viernes, 1 de septiembre de 2017

Superimperialismo, Terrorismo, Pactar la Guerra





SUPERIMPERIALISMO, TERRORISMO, PACTAR LA GUERRA

El grado de interdependencia de los diferentes centros de poder es el resultado de una fluida comunicación, objetivada en eso que se ha dado en llamar cumbres, que convierten al mundo en un delicado puzzle que puede desajustarse sin posibilidad de reconstruirlo, por eso, situar e interpretar los actos de quienes toman decisiones es tarea controvertible; si además la información disponible es solo la de los medios, si se carece de canales alternativos, de fuentes que vierten su caudal en los mentideros que no frecuentas, entonces es muy razonable ser discutible, pero por grueso que pueda ser el trazo de quien escribe, este no es menos preciso que el de los analistas profesionales, que parecen ser muy precisos en lo accesorio, pero que obvian lo relevante, porque resaltarlo marca tendencia, y ese marcaje tiene costes, que como en Méjico, o Turquía, al que escribe lo que es relevante, le cuesta la vida.

Y entonces llega al parlamento el señor presidente del consejo de ministros de la corona, convocado por la oposición para que explique cual fue su relación con los encausados por la corrupción y su parlamento se esconde tras los recientes atentados que tuvieron lugar en Barcelona.

El terrorismo es el recurso del capital financiero, precisamente para disimular la feroz expropiación que este lleva a cabo manipulando leyes, nacionales e internacionales para que todos los años, en Davos nos enteremos de cómo el capital se concentra, cada vez más, en menos manos, sin que esta estadística mortífera, que da lugar a lo que es portada en todos los medios, cada día, alguien se atreva a relacionar esas expropiaciones – de ámbito mundial, y sin la cual no tendría explicación, la concentración de capitales –, con la falta de empleo, los recortes, las leyes que propician reformas laborales, leyes mordazas, los desahucios, las hipotecas impagables, el deterioro de la educación, la sanidad, la corrupción, la prostitución, el crimen, organizado y el espontáneo, es decir, como es imposible gobernar con transparencia, si se ha diseñado toda una política, que en los países democráticos, la gobernanza cotidiana se pudre, hábil y sutilmente mediante un rosario de atentados terroristas que desmoviliza y sume a la población trabajadora en un ambiente donde los problemas que condicionan su cotidianidad se ve alterada por la brutalidad criminal del terrorismo, teniendo ejemplos flagrantes de terrorismo institucional, como Filipinas, de terrorismo interpuesto con ayuda del narcotráfico armado con armas de guerra, como en Méjico, con división de Estados, como Sudan, con la aniquilación de pueblos como Yemen, con la represión brutal como la llevada a cabo en el Rif, por el gobierno amigo del monarca de Marruecos.

Pretender entender el terrorismo sin entrar en las causas que lo motivaron es una tarea solo apta para distraer a la buena gente mientras se da pie a toda una serie de teorías que echan leña al fuego del odio, la xenofobia, el enfrentamiento religioso, o lo que es lo mismo, el caos del que sacan beneficio los que tienen los instrumentos de poder para gobernar en beneficio de las transnacionales y de los bancos, cada vez más grandes para dejarlos caer – que un cierto informe explicaba cómo todos los bancos sistemicos poseían acciones compartidas –, en realidad, siendo los que deciden la gobernanza mundial, mientras endeudan a los Estados y engordan la próxima burbuja, ¿bitcoin?.

Especialmente el radicalismo político islamo-yihadista, financiado con largueza y cultivado psicológicamente, para que su efectividad no decaiga es muy importante, por eso creo que el atentado contra las torres del WTC de Nueva York es digno de ser analizado con toda la profundidad posible porque ese atentado era la puesta en escena del enemigo que sustituía al comunismo vencido, y su realización debía alcanzar el grado de efectividad y credibilidad, necesario y suficiente para poder ser exportado, fundamentalmente a Europa y al resto del mundo; – aquí es interesante dejar claro que con ello no se pretende ir contra el pueblo estadounidense, tomado como rehén y utilizado como excusa para cubrir el enriquecimiento de su élite, su burguesía guerrera y militarista, su miedo, el miedo de esa minoría, que dirigía la gobernanza del mundo a ser rebasada por la historia, se trata por tanto de demostrar cómo en los mismos EEUU, la versión oficial de aquel atentado es contestada desde diferentes ángulos, uno aquí, otro aquí –, sin que con estos se agote la contestación.

