LA POSIBILIDAD DE PODER
APORTAR
RAZONES Y CERTEZAS
Este continuo choque al
que estamos abocados porque vivimos tiempos en los que las viejas
estructuras tienen que cambiarse sin ver, desde mi atalaya,
posibilidad de mejora, para los míos, el pueblo trabajador, los
desfavorecidos, me anima a poner y exponer mis discutibles
certidumbres, que poco a poco se han ido abriendo paso en mis
entendederas; desde que al inicio de la crisis, esperé encontrarlas
en los que suponía más versados y capaces, y persuadido de que el
mundo no es malo porque haya malos, sino porque les dejamos hacer de
malos y con nuestra omisión permitimos su maldad, contribuyendo, por
omisión - con nuestra omisión -, que puedan hacer pasar sus
intereses, sus principios como los principios del pueblo trabajador,
facilitándoles hacer patria, hacer nación, por esto,
creo llegado el momento de no cejar, dejándome ganar por una
realidad tan inventada como la mía misma, es decir irreal, porque lo
real, el sufrimiento de los más, importa poco a los menos,
fabricantes de realidades; creo que se me entenderá el razonamiento
ya que no se trata, en términos políticos de una lucha del mal
contra el bien, sino de una lucha de intereses de clase, y en esa
confrontación de intereses, los más ricos y poderosos camuflan los
suyos haciéndolos pasar por los intereses de todos, no siendo esto
cierto desde ningún ángulo ni perspectiva, por eso precisamente,
cuando se habla de la nación, de la patria conviene puntualizar que
la patria del trabajador no es la misma patria que la del banquero
aunque hablen la misma lengua, recen al mismo Dios y estén sujeto a
las mismas leyes, pues salvo las de Dios, que no podemos preguntarle,
la ley no es igual para el obrero que para el banquero, ni en la
letra ni en el espíritu.
La importancia de estás
elecciones pasadas del 20D, están en la posibilidad de alterar las
estructuras nacionales, conscientes que de lograrlo supondrá un
importante impulso que trastocará en profundidad las estructuras de
la Unión Europea, que es, no lo olvidemos, la apuesta de los
burgueses europeos de mantener sus negocios para no ser fagocitados
por la burguesía de Estados Unidos, y que de ellos, ni de unos ni de
otros es posible esperar nada, el pueblo trabajador. La izquierda en
España tiene la oportunidad de lograr la legitimidad necesaria para
hacer las transformaciones y eso pasa por que el PSOE entienda que la
soberanía popular tiene que ser consultada para que los catalanes
decidan si quieren estar dentro del Estado español o fuera, como una
necesidad de legitimidad ineludible y no solo como una cuestión de
ganar o perder escaños.
Europa es, dadas las
tensiones entre el bloque que lidera la burguesía euroestadounidense
y el nuevo bloque de los BRICS, el factor que podría aportar
estabilidad defendiendo los intereses del pueblo trabajador, pero la
izquierda tiene que aceptar que los Estados nacionales son un
obstáculo insalvable porque son los garantes de la Unión Europea y
desde ellos al euro, son todos instrumentos burgueses destinados a
entorpecer la unidad entre los pueblos; los Estados europeos han
generado y generan un entramado de burocracia y clientes que
objetivamente al suponer su medio de vida son un obstáculo en la
medida que la permanencia de la parafernalia
estatal dificulta una integración supraestatal,
y los burgueses europeos son incapaces de defender una opción
diferente de la que defiende el complejo militar industrial euro
estadounidense, porque
temen a la propia ciudadanía nacional y este sabe que su opción
para diseñar las fronteras en Oriente Medio tiene que anular a
Europa, sometiendo a la ciudadanía europea que no debe ni puede
permitir que una zona tan sensible como la de nuestros vecinos del
sureste sea manipulada para beneficiar a las potencias presentes en
el conflicto, y no a los pueblos que la habitan desde el origen de
los tiempos, pero más allá de los thinktank de estrategas donde
se diseña la política del capital financiero, en los cuales es
fácil encontrar concenso, los burgueses europeos, que no están en
el intringulis de tales cenáculos de estrategas, y que han de velar
sus negocios, saben que las nuevas sanciones a Rusia debilita sus
expectativas y endurece las tensiones nacionales, por eso en está
situación, el PSOE, que ya abrió las puertas de España a la OTAN,
debe saber que sus propios votantes y afiliados les abandonaran, si
en esta oportunidad, la izquierda perdiera, porque la política
internacional de conjunto, está decidida por el complejo
militar-industial y este tiene dos plenipotenciarios de
Estados Unidos en Europa y Oriente Medio, la cancillera Merkel y el
presidente Recep Tayyip
Erdogan.
