jueves, 2 de abril de 2020

HULK




HULK

Recuerdo haber leído en alguna parte que el formidable Isaac Asimov siempre declinó las ofertas que le llegaban para trabajar para los militares, aunque esa no era ni es la tónica dominante cuando algún científico recibe la invitación.

Un conocido me susurra al oído si creo que el coronavirus es un asunto de índole conspirativa, y yo, discretamente le susurro que me resulta claro. Por supuesto, que aunque me llaman Jesús, no soy el mesías, ni siquiera un profe ta, osea, es decir, que me dice, ¿de donde sacas pa tanto como destacas?, tío. Dígole. Hay aspectos que me llamaron la atención, y como me tienta la curiosidad, uno se hace preguntas se establecen relaciones y echa mano de las señales disponibles y que puede comprender un indocto como el abajo firmante.

La más clara de las señales percibidas por mi limitada inteligencia es la machacona matraca hollywoodense de pintar los experimentos pentagonianos que ligan a emprendedores y generales afanados en experimentar con animales y personas a la búsqueda del soldado invencible, y aunque los ejemplos pueden ser kilométricos me viene a la memoria la conocida serie del increible Hulk, un experimento fallido, llevado al cine y a la televisión, que en realidad es una tapadera, como la del atolón del pacífico, cada vez más agrietada, de experimentos de muchos millones que el Pentágono financia. ¿Quiere esto decir que yo acuso a... ? Puedo ser corto de inteligencia pero no completamente idiota, porque, ¿cómo podría acusar sin pruebas?. El afán de encontrar explicaciones me lleva a tratar de razonar, porque esta pandemia no es una plaga bíblica, sino, barrunto, un perverso diseño para ocultar que el sistema se ha vuelto peligroso, nocivo, deletéreo, y salvo el señor Eric Toussaint, que no tiene que fantasear porque ha estudiado el comportamiento del funcionamiento de los bancos, los que oímos campanas sí necesitamos conjeturar para no hundirnos
en el tsunami de basura que nos ofrecen los medios.

Que el virus comenzara en China para saltar a la Unión Europea e Irán fue un dato hartamente inquietante, pues en principio son, ¿eran?, ¿seguirán?, siendo obsesiones del presidente de la mitad del mundo, para que se le haga caso, y todo dios sepa quien manda, que había que desatascar la economía de EEUU y financiar la OTAN, y creo que seguirá porque se avecinan tiempos muy duros de tránsito hacia un mundo nuevo y desconocido, pues las ensoñaciones de izquierdas están muy diluidas en el capitalismo.

Que la pandemia llegara a EEUU es un terrible fallo político, pues si Bill Gates ya preveía y prevenía en 2015 de la posibilidad de una epidemia que podría coger a la humanidad desprevenida ya podría haber sido interpretado como un aviso muy interesante para que el Estado profundo que es el complejo militar industrial se pusiera las pilas, por eso que expertos en inteligencia (espionaje), vinculados a las asesorías de Trump consideren que el covid19 es el mayor fallo desde el ataque de Pearl Harbor no puede significar otra cosa que el gobierno de EEUU tiene muy poca influencia sobre las empresas, las corporaciones y sus thinktans de ese conglomerado industrial que es USA, donde las empresas pueden tomar decisiones comprometidas sin comunicar nada a un gobierno que está para respaldarlas, considerando posibilidades de experimentos controlados que se terminan descontrolando. ¿Se refieren a eso los expertos cuando dicen que no se han tomado en consideración a las agencias de seguridad? ¿Se desmorona USA como le ocurrió a la URSS?

Tengo que decir honradamente que esto que digo son puras especulaciones que me tranquilizan más que las que leo, veo u oigo, y que ruego a los lectores que las reflexionen, pues no son las escrituras.

ES LA ECONOMIA, ESTUPIDO

Como he apuntado en los últimos post, el incremento de la producción de medios de producción, limita la producción de plusvalía y la importancia absorbente del capital financiero estrecha el mercado de tal manera que necesariamente las crisis se hacen más profundas y la dependencia del beneficio monetario se reduce a la pura especulación. Esto que digo es lo que deduzco de la lectura de Marx, o autores marxistas con formación académica como M. Hudson, M. Roberts, Murray Smith, por lo tanto, me llama la atención que la gran crisis que denota E. Toussaint no se refleje en los medios, cuando el confinamiento, en todo el mundo está suponiendo una destrucción de empleo sin precedentes, ¿para abaratar más el trabajo?.

Sin embargo, y tengo que confesar que es más un deseo, que una realidad, quiero ver que hay indicios que podrían apuntar a un cambio de tendencia, si lo más avanzado de la sociedad sigue el ejemplo de los sanitarios, lidiando con el virus, aunque desprotegidos porque los recortadores les dejaron con lo justo. Los trabajos que ha realizado el politólogo Toussaint describe el funcionamiento de las salas del casino global que son las bolsas de valores. Cómo se inflan los valores hasta que los propios especuladores estiman que ha llegado el momento de pinchar la burbuja, vendiendo para comprar a la baja. Es decir, si los economistas, como los médicos y sanitarios, se mojan y abiertamente denuncian que la economía global no es más que un enorme engaño para la estafa, si las fábricas, como la SEAT ha demostrado, pueden fabricar lo que la sociedad necesita, en cada momento, ahora, respiradores (¿Se imaginan a Boeing o Airbus fabricando respiradores?), si las fábricas de armas dejan de fabricar armas de destrucción masivas, se imaginan … pues mirando algunos periodicos de referencia internacional no he encontrado referencias a la economía.

Ciertamente la pandemia se atenuará, pero la situación económica ya era mala antes de la pandemia y como incansablemente se repite en los trabajos de Toussaint, el profundo crack de 2020 se habría producido de todos los modos posibles y por lo tanto no se le puede echar la culpa del desastre económico a la pandemia, sino que este desastre económico quieren camuflarlo con el coronavirus, lo que es doblemente criminal, por eso es importante que los economistas de referencia que escriben o peroran en los medios tengan la honestidad de denunciar la estafa bolsística, o si no, denunciar los trabajos de Toussaint como falsos, inventos, porque si la economía sigue igual, tras el coronavirus vendrá otra pandemia más mortífera. Si un profesional respetado dice que los bancos deben ser expropiado sin indemnización y que debemos repensar que sociedad queremos es que debe tener sólidos argumentos en los que apoyar sus asertos.

A los sindicatos obreros les queda una tarea bien dura porque deberán tomar en consideración que la defensa de los trabajadores empieza por dar a conocer los datos reales de la producción, no tanto en llamar a la acción sin ideas como dar ideas sobre la economía para la acción política y militante, y desde ningún ángulo, facilitar ministros a ningún gobierno para tener de rehén al sindicato.

El coronavirus es una sutil advertencia para prevenir concentraciones de personas, que el capital ve como una amenaza. Es una sutil advertencia que nos hará desconfiar unos de otro, porque los medios de control que tiene el capital en sus manos es muy importante. Sin embargo, nunca como hoy, los obreros podemos hacer oír nuestras voces.

jmrmesas
dos de abril de dos mil veinte


Este apunte no gusta al capitalismo. No hagas piña con él y pásalo











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