Dado los antecedentes políticos del complejo militar industrial, utilizando el islamismo para lograr ventaja política, extendiendo sus efectos más allá del territorio de Estados Unidos, una vez que el comunismo soviético había dejado de ser el sustento ideológico que mantenía la industria militar en estado de máxima absorción de presupuesto gubernamental, el rosario de atentados, que no olvidemos, causa más sangre y destrucción en los países donde está arraigada la cultura islámica, que en Europa, es percibido por los europeos como la principal amenaza, y esa percepción es, interesadamente cultivada por ese rosario de atentados, utilizando al islamismo yihadista e impulsando hacía Europa el vaciamiento de territorios que el capital financiero fija como objetivo, primero, porque el desplazamiento de una masa humana considerable, desestabiliza, es un negocio para las mafias con lazos invisibles con el poder y permite un trasiego de seres humanos, imposible de controlar, y segundo, al vaciar los territorios apetecidos, este disminuye su población y quienes quedan son los más desfavorecidos, aquellos que no disponían ni de recursos económicos para escapar ni de los medios políticos, culturales e ideológicos necesarios para organizar una resistencia efectiva y peligrosa, obligados por tanto a enrolarse al Daesh o morir.

Ese cultivo interesado – en los EEUU con la puesta en escena de las torres demolidas con la excusa de los impactos aéreos, que debió suponer complicidades a muy altos niveles, dado que se ignoraron informes policiales cursados reglamentariamente –, que requiere una enorme cantidad de dinero, vendría financiado, en principio de la mano de las burguesías árabes temerosa de una ciudadanía sobre-explotada, empobrecida y desorganizada, posteriormente la invasión de Iraq aportó una fuente financiera sobrevenida, al contrabandear el petroleo robado en Siria. El objetivo fundamental de la extensión del terrorismo, a esa escala planetaria tendría dos vertientes principales una, el control de Oriente Medio, otra desarticular, cuando menos, el lento avance de Europa hacia una solución lógica, un Estado confederal, percibida como un peligro por la burguesía europea y estadounidense al albergar el continente una ciudadanía muy cultivada y politizada, capaz de poder dar un giro determinante al proceso histórico si dispusiera de una orientación política clara con una alternativa, un proyecto de sociedad, más justa e igualitaria.

La invasión de Iraq fue la razón más importante, viniendo a demostrar que Afganistan no fue más que la trampa que contribuyó a minar el vacilante comunismo soviético que terminó desmoronándose en Europa – personalmente creo que este desmoronamiento soviético fue la confirmación del terrible error que supuso para la revolución de octubre abandonar la lucha en Europa, en favor de la política estalinista del socialismo en un solo país y de la coexistencia pacífica: el tiempo demostró fehacientemente que el error fue una traición –, para el impulsor de la idea que buscaba un enemigo global alternativo al comunismo, EEUU, el asesoramiento de las empresas privadas de seguridad para crear bandas para extorsionar a la población, tras la invasión del territorio iraquí no debió suponer un problema difícil de resolver dada la experiencia acumulada en Afganistan. El problema debió llegar, una vez invadido Iraq cuando desapareció la administración del Estado iraqí y se formaron diferentes bandas y milicias, y las diferentes burguesías empezaron por jugar cartas que no podía suscribir el complejo militar industrial USA, autor del diseño político para el mundo del nuevo siglo americano.

Turquía es la muestra más significativa porque al tener su territorio un enclave estratégico, parecía ser el socio perfecto para vigilar tanto a Rusia como a Irán . El islamismo moderado de Erdogan, que rompe la base del laicismo de Atatürk, era hasta ese momento, una garantía fiable, que se empieza a radicalizar y querer tener un papel diferente al que le aseguraba el imperialismo, solo una determinada preponderancia al ser Turquía un enclave estratégico, base de la OTAN y deposito de armas nucleares, sin embargo, la ambición de querer tener mayor peso específico, propició un golpe, que como siempre, la izquierda fue incapaz de valorar.

Ese lugar estratégico que tenía y tiene Turquía (ha asegurado la supervivencia política de Erdogan), fue vital para comercializar el petroleo que el Daesh robaba en Siria y que aseguraba la financiación de ISIS-Daesh, siendo transportado a Turquía para comercializarlo con la complicidad de los compradores, viniendo a demostrar esa práctica un cierto consenso de los Estados, que con la boca pequeña condenan en terrorismo. El dinero ingresado en la cuenta del Daesh y en la de la familia de Erdogan tuvo un efecto nocivo, para el dirigente turco porque concibió planes que no eran contemplado con agrado por la burguesía pentagoniana, y para el Daesh porque los dueños del mundo necesitaban una nueva edición de Sikes-Picot y no una edición medieval abasida con aviones a reacción. Así pues, la aventura de ISIS-Daesh que era muy cara porque exigía armas, dinero y más dinero para improvisar una administración que pudiese organizar a una población, poco dispuesta a retroceder al medievo, empezó a generar contradicciones de difícil resolución. Rusia cortó esa posibilidad cuando Bashar al Assad pidió ayuda a los rusos y estos terminaron con el contrabando de petroleo, y las contradicciones se han agudizado porque el nuevo presidente al mando de Estados Unidos, urgido por una deuda estatal gigantesca que parece no haber entendido el delicado equilibrio de fuerzas, presiona a los rusos y chinos, en la península coreana.

