UNA LARGA MARCHA
¿HACIA DONDE?
Vaya, vaya picaruelos. Os habéis colado en mi cubil. Ya me lo
figuraba yo pero, ¿tomarme el pelo?, pues hasta me ha parecido
diver. En fin, al lío, que no se cuanto tiempo me queda.
MANUAL DE INSTRUCCIONES
Pues resulta que se ha debido de perder, o lo mismo es que nunca
tuvo. Igual igual, el que sustituya al que sustituya al que está
agonizando va con manual, pero hasta aquí los modos de
producción que se han sucedido en la historia han
venido sin manual de operaciones, osea que en el comienzo del invento
cada cual se apañaba con lo que tenía a mano. El ingenio humano fue
mejorando la herramienta y cada cual en su tarea fue afinando y así
se han ido sucediendo desde los tiempos remotos hasta hoy. Cada cual
en su oficio. Y los oficios más favorecidos han sido los más
alejados del día a día, pero las legiones de oficiantes de lo
cotidiano, los que creaban y crean la riqueza, los
vinculados a la rutina diaria, para esos creadores de
riqueza, la vida siempre era la misma, aunque esta cambiaba
imperceptiblemente con cada jornada, sin que ese cambio fuese
percibido. Todo parecía como siempre, pero nada era como
antes. Esta
contradicción es determinante porque permite a la élite operar,
dirigir,
mandar,
legislar,
juzgar,
gobernar,
medrar.
La crisis económica es muy
profunda, particularmente
profunda en EEUU que deslocalizó una colección de corporaciones
consideradas de segundo nivel.
Todos los que se dedican al asesoramiento financiero convienen en
admitir que deberá haber cambios en la economía, y aunque esta es
una opinión concreta, que
el autor avisa que debe tomarse con criterios educativos,
me resulta interesante porque los juicios que vierte pueden ser
compartido por una amplia variedad de expertos aunque cada cual lo
interprete desde ópticas distintas. Que
la capacidad de resistencia económica de un amplio sector de
familias de EEUU –también
de Europa, y no digamos de países con recursos más limitados–
no podrán aguantar esta crisis es una evidencia inocultable.
Que la
quiebra de la confianza
de la sociedad USA
–también de Europa y más allá – en
el sistemas no se recuperará de un día para otro,
porque más de 30 millones de empleos perdidos en unas
semanas no se recuperarán en el mismo tiempo es una obviedad,
que no podrá ser disimulada por mucho cuento que se le eche. Este
experto vaticina años, y dependiendo de conceptos, décadas. Décadas
de sufrimientos sin opción de mejorar. Que
la quiebra de confianza en el banco central,
la Fed,
creará resentimiento
porque ha rescatado a las grandes empresas y no a las familias o
pequeñas empresas apalancadas es igualmente una suposición fundada
que levantará oleadas de indignación.
La pregunta que debemos hacernos es...
¿QUÉ CONCLUSIONES DEBEMOS SACAR?
El desarrollo desigual y
combinado, una premisa correcta, porque en el inicio de la
industrialización era una evidencia funcional, terminó siendo
utilizada para evitar entrar en la interpretación de la necesidad
del internacionalismo para
que la diferencia económica entre sociedades
no supusiera, no terminara ocasionando una
separación de los trabajadores en categorías diferentes que
desuniera a la clase trabajadora,
porque eso fue lo que
hizo fracasar las votaciones de los créditos de guerra en Alemania y
Francia.
Finalmente se canalizó para justificar la construcción del
socialismo en un solo país
–que tan desfavorables resultados trajo a la URSS–, invocando
la coexistencia pacífica
que aseguraba el dominio de la burocracia, que estaba por encima de
la clase obrera, por encima de la sociedad soviética cohibida,
minimizada, ha demostrado por vía de hechos la
actualización de las fuerzas productivas en los países
industrializados, solo
que sin consciencia de ser la misma clase obrera,
porque el cierre patronal encubierto con el virus del covid 19 ha
conseguido mantener la economía funcionando a medio gas mientras
actualizaba y sigue actualizando sus balances, como primera medida.
Ha conseguido disciplinar a la ciudadanía, al pueblo trabajador,
reduciendo su movilidad y atemorizándolo con el resurgimiento del
virus “que puede evolucionar para ser menos letal, porque quiere
hospedarse en un ser vivo, no matarle”, que supone una amenaza
constante, una espada de Damocles, siempre pendiente de un fino hilo,
en segundo lugar.
Ha conseguido una silenciosa
proeza bélica sin disparar balas de plomo aunque sí biológicas
porque la difusión del virus ha sido una operación
militar de precisión, en
tercer lugar.
En lo tocante a España, el virus
ha golpeado con crudeza a Madrid, sede del gobierno del Estado, un
gobierno que no gusta a la derecha, que tuvo roces con Trump, a
cuenta de las exportaciones agrícolas y Barcelona, sede del gobierno
municipal de unidad popular, mientras en Andalucía ha sido más
benévolo, lo que a mi modo de ver, supone intención
calculada.
Es decir, existe una
homogeneización social, cultural y económica que
demandan criterios de funcionamiento económicos capaces de hacer que
las fuerzas productivas se combinen de otro modo para que estas
cumplan otros criterios diferentes de los de un mercado
hiperconectado,
sin campo para
operaciones autónomas que justifiquen un remedo de competencia
cuando la hiperconexión anticipa
todas la posibilidades de la competencia. Solo queda la
especulación económica, algo menos lógico y
por tanto más caro de predecir.
