LA PROMESA DE MARTIN SCHULZ
O CÓMO REVALORIZAR EUROPA
El candidato a la cancillería por el partido
socialista alemán, Martin
Schulz ha prometido, si es elegido canciller, en las
próximas elecciones alemanas del 24 de septiembre la retirada del
suelo alemán de todo el armamento nuclear de Estados Unidos, si
fuese elegido, y esa propuesta, que prácticamente pasa desapercibida
en medio de la tensión belicista entre el gobierno del presidente
Trump y la república de Corea del Norte es muy positiva, primero,
porque parte del socio más importante de Estados Unidos en el
territorio de Europa, segundo, porque contribuye a reforzar y
revalorizar el papel de los alemanes, pero también de los europeos,
tercero, porque esa revalorización de Alemania es una advertencia a
Estados Unidos para que, a la hora de imponer sanciones comerciales a
Rusia, tenga en cuenta los intereses comerciales de Alemanía, y de
rebote, de la Unión Europea, perdedora en este juego de las
sanciones, impuestas a Rusia, sin tener en consideración a la propia
Unión Europea.
La decisión de Martin Schulz, un socialista
fiable fuera de toda sospecha hasta ahora, para el capital
financiero, bien pudiera crear escuela a la luz del desastroso
resultado, para los socialistas que unieron su suerte a la burguesía
de cada país, y cuyo ejemplo más notable ha sido el partido
socialista francés, que en unas semanas encara un
congreso de reconstrucción tras la aplastante derrota que
siguió a la desgraciada presidencia del socialista François
Hollande, igualmente fuera de toda sospecha, entregando el testigo
presidencial a un banquero emboscado en el partido socialista,
Emmanuel Macron, que tan pronto como se lanzó a la carrera por la
presidencia, abandono el partido socialista y hubo de fundar un
partido – En Marcha –, compuesto de notables, sin ninguna
vinculación con la clase obrera gala, y cuya popularidad en apenas,
tres meses ha caído a niveles de record.
La propuesta de Martin Schulz, positiva, sin
lugar a dudas, bien podía ser asumida por la izquierda europea
teniendo en cuenta que más que defender a los europeos de una
quimérica invasión rusa es un uso indecoroso del complejo militar
industrial estadounidense del territorio europeo para amenazar a un
hipotético agresor, Rusia, que nunca invadió Europa, para empezar
porque los rusos son también Europa.
Si se quiere argumentar una supuesta amenaza
contra el terrorismo, las armas nucleares valen de bien poco, y
quienes pueden estar en condiciones de hacerse con ellas, en
cualquier momento, no es Irán, ya que el estrecho marcaje de USA y
Europa a los persas, contrasta con la despreocupación con la que los
sauditas financian la investigación nuclear de Paquistán, y al
parecer estarían en condiciones de recibirlas con solo cursar una
petición.
A raíz del reciente atentado del yihadismo
político que ha tenido lugar en Barcelona, se han empezado a
desenmarañar las conexiones del imam Abdelbaki Es Satti –
terrorista instructor político religioso, muerto en la explosión
que precedió al atentado – con los viajes a París y Bruselas, una
de las ciudades europeas con una notable comunidad musulmana donde
abundan los radicales políticos yihadistas y que, casualmente,
es sede de la OTAN en Europa; vendría a confirmar la inutilidad
del arma atómica como defensa contra el terrorismo y sí como un
cerco atómico a Rusia presionándola militarmente a abrir su mercado
al capital financiero internacional haciendo rehén a los europeos
que han de prestar su territorio como base del arsenal nuclear de un
socio que no valora los legítimos intereses de la Unión Europea.
jmrmesas
veintiocho de agosto de dos mil diecisiete