miércoles, 29 de abril de 2020

INHUMANO QUIERE DECIR MONSTRUOSO









INHUMANO QUIERE DECIR MONSTRUOSO

No creo que mi diatriba contra los economistas marxistas e intelectuales comprensivos haya sido la mejor manera de discrepar, aunque me indignan las explicaciones económicas políticamente correctas, para no desentonar del discurso oficial desestimando la mención al crecimiento continuo de las fuerzas productivas, que en Marx era una constante y que, modestamente creo que con esta mención pretendía avisar al militante a entender el significado del constante cambio, los constantes cambios del fluir de la historia, que introduce contradicciones en ese fluir de los acontecimientos porque las contradicciones no permanecen tal cual, ya que las más determinantes provocan cambios irreversibles, como otras menos importantes desaparecen o son integrables. Es el materialismo histórico, es decir el fluido constante de los cambios en la historia que ha impulsado a los marxistas a no dejarse arrastrar por ella sino, primero a entenderlas y luego, a renglón seguido luchar por orientarlas, conducirlas, en ultima instancia, controlarlas, para no ser objetos a merced de una naturaleza inhóspita, pues ahí radica la visión materialista del proceso histórico, querer controlar el destino del ser humano, sacándolo de la superstición mágica, que es en donde me quiero apoyar para intentar explicar lo que ocurre.

Me indigna la comprensión de los marxistas, de los intelectuales comprensivos que reducen el marxismo a un discurso económico, desproveyéndolo de su raíz transformadora, por eso cuando digo comprensivo, en realidad quiero decir, deshonesto y cobarde, porque no se atreven a vislumbrar un mundo futuro regido por normas acordes con los avances de la ciencia y la tecnología, o desde otro ángulo, capaces de revisar la superestructura del mundo actual, al fin y al cabo, relaciones de producción cristalizadas, sacralizadas, congeladas en un tiempo pasado en el que preguntarse por qué, era delito contra todo lo sagrado, es decir, apuntar al poder como causante de las desgracias que afligen a los débiles mortales y que permiten al poder hacer mangas de capirotes.

LA PANDEMIA NO ES UNA IMPROVISACIÓN

¿Es posible que la pandemia haya sido un desliz, un descuido? ¿Una improvisación?, ¿algo forzado por la crisis económica? Digo forzado, porque al principio de la crisis, al principio de los casos de contagios en Wuhan, en China, creí que podía ser una acción puntual de USA para poner a la economía china en posición de saludo. Había que parar el duelo de aranceles que estaba descolocando a Trump, y creí que podía haber tomado esa alternativa, pero al extenderse a lugares tan diversos se ha ido abriendo mi perspectiva, llegando a la conclusión de que tal acción ha sido meditada, debatida y asumida porque forma parte de un plan a más largo plazo, un plan sin futuro, desesperado que, prácticamente no depende de un presidente cuestionado que ha salido de un impeachment porque está al final de su mandato y porque la situación internacional desaconsejaba la medida.

Creo que cuando en determinados ambientes se ha discutido de la exposición de la humanidad a la vulnerabilidad de una posible pandemia se estaba anunciando la decisión de hacerla, y de repente toda una serie de acontecimientos ha ido encajando en el puzle mundial. Es una verdadera tragedia para la sociedad de nuestros días la obcecación de mirar solo el entorno próximo, solo el entorno más cercano cuando la vida, en nuestros días, depende de unas relaciones internacionales, necesarias, complejas, dinámicas que están en muy pocas manos, con mucho poder y sin ningún control, o muy reducido control — y no me refiero a los gobiernos — pues me estoy refiriendo a las transnacionales y banqueros, a lo que se entiende por el Estado profundo.

No, la pandemía no es una improvisación. Culmina una serie de provocaciones del complejo militar industrial y que por intrincados procedimientos – que no han tenido la amabilidad de contarme – se le ha ido tomando el pulso al mundo con acciones como el incendio de la amazonia, o los incendios australianos, hasta culminar en la pandemia.