Por tanto, tendente a volver a reproducir el esquema de crisis
sistémica que acompañará al modo de producción
mercantil en su etapa decadente y monopolista.
¿Se está tomando nota? ¿Se
percibe la causa objetiva?
Mo no po lis ta.
Es decir, la inversa
objetiva de la privatización,
que objetivamente
supones diversidad,
luego si el sistema tiende, objetivamente
a la centralización,
a la planificación
monopolista se
está produciendo una contradicción,
que objetivamente tiene tendencia a reducir la
producción, por tanto
dificultando el crecimiento de las fuerzas productivas que
forzosamente han de
recluirse en la producción de armas de destrucción masivas,
entre las que se hallan, en esa maldita panoplia la sección de las
NBQ, y las más recientes de la ciberguerra.
La sociedad no se plantea nunca
problemas que no pueda resolver. Esta música seguro que le suena a
más de un avisado estudioso, luego si de alguna manera
se está planteando el problema quiere decirse que existen medios
objetivos para solucionarlo,
aunque la solución exige concreciones
y voluntad política
de abordar los inconvenientes derivados de una serie de variables de
difícil calibración ya que afecta a los límites geográficos de
los Estados nacionales,
y eso exige de la izquierda realmente existente, a escala macro y
micro cooperación, colaboración, solidaridad y empatía, para
soldar una clase obrera desorganizada,
desinternacionalizada
porque la coherencia de
la socialdemocracia,
donde residía el
marxismo organizado,
se llenó de bernsteins,
eberts,
noskes y
otros carreristas y perdió esa coherencia por dos guerras mundiales
llevadas a cabo en el territorio de Europa, ¿Extraña que Europa no
resulte fiable para los europeos de América del norte? Que la élite
no lleve el agua a su dios medrante molino dependerá de
la voluntad política de discutir los criterios objetivos deducibles
de los acontecimientos, actuales y menos
actuales, pero nunca prescindibles.
En términos populares esta
contradicción se expresa diciendo que somos el 99
por ciento que labora para un uno por ciento.
Esta es la contradicción que obliga enfrentar las penalidades a la
mayoría social porque objetivamente todo lo que supondría beneficio
y armonía para un planeta que
ha producido una especie inteligente,
esta sigue comportándose –no obstante– con
criterios primitivos porque la élite, que en la
división social del trabajo se ha visto liberada de las tareas
cotidianas se dispuso a medrar por encima de
todo.
Por encima de todo y a cualquier
precio se inventó una superestructura que favorecía lo
individual sobre lo colectivo,
magnificándolo hasta el extremo de crear héroes, príncipes, reyes,
sultanes, profetas, califas, dioses y tribunos, arte y literatura,
mitos y leyendas, poesía y música, pintura y escultura, que
glorificaba al héroe, al individuo, mientras la gleba, el pueblo
llano, el que estaba y está ligado a la rutina, que es la que
produce los cambios imperceptibles, pero que es la que
terminan generando contradicciones imparables que empujan a cambios
que varían el curso de la historia
no hacía otra cosa que trabajar, crear riqueza, que siempre la
atesora una minoría. Los impuestos siempre los ha
pagado el pueblo llano, incluidos los tributos
que el señor feudal pagaba al soberano y es hora de cambiar porque
la riqueza producida en común debe tener y tendrá a la humanidad
como legitima propietaria.
Aquí tenemos un trabajo objetivo realizado con rigor intelectual por
un documentado analista que ha examinado las finanzas del capital
financiero, que coincide con el de otros analistas económicos menos
conocidos pero que desde diferentes perspectivas sabían de la
existencia de la profunda crisis económica, antes de la pandemía.
Todo el trabajo del Comité pour l´abulition des dettes illégitimes,
con el que no tengo ninguna vinculación salvo la de leer los textos
que ha emitido el señor Toussaint, que llamó mi atención por el
hecho de proponer la expropiación de los banqueros y la
socialización de los bancos, palabras gruesas nada habitual en la
prensa escrita de mano de un profesional documentado, no como yo, un
currante “resentido”, latoso y viejo, está
destinado al desprestigio si se cuela la especie que se
empieza a dictar diciendo que la pandemia ha sido la causante de la
crisis y no al revés. Es la crisis la creadora de la pandemia,
y mientras que los avisados estudiosos de todas las disciplinas no
expongan claramente este hecho, el mundo estará en manos
de mafiosos con poderes NBQ.
Aquí también tenemos un gobierno canijo, plural, como la propia
sociedad, cacofónico, encogido y temeroso por tener que cuidar de no
pisar el terreno minado porque los poderes fácticos no paran
de sembrar minas. Su poder reside en la capacidad de
comunicar, que no prodiga, y el el temor de llevar a la
calle, con orden y concierto un debate sobre qué sociedad
queremos. Los ciudadanos expresan con claridad que quieren
una sanidad pública, y eso tiene unos costes inocultables, que hay
que abordar, pero no puede haber sanidad pública sin una enseñanza
pública de calidad, capaz de formar ciudadanos con criterio.
jmrmesas
tres de mayo de dos mil veinte
Atrévete y pásalo
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