La izquierda es una
noción que debe volver a redefinirse porque dada la obcecación de
los líderes de los diferentes Estados poniéndose las anteojeras
nacionales, cierra cualquier perspectiva de colaboración y Corbyn
está en el Reino Unido, Gregor Gysi, en la órbita de Merkel – es
mucha la gravedad de la cancillera –, el Front de Gauche esperando
que Melenchon sea dibujado en algún periódico que le proyecte, en
Italia... ...¿qué hace la izquierda? ¡ah! Ya, están disgustados
con la preponderancia de la economía de Alemania ¿Recuerdan los
compañeros, los camaradas el internacionalismo obrero? ¿La
necesidad del intelectual colectivo, el Partido Internacional para
traer la alternativa al caducado y obsolescente modo de producción
de mercancías? ¿Que el modo de producción de mercancías no vale
más que para concentrar poder y acumulación a menos de 80 personas
en el mundo? Incluso parece indecente oír hablar de la cadena de
valor de Adam Smith para dulcificar el incremento de valor, como si
Marx no hubiese aportado nada, como si los 80 multimillonarios con
tanto dinero como tres mil quinientos millones de los más pobres y
el 1% con más dinero que el 99% pudiese meterse debajo de la
alfombra, como un polvillo molesto.
Toda la lucha contra el
franquismo, hasta tener un régimen democrático estuvo sostenido,
soportado por el Partido Comunista, ¿donde está el partido? No
puede permanecer en silencio detrás de Izquierda Unida. Si lo hace
es porque no tiene política, porque tener política significa tener
un balance de porque son los ex-burócratas rusos y allegados
ex-soviéticos los que tienen el dinero y el poder en la Rusia
post-comunista, y no vale con que algún militante lo sepa, tiene que
saberlo el partido. Se ha de debatir porque sin esa reflexión común
no habrá certezas. Sin embargo en el propio silencio que denota la
falta de política, porque se perdieron las antiguas certezas alienta
una carga de honestidad que es necesaria activar, poner en valor
porque necesitamos construir una nueva dirección que pueda llevar
luz a este concreto momento en el que el choque entre las
superpotencias supone, nuevamente, desestimar la realidad de los más,
el pueblo trabajador de Europa, en favor de los que hacen patria,
engordando su peculio.
La vuelta a la arena
política del Partido Comunista de ningún modo habría de ser para
competir como un partido más sino como animador de un gran debate
con proyección internacional, no como el debate de España, sino
como el debate de Europa en el mundo, como el debate capaz de evaluar
lo que han supuesto los últimos 150 años en la historia del mundo,
como se ha pasado del trabajo con tracción animal a las modernas
máquinas computerizadas y como eso afecta al trabajo, a la creación
de valor y como esa creación de valor se dispersa para concentrarse
en los grandes depósitos bancarios; como en las áreas del
conocimiento y la investigación se escatiman los logros soltando la
mínima información sensible para que las masas, que no quieren ser
masas sino seres diferenciados, sigan siéndolo porque de ese modo
son más fáciles de seguir dominando a la plebe, como el libre
albedrío es garantía de consciencia, y cómo desde el momento en
que la clase obrera empieza a organizarse ha estado presente el
sentimiento de solidaridad y el sentimiento de generosidad, ese
debate llenaría de sentido la vuelta del Partido Comunista a la
actividad política, ese debate podría hacer la síntesis de la
división de la socialdemocracia que ha estado presente en el
movimiento obrero desde 1914. Esta es mi certeza
jmrmesas
uno de enero de dos mil dieciséis.
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