando
menos,
incongruencia.
Si la izquierda quiere dar una alternativa al agonizante modo de
producción mercantil tiene
que hacerlo constituyéndose en una unidad,
un
único cuerpo.
Un ser humano desmembrado ni siquiera es un cadáver, es un despojo.
La izquierda, reducida al feudo nacional es un despojo, inútil
porque no puede elaborar una alternativa,
ya que es impensable imponer criterios a otros en medio de
contradicciones culturales y sociales mucho más teniendo en cuenta
que la burguesía en Europa ha
tenido que articular una unidad
–la Unión
Europea–,
a la que no se atrevió ni se atreve a gobernar como un único Estado
por
temor a la sociedad europea,
por temor a sus pueblos. El capital financiero teme como la peste una
repetición del socialismo
soviético
inimaginable en Europa. Teme una EBPOПA
rusa, y eso es inimaginable porque
las condiciones son otras y la experiencia histórica cuenta. NO
volverá a verse un socialismo
donde la élite administrativa o la élite política se arrogue
el derecho a decir,
ni
sobre la economía,
ni
sobre geopolitica,
ni
sobre la sociedad
porque se levantarían de sus tumbas todos los asesinados por la
burocracia soviética para gritarnos, para impedirnos volver a
cometer el funesto error de asentir como comparsas, porque tenemos
ante nuestros ojos el compendio, el resumen de aquella traición, en
la figura de los nuevos ricos, la
neoburguesía rusa
que se apoderó de la revolución levantada con
el esfuerzo de la clase obrera mundial.
Los procesos de Moscú donde la burocracia asesino a honestos
militantes, solo por el hecho de discrepar del líder o del partido
es irrepetible, pero lo que teme el capital financiero mundial no son
una repetición de esos procesos, lo
que teme el capital financiero mundial es que Rusia domine Europa,
que
Estados Unidos quede aislado, contenido entre Méjico y Canada,
que las cambiantes relaciones de fuerza convierta a Europa en aliado
incondicional de Rusia, un desvarío capitalista, porque si bien
Rusia nunca ha invadido Europa, Europa –Napoleón y Hitler– sí
invadieron Rusia,
y lo que ésta ha deseado
históricamente han sido unas relaciones comerciales y culturales
cordiales con Alemania y con Francia, es decir, con Europa.
El temor a una Europa rusificada carece de fundamento, mucho más
probable podría ser una
europeización de Asia,
y como hipótesis nada descabellada probablemente, un
cambio en la relación de fuerzas impulsadas desde abajo,
donde
el rol de la clase obrera fuera determinante,
pudiera
hacer realidad este supuesto.
Resumiendo
podríamos decir que los límites de los Estados son variables, que
ejemplos como los Estados de Oriente medio hechos con tiralíneas por
los eficientes funcionarios del imperio británico Sikes y el francés
Picot, han
de ser rehechos porque son apetecidos por el capital financiero
dominante,
que los Estados europeos se mantienen, solo como como contenedores de
una sociedad europea muy interconectada que los políticos no se
atreven a gobernar como una única sociedad multicultural porque teme
que la podredumbre de la corrupción y el vaciamiento de los caudales
públicos queden al descubierto siendo contestada por una sociedad
proletarizada, culta y preparada, dejando en evidencia a la izquierda
socialdemócrata
teniendo esta que mostrar de nuevo su disposición a ser la voz de su
amo incapaz de abanderar la construcción de una ciudadanía
multicultural, multiétnica, solidaria, participativa, vigilante y
preparada.
Que todos los experimentos financieros hechos
desde 1971, con el abandono del patrón oro por Nixon, al que han
seguido los nuevos experimentos con monedas virtuales –bitcoin y
otros– no es más que nuevas demostraciones de cesiones de
competencias, que antes eran estatales, dejada
en manos del macro Estado que es el mercado para acelerar el
empobrecimiento, y eventualmente, una crisis,
sin solución.
Que la invasión de territorios sin previa
declaración de guerra es la demostración que evidencia la asumción
(asumir) de policía global de la potencia ganadora de la SGM.
Que los organismos internacionales –ONU, WTO,
etc.– están al servicio de la potencia mundial porque las
burguesías europeas asumieron su condición de vasallos.
Que el crecimiento de las fuerzas productivas
están al servicio de la creación de medios de producción de muerte
y destrucción (armas de destrucción masiva), y que pueden
utilizarse, sin pudor a la mayor gloria de los que utilizan nuestros
recursos en agigantar las cuentas corrientes y el ego –Elon Musk,
la costosa publicidad de su coche y su cohete lanzador–, vienen a
corroborar, que las fuerzas productivas, analizadas en detalle,
demostrarían que el innovador se apoya en una ingente cantidad de
esfuerzo colectivo, entre los que estaría una inventiva, muchas
veces desinteresada, que el emprendedor, se da prisa en
aprovechar, sin dar las gracias, siquiera.
Que
este crecimiento exponencial no
nos acerca al socialismo,
porque este paso implica
una ruptura consciente,
y esta conlleva la recuperación del internacionalismo obrero y su
partido: la
internacional obrera.
