ABDULLAH ÖCALAN Y LEOPOLDO LOPEZ
Los patrones que son objetos de referencia con
los que comparar cosas, suponemos, homologables; que tienen
características iguales, idénticas. Son determinantes para poder
manejar cosas, objetos, piezas, pero también,
ideas, conceptos, principios,
que nos lleven al convencimiento de ser justos y acertados en las
decisiones que se toman. En la ciencia es vital que las
observaciones y medidas se atengan a los patrones de referencia con
los que se manipulan aquellos objetos del estudio. En la economía,
el comercio, y en las actividades conexas, finanzas, monedas, reales
y virtuales, etc., los patrones son más movedizos, pero si
entramos en el terreno de la política, entonces, como dijo aquél,
la justicia es un cachondeo; no es que existan dos varas de
medir, existen varas a petición, por ejemplo, el cuñado plebeyo,
que paga por la corona, no es que no esté en la cárcel, es que se
lanza un globo sonda, rebajandole la pena, para inmediatamente,
aumentarla, un poquito, porque no cuela. Son las consecuencias de
andar en compañía de riesgo.
La política que está poco prestigiada, que es
como decir que la gente común piensa en la escasa importancia, que
para su vida tiene las decisiones que tomen los políticos, salvo las
de subirles el billete del transporte, luz, gas natural y así
este tipo de cosas, con las que pagamos la vida de los que viven por
encima de nuestras posibilidades, es decir, la gente considera a los
políticos de izquierda como una especie de ejército de
salvación, porque es posible que – la gente – no puedan
expresar con un discurso muy bien hilvanado las categorías, pero
está claro que si oyen hablar de desahucios, eres y machismos, ese
tipo de cosas no se aleja mucho de los conceptos del ejércitos de
salvación: seamos buenos y piadosos, que el demonio vive en los
bancos, y sin embargo saben que los banqueros,
multinacinales-transnacionales no pierden; puede que algunas ganen
menos, pero perder, nunca. No sería posible la concentración
y acumulación del capital financiero con la que nos avisa Oxfan cada año, en Davos.
Si Leopoldo López es un golpista y Zapatero va
a Venezuela a sacarlo de la cárcel, debe quedar claro que Zapatero
es cómplice de los que queman a chavistas – creo que van como
diez quemados, uno, que se sepa, muerto a consecuencia de las
quemaduras, pero muertos, hay más –, y además, habría que
exigirle al PSOE, que condenara ese proceso golpista jaleado por
Estados Unidos y la política del control del petroleo que dirige
el duo Tillerson-Trump.
La equidistancia sobre Venezuela es nociva,
pésima. Al PSOE que los militantes combativos quieren poner en el
centro de la lucha habría que recordarles que la equidistancia
auspiciada por la socialdemocracia, fue la que dio origen al Comité
de No Intervención – casi al mismo tiempo que Franco dio el golpe
–, poniendo palos en la rueda de la república mientras allanaban
el camino del fascismo. Defender Venezuela de los ensayos
golpista que patrocina el capital financiero USA a través de
Leopoldo López y sus amigos, es la mejor manera de tender
puentes, aquí en España, entre los militantes de izquierdas, que
tienen la difícil tarea de sanear el Estado español, carcomido por
cuarenta años de los que creen que España es su cortijo.
Si los dinosaurios socialistas quieren
hacer turismo de riesgo podrían interesarse e interceder por el
dirigente kurdo Abdullah Öcalan. Los kurdos han sido el pueblo
preterido – ninguneado – por las potencias colonizadoras que se
repartió el mundo antes que Estados Unidos tomara el relevo tras la
SGM-WWII, y ahora se han convertido en algo a lo que mirar porque su
posición estratégica en el cambiante panorama de Oriente Medio
conviene tener presente, pues bien el señor Öcalan no es menos
importante que el golpista Leopoldo López, ¿por qué este preso es
menos importante? La acusación contra Öcalan tiene los mismos
mimbres que López, ¿por qué se defiende a uno y no al otro?
¿Considera el PSOE que el pueblo Kurdo es de menor categoría?
Creo que el
camino que el PSOE quiere hacer para dirigir la lucha, en el Estado
español, es un intento complicado y lleno de trampas y la izquierda
debería tender puentes porque si de algo vale el ejemplo del capital
financiero, es que, ante la sociedad aparecen como serios y
responsables presentándonos sus instituciones: ONU, OTAN, FMI, BM,
WTO, SWIFT, mientras el trabajo sucio lo hacen las académicas aguas
negras. Pontifiquemos, tendamos puentes para salvar obstáculos, pero
sepamos quienes transitan por puentes y agujeros de gusano.
jmrmesas
diez de julio de dos mil diecisiete
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