Pero la pandemía tiene como objetivo Europa, más concretamente, bajar los humos de la avanzada sociedad europea que no obstante la pobreza ideológica de sus organizaciones obreras, y cuando digo obreras, me estoy refiriendo a sus partidos y sindicatos de clase, que hasta este momento guardan un silencio atronador fruto de su falta de política independiente, no han dicho nada de nada. Esta es la razón de la pandemía. Debilitar las luchas populares y contra estas acciones se ha dirigido la pandemia, porque era imposible declarar abiertamente una crisis económica cuando a pesar de todos los esfuerzos en cantar que la de 2008 pasada estaba superada, no se podía presentar la que aún no se han atrevido a presentar, porque esperan la vuelta al trabajo para echarle la culpa a la enfermedad y entonces reducir salarios, alargar jornadas, recortar más, ¿o que creéis que entienden ellos por levantar la economía? por eso yo digo que esta crisis y su necesidad de asesinar a más de 200 000 personas con una pandemia cultivada, es el fracaso del complejo militar industrial, que ha tenido el apoyo cómplice de los burgueses europeos y del resto del mundo, que ha tenido su moneda como medida de valor universal, que ha construido sus organizaciones, sus instituciones, y que ha terminado pudriendo el mundo porque su voracidad de poseer y destruir es el ADN que le hace funcionar, pero el capitalismo ha llegado hasta aquí, hasta su madurez tras más de 500 años y sería inhumano estabilizarlo, ¿porque cómo se puede estabilizar algo que para estabilizarse necesita desestabilizar más de 200 000 vidas? como pretendía Varoufakis en mayo de 2013 con la bendición actual de Chomsky. Ya entonces hice un apunte, este, en el que discrepaba del autor de las tesis erradas, porque ya, en aquel momento era monstruoso el capitalismo. Hoy es insoportablemente monstruoso, su estructura económica, sus relaciones de producción tienen que ser modificadas para acoger a un nuevo modo de producción al servicio de las necesidades de la humanidad, de la naturaleza y si no es así es monstruoso, inhumano.

La pandemia ha sido dirigida contra Europa, aunque la prensa mundial pone el foco en Estados Unidos, cuando la realidad es que Estados Unidos se ve en esa tesitura por la estupidez de su presidente, evidenciando que la pandemia fue decidida por el Estado profundo que es el complejo militar industrial, que a pesar de haber avisado delicadamente al presidente, este no fue capaz de entender el mensaje, pero los datos lo dicen todo. En EEUU el numero de contagiados es de 988 189 y el numero de fallecidos es de más de 56 000. La ciudad más internacional, Nueva York el numero de fallecidos, en su mayoría negros son más de 17 000 personas.

En Europa, solo en tres naciones del sur el numero de muertos supera a Estados unidos, estos tres países son Italia, España, Francia y arrojan 74.092 fallecidos. El numero de contagios es de 594.799 personas solo en estos tres países. Y sin embargo se disimula la mortandad. Toda la prensa mundial pone el foco en Estados Unidos, y ningún intelectual, ningún pensador advierte la sangría y el debilitamiento buscado por el capital financiero, contra Europa. En diez países de Europa el numero de contagios es de 1.045 724 y el de fallecidos es de 115.668. En estos países de los que he recogido datos no todos son de la Unión Europea, son Italia, España, Francia, Bélgica, Alemania, Reino Unido (otro que no entendió la sutileza del aviso), Holanda, Irlanda, Suecia y Suiza. No son todos los que están, ni están todos los que son, pues contándolos a todos, podría decirse que la pandemia es europea.

Es evidente que las instituciones de la Unión Europea están corroídas por el temor de sus burgueses a perder lo que nunca han tenido, pues son un apéndice infectado de sus im pares socios de la otra orilla del Atlántico, no tienen autonomía y han sido castigados por desobedecer, aunque a los aliados más fiables, el coronavirus solo les ha rozado. Una pequeña mordedura. Lo digo sin señalar porque les considero recuperables.

¿Y si la izquierda lanzara una ofensiva?, ¿y si la izquierda se planteara la unidad desde abajo? ¿Construir una Unión de Repúblicas Socialistas Democráticas? ¿Por qué no? ¿Vamos, otra vez a levantar un capitalismo financiero que traerá una nueva crisis, cada vez en menor tiempo, envuelta en cada vez más fallecidos-matados? Esta es la decadencia del capitalismo. Ayudemosle a desaparecer. Construyamos la nueva sociedad. La izquierda y yo con ella no quiere una sociedad muda. No quiere, ni yo tampoco, una sociedad asustada, cohibida. Una nueva sociedad tiene que poner en primer lugar la educación y la cultura, pues solo una sociedad culta hará imposible que un grupo de poder destruya más de 200 000 vidas para para ocultar su fallo monstruoso.

GRACIAS A USTED POR DEMOSTRA QUE LA ECONOMÍA
YA ERA UNA RUINA ANTES DE ARRUINAR
MAS DE 200 000 VIDAS

Cuanto más vueltas le doy a la relación entre la crisis económica y la pandemia más clara me parece la tesis de Eric Toussaint acerca de la independencia del momento económico y el contagio del virus, salvo que, dado que la crisis se produciría sí o sí era mejor enmascararla con el contagio. Por cierto señor Toussaint, estamos firmemente persuadidos de la inhumanidad macro y micro del FMI, y humildemente creo que su inteligencia sería mucho más útil y fructífera si retomara el hilo por la construcción del internacionalismo de los pueblos de Europa, que particularmente debería ser extendido a los pueblos del mundo, pero con todo y con ellos, considero que sería un paso adelante, y sobre todo, abundando en su propuesta por la nacionalización de los bancos, laboratorios químicos-farmacéuticos y empresas de seguros, algo con lo que no deberíamos permitir el infame mercadeo, según las causas que señala, fuerza mayor, estado de necesidad, etc., que dicen a las claras que este momento no es como otros tantos.

jmrmesas
veintinueve de abril de dos mil veinte








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