Finalmente
sería desairar a los sinceros independentistas catalanes silenciar
la incoherencia de su lucha. Si el republicanismo catalán fuese
serio no podría ser un problema local sino que los republicanos
catalanes serían la punta de lanza del republicanismo español
porque, siendo serios y conscientes, se entiende sin gran esfuerzo
que no es posible conseguir un logro histórico, reduciéndolo a la
mínima expresión; pierde todo el significado y la República de
Cataluña se convierte, automaticamente en la broma de tabarnia,
por tanto, si
el republicanismo catalán fuese serio, un sentimiento acendrado y no
un problema de pelas
la situación sería muy otra, porque cuando la antigua dirección ha
pasado por la judicatura, desdiciéndose ¿Qué
sentido tiene un gobierno en Bruselas? ¿El exilio? ¿Incapacidad
del independentismo para hacer bandera de los cambios sociales,
diluidos en el procés?
¿No revela esta lucha del independentismo la subordinación de
la izquierda
a las iniciativas de la pequeña burguesía?
EL SOFTWARE DEL AUTÓMATA
El cuasi exponencial crecimiento de la
industrialización acontecida en los últimos doscientos años, unida
a la inveterada costumbre de arrojar los detritos afuera sin reparar
en las consecuencias ha terminado deteriorando el mecanismo natural
capaz de regenerar esos desperdicios. Flora y fauna oceánica y
terrestre son incapaces de procesar toneladas de aire contaminado y
aguas corrompidas porque la gran industria, al este y al oeste han
decidido pasar a la sociedad, a todos nosotros, el coste del
deterioro.
No es posible pensar en cambios sociales
profundos que no contemplen el respeto hacia la naturaleza;
su flora y fauna necesitan espacio, tiempo e inversión, porque
los humanos al alterar su habitat natural deben, cuando
menos reparar y proveerles de las condiciones que hagan posible su
existencia.
Tiendo a considerar el planeta como un autómata
primitivo, perfectamente capaz de sobrevivir en las condiciones
primigenias, pero estas condiciones han sido alteradas a lo largo del
proceso histórico, desajustando el programa natural, al que llamaré,
haciendo uso del popular y conocido término inglés, software.
No es posible aceptar –me niego– que el
proceso cosmogónico haya creado la inteligencia y esta acepte sin
opción la desaparición propia sin buscar alternativas. El propio
desarrollo de la ciencia, desde los orígenes remotos en el creciente
fértil, el valle del rio Amarillo, en el valle del Indo y el propio
origen humano en África, revelan que la vida, portadora de
inteligencia, busca encontrar respuesta a la desasosegante intriga
que, en los seres humanos causa la incertidumbre, el no saber acerca
del origen de la vida, de la inteligencia.
La
incesante búsqueda de la ciencia especializada, profesional
queriendo descubrir el origen de la materia, evidenciaría
incongruencia si aceptaran, indiferentes que el cosmos es una pulsión
que va y viene, y que en ella desapareceremos. Aunque aceptemos que
la inteligencia puede tener lugar en otros puntos del universo, por
lo que a la especie humana toca, la ciencia ya ha abordado el tema y
un cientifico del ya desaparecido imperio
del mal,
Nicolai Kardashov, ideó una escala para medir el grado de desarrollo
de una civilización; según esa escala, estaríamos a 0.7?... de
llegar al grado I
(civilización tecnológica capaz de utilizar eficientemente todos
los recursos del planeta). Mis lecturas, en este punto, son meramente
aproximativas, pero entiendo que ese autómata –el planeta–, con
una, digamos, disposición
intestina
capaz de producir convulsiones y catástrofes, terremotos y
plegamientos causante de desastres cruentos y costosos, son
inasumibles. Una sociedad poseedora, dueña de las fuerzas
productivas, como mínimo, actuales, estaría en condiciones de
impulsar las ciencias de la tierra y sus ingenieros, en condiciones
de prever y proveer los mecanismos para evitar que las fricciones y
plegamientos pusieran en peligro la vida. Que
esas fuerzas productivas y su capacidad de destrucción y muerte este
manos de gente cuyo objetivo es engordar la cuenta corriente propia
es una obscenidad,
contra
la que es preciso revelarse.
La
propia evolución estelar de nuestro sol, nos avoca ser vaporizados
en su etapa de crecimiento degenerativo y la evacuación terrestre
podría
no ser la única opción.
Una sociedad, donde el reparto no se mida por
el dinero que tengas sino por lo que seas capaz de aportar, podría
solucionar ese alterado software. Porque al sumar el esfuerzo
colectivo a la solución de amenazas previsibles, conocidas,
escrutables, podría generar en el transito hacia la integración
humana estudios y trabajos apuntando a la solución. De otro lado,
teniendo en cuenta la profundidad y alcance de un esfuerzo semejante,
el propio hecho de abordar el trabajo con criterios diferentes
al del trabajo asalariado, los participantes,
en ese esfuerzo, no estarían alienados del esfuerzo
comprometido y asumido, es decir, la
humanidad sería dueña de su destino.
Terminaré este largo apunte agradeciendo a mis
amigos sus críticas y correcciones, diciéndoles, aunque parezca, lo
contrario, que tengo en cuenta sus correcciones, pero a veces, el
ejecutante, hace bueno el refrán al tropezar, más de dos y tres
veces, en una piedra obstinada en no quitarse del camino. Gracias por
las correcciones. Me esfuerzo en mejorar.
jmrmesas
veinticinco de febrero de dos mil dieciocho
Este apunte lo fraccioné en tres partes para
facilitar su lectura, pero algún amigo me aconseja que lo rehaga en
uno solo porque fraccionado pierde coherencia. Le agradezco su
atención y las correcciones, mínimas, espero que lo hagan más
claro.
Quiero dedicarlo a esa vanguardia abnegada
que son las mujeres y que el próximo 8 de marzo nos convocan a
solidarizarnos en su esfuerzo.
jmrmesas
cuatro de marzo de dos mil dieciocho