TENDRÍA CO...RAJE LA IZQUIERDA PARA ARREGLAR
EL PROBLEMA SOBERANISTA
LA IZQUIERDA ES SOBERANISTA
¿Cual es el significado de los atentados
yihadistas de estos últimos días? A veces, la próximidad del
objeto impide apreciar el significado de lo que se ve insertado en el
contexto, y se necesita un cierto distanciamiento para captar esa
realidad, que la proximidad, dificulta.
Europa está experimentando un constante y
persistente hostigamiento, un golpeteo en forma de atentados
yihadistas, interesadamente disfrazados con el mentiroso señuelo
de defender al Islam, y lo está haciendo en países cuya
principal característica es la de tener gobiernos con un notable
desafecto parlamentario, a la par que una notable población
islámica, cuyas oposiciones están encabezadas por dirigentes
comprometidos con los intereses mayoritarios de la población
trabajadora. En el Reino Unido, el laborismo dirigido por Corbyn
empieza a recoger a la juventud que no ve futuro con los
conservadores. En Francia, un partido – En Marche – formado a
prisa y corriendo con el propósito de llevar a un banquero a la
presidencia del Estado, sin vinculación con la clase obrera, que
además, ha dejado al partido socialista francés, fuera de juego y
hundiéndose, atemoriza al capital financiero mundial porque las
batallas por venir las dará una oposición dirigida por un político
de izquierda, Mélenchon – La France Insoumise –. En España, el
desastre del gobierno Rajoy, metido hasta el cuello en el barrizal de
la corrupción, se agarra al clavo ardiente del chovinismo
patriotero, queriendo ignorar un problema pendiente – el
soberanismo catalán –, que él mismo ha magnificado para salvar un
gobierno, que está condenado por la historia, que, probablemente,
condenen los tribunales, y cuya continuación no puede más que
enconar los problemas, pendientes de una resolución definitiva.
El verdadero problema en Europa es el que
plantea el Presidente de la Comisión Europea (en último termino, la
unidad de Europa, que no de la Unión Europea) y que, desde
la perspectiva de la administración de Bruselas querría
solventar con cambios de fachada, y que la izquierda no puede abordar
porque los problemas está obligada a verlos a través de los
esquemas de la burguesía, es decir, los ve con las gafas de los
intereses del capital que es el de mantener a los europeos lejos
de las decisiones y que solo favorecen el interés de los
capitalistas. Mientras esto sea así, no habrá solución posible, y
para evitar cualquier aproximación, en esos cenáculos donde se
analizan los problemas sin luz ni taquígrafos, se van desgranando
atentados aquí y allá para atemorizar y reducir a la población
europea, facilitando el ascenso del fascismo legal, ese que
todos saben quienes son pero no pueden mancharse con la brutalidad
diseñada por las empresas de seguridad de las aguas negras,
que le es propia, porque entonces se despertaría a una clase
obrera aletargada, convertida en ciudadana, con todos los derechos –
que no puede ejercer porque ni posee medios ni organización ni
consciencia – y todas las obligaciones, exigibles, una a una
sin posibilidad de disentir.
España está en el ojo del huracán; la
aparente tranquilidad es la de estar, precisamente, en el centro, en
el ojo, que no en el ajo, al que hay que machacar para dar sabor a la
salsa. La explosión en la localidad de Alcanar, de hace unas
semanas, que dio al traste con la brutalidad prevista y que la célula
operativa improvisó con el atropello terrorista de las Ramblas, hace
temer que se intenten otros más elaborados, y que la profesionalidad
de los cuerpos de seguridad, tal vez, no puedan impedir, por eso, la
izquierda que encabezan Podemos y el PSOE, podría acabar con el
problema soberanista si valientemente y con la determinación de
defender los intereses de los trabajadores europeos hicieran una
solemne propuesta al pueblo catalán de asegurarles un referéndum,
con todas las garantías, tan pronto como se construyera
una mayoría para echar al partido popular de la dirección del
Estado. Eso podría poner fin al problema soberanista, que
emponzoña la lucha por los intereses de la clase obrera y que sí
nos enfrentan abiertamente con el objetivo de la política, el
reparto de la riqueza generada socialmente y disfrutada por una
minoría que se arroga todos los derechos.
Esto es, en mi discutible opinión, el
significado del incesante goteo de atentados yihadistas que llevan
sucediéndose en Europa, en los últimos meses, y que recientemente
se han agolpado en los últimos días; el temor de los CEOS de
la contra revolución que Europa, se les vaya de las manos i la lucha
social pudiese impulsar a la izquierda opositora, en los diferentes
países con opciones de gobernar, a coordinar políticas no previstas
en los despachos de Bruselas conectados con los bancos. ¿Que esto
podría acabar con la monarquía borbónica? Podría. Pero el joven
rey podría pasar sin trauma de ningún tipo de ser Felipe VI a ser
Don Felipe de Borbón, un ciudadano corriente.
Ah, ...esto no es la biblia, pero podría ser
tener su gracia.
jmrmesas
dieciséis de septiembre de dos mil diecisiete
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