¿Se entiende que sin terrorismo el sistema, el capital financiero, que predomina sobre el capital productivo no tiene capacidad para gestionar el mundo? Creo que no es difícil de entender, que la pugna entre las superpotencias por no ceder territorios, no ceder zonas de influencia exija una comunicación constante y fluida para no cometer errores fatales – de ahí las cumbres, oficiales y oficiosas –, y si, por ejemplo, Trump amenaza con invadir Venezuela, funcionarios cualificados de EEUU se entrevisten con dirigentes venezolanos dando ciertas seguridades, que son todo lo fiable que las circunstancias permiten, toda vez, que los gobiernos amigos sudamericanos se sienten concernidos y amenazados.

¿Queda entendible el por qué del islamismo político? Los psicólogos y sociólogos – también otros científicos – que pululan por thinktank como por ejemplo CFR (Council on Foreing Relations) bien pudieron llegar a la conclusión que los árabes musulmanes son orgullosos con un sentimiento rencoroso de haber sido ninguneados por el destino (el sistema), que siempre pinta en las películas al malvado con turbante y mirada aviesa (podría pintar también a los chinos, pero estos tienen submarinos nucleares y un billón de dólares en bonos del tesoro de EEUU, así que mejor mostrar respeto). Los árabes musulmanes daban el tipo perfecto, solo había que exacerbar el sentimiento religioso en la dirección exacta para tener un militante disponible y fiable, pero esa red en la que no caben lobos solitarios, o mejor, en la que se puede preparar un lobo solitario a petición, hay que mantenerla operativa, y esa operatividad hay que engrasarla con dinero. Nunca se hará, ni nunca se discutirá en ningún parlamento sobre terrorismo, pues incluso con trazo grueso, el resultado desvelaría el misterio, que siempre hay que mantener velado porque, aunque se sospeche de donde puede venir, la cuestión es la posibilidad de probarlo, y esa prueba, como la de evidenciar como se mueven los flujos del dinero, que enriquecen a la minoría minoritaria y empobrece a la mayoría mayoritaria, mejor dejarla para Davos, donde todos se conocen porque, igualmente, nunca se discutirá en un parlamento cómo se genera la riqueza y la pobreza porque demostraría el robo de los poderoso, el expolio a los pueblos, las reglas trucadas, los dados cargados, por eso se amaga con discutir, pero no se hace porque para ello hay que tener una alternativa, y esa está por inventarse.

El sistema dominado por el capital financiero estadounidense, con sus reglas y sus organizaciones querría imponer por la fuerza sus condiciones pero no puede porque entre tanto las fuerzas emergentes encabezadas por China y el poderío militar ruso, convierten la partida en una jugada muy sensible y un manotazo en la mesa podría descomponer el puzzle trabajosamente construido. No sería nada desquiciado pensar que ahora mismo se podría estar pactando la guerra, las armas y el escenario de un golpe de fuerza, un duelo, en el que podría decidirse las condiciones entre los poderosos (no se hacen cumbres para echarlas rodar sin control); quién pondría los muertos, el terreno, qué y cómo la puesta en escena y casi podríamos decir que ese escenario estará lejos de los territorios de los poderosos. ¿El Pacífico? ¿Venezuela? ¿El sur de Europa? Oriente medio ya lo es ¿Qué nos sorprenderá? Desde luego, la atomización de la clase obrera es como la arena, mucha pero fácil la mueve el viento, por tanto, difícilmente sería protagonista. Cohesionarla, darle solidez es tarea de un acuerdo internacional de los representantes obreros, sus organizaciones de lo contrario, no cuenta y las superpotencias, los imperialismos, podrán pactar cómodamente, fuerzas armas y escenarios.

¿Era lógico esperar que Rajoy diera explicaciones en su terreno, cuando en el tribunal al que acudió como testigo, con la obligación de decir verdad, miró para otro lado? El gobierno del PP es la última trinchera de la constitución del 78, el lo sabe, y todos lo intuimos, por eso puede seguir jugando, mareando a la perdiz.

jmrmesas

uno de septiembre de dos mil diecisiete

















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