OTRO
INTENTO
Resulta
esperanzador leer un articulo firmado por un montón de tituladas y
titulados que pretenden querer que el trabajo deje de ser una
mercancía. Algo esperanzador porque el trabajo debería ser la
principal actividad para alcanzar la realización personal,
pero en la economía mercantilista, el trabajo es la fuente de la
riqueza social de la que se apropia la clase propietaria de
los medios de producción y de la tierra, y eso queda sin
respuesta en el articulo.
Toda
sociedad organizada esta basada en el trabajo, y cuanto más
compleja es esa sociedad mayor importancia adquiere el trabajo.
Todo consiste en saber que clase de trabajo se hace y a quien
pertenece el fruto del trabajo, que la sociedad realiza.
En
la sociedad configurada por el modo de producción de mercancías, el
fruto del trabajo pertenece al dueño de los medios de producción
que paga una fracción del trabajo realizado y se queda con el resto.
Ese resto no es una fracción pequeña, es la fracción más
importante, es la plusvalía generada por la fuerza de
trabajo, y es en términos generales, la base sobre la que se
asienta la sociedad actual.
La
sociedad actual está atravesando una profunda crisis que es el
resultado de las contradicciones no resueltas que se agudizan porque
la complejidad de una sociedad que en su función productiva maneja
fuerzas que cada vez son más importantes, poderosas y de alcance
muchísimo mayor que son imposibles de contener en el lugar donde se
originan, al chocar esa naturaleza física, de orden
geológico, cosmológico, biológico, nuclear, etc., con el
marco social que son las leyes hechas a la medida de
una pequeña fracción social como es la clase poseedora,
incrementa los desajustes porque estos ajustes obedecen a leyes
arbitrarias, hechas para contentar a los dueños, a los
cuales les importa un pito los desajustes causan, si esos desajustes
les engorda la cartera, la cuenta corriente, por tanto, cómo se
contengan las fuerzas naturales, es algo que no les preocupa, porque
las contradicciones, históricamente, se manejan
inventando excusas, contando cuentos, reprimiendo, haciendo guerras y
matando, como lo prueba la historia.
Convencido
que mis anteriores apuntes han podido desagradar, por supuesto al
enemigo, que me importa un pito y asumo su inquina, sí, por el
contrario, que me preocupan aquellas personas que me premian con la
lectura, aunque, evidentemente no lo aireen, algo que comprendo por
todas las razones.
Animado
de este supuesto premio, me esforzaré en hacerme entender que esta
crisis económica, anterior a la pandemia, como
ha sido probado, sin
que la prueba,
el probador, que he mencionado
en otros apuntes, haya sido rebatido, significa un salto
cualitativo, cuyas consecuencias dará lugar a una escisión
en la humanidad, porque asumiendo nuestras debilidades, flaquezas y
miserias, pero también nuestras virtudes, fortalezas y grandezas,
contra los que persiguen una nueva raza elitista, minoritaria y
altamente refinada, pero deshumanizada, egoísta, falsa, mentirosa y
ladrona al estilo de los Quintos de todos los países, esta situación
demanda nuevos planteamientos, porque no se hace un lock out, un
cierre patronal de millones de trabajadores de todo el mundo,
sin exigir duras condiciones para volver a la tarea, con otras
condiciones más exigentes y penosas, como tendremos ocasión
comprobar (aún vivo, ya veremos cuanto).
Haré
un nuevo intento, otro, para tratar de demostrar que este momento
tiene unos orígenes concretos que se han ido gestando, definiendo y
afianzando a lo largo de todos los años en los que el complejo
militar industrial de Estados Unidos ha ejercido su liderazgo y que
ha ido definiendo y precisando en esos cenáculos de ideas que son
los thinktanks, tan pronto como el obstáculo histórico que
representaba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se
disolvía porque las contradicciones internas generadas por la
excrecencia monstruosa —dicho de Trotski— que era la burocracia
iba definiendo su poder que adquirían los nuevos burgueses
—arteros propietarios de la propiedad socialista— en detrimento
de los trabajadores y el pueblo soviético, que era más que el
pueblo ruso, porque era la esperanza humana en un nuevo futuro, esa
imposibilidad de resolver las contradicciones respetando el orden
burgués deshizo a la URSS, como estas contradicciones
actuales serán imposibles de resolver sin acabar con el orden
canalla heredado de todos los tiranos históricos, que
en la vida se han sucedido.
Se
acepta que Julian Assange está preso porque incomodó que pudiese
poner en conocimiento del conjunto de la sociedad información que
desvelaban los crímenes de Estados Unidos. Se aceptó que la
información desvelada era positiva porque nos hacía
conscientes de las lacras del poder. De las lacras de los
poderosos que deciden los destinos del mundo, pero dejamos que se
pudra en una cárcel, preso por un delito inventado, porque así
conviene al orden social existente.
Se
acepta que por el crimen de Jamal Khashoggi, asesinado en el
consulado de Arabia en Estambul lo paguen unos pobres diablos —por
crueles que hubieran sido, fueron inducidos a la acción— mientras
el autor intelectual, que todos han entendido que era el príncipe
Mohamed bin Salman, heredero sigue su vida, ajeno al crimen, y se
acepta porque conviene al orden social existente.
El
general Qasem Soleimani era un funcionario de un Estado reconocido,
Irán y fue asesinado porque así convenía al orden social
existente.
El
orden existente ha funcionado bajo el liderazgo y dirección de
Estados Unidos por más de medio siglo, el cual ha dispuesto de las
instituciones, medios y de la unidad de cuenta por el que se rige el
comercio internacional, el dólar, durante todo este tiempo y durante
todo ese tiempo ha generado las contradicciones irresolubles porque
la dinámica interna de la economía lleva el gen, lleva la causa, la
fuerza motriz a la que se la limita arbitrariamente y esa fuerza es
la planificación macro, no micro, no local, sino
mundial, es decir, al funcionar a la conveniencia del
poderoso local, el ámbito de esa fuerza es de tal magnitud que se
podría semejar a querer limitar el poder de una explosión nuclear,
envolviendo el chispazo con la capa de superman, una incoherencia
estúpida, que solo puede tener cabida en un comic, pero nunca en la
realidad porque incrementa el caos, agudiza
las contradicciones. Ese poder es la voluntad del propietario
local de planificar el desarrollo de su producción en el ámbito de
sus propiedades, es la planificación de las transnacionales, que
chocan con otras y no pueden armonizarse entre sí más que rompiendo
el inicuo orden que beneficia al más fuerte, en función del propio
interés privado, generando el caos parecido a ese orden fractal que
reproduce el mismo motivo en un aparente desorden pero que siempre se
reproduce así mismo en una escala más minúscula.
El
orden existente ha manifestado en los últimos meses del año pasado
y en los primeros meses del actual año sus nocivas consecuencias, en
aspectos medioambientales —incendios de enormes extensiones en la
amazonia y en Australia— y biológicos —contaminación
planetaria, covid 19, encubridor de la crisis económica—, aparte
de los políticos, que he mencionado aludiendo a los casos
criminales, y detrás de ellos está la economía, porque a mayor
importancia organizativa, política, cultural y social,
la economía es determinante, por tanto el articulo
que comenta el señor Torres López compendiando los diferentes
aspectos que recorre la preocupación de la sociedad de Estados
Unidos, y que hace extrapolable a lo que ocurre en Europa, España
incluida, acaba con esta frase: “Es una barbaridad plantear que la
economía debe estar por delante o por detrás de la vida. Ha de
estar a su servicio” que esta bien y suscribo, pero que él
catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, sabe
que para que la economía esté al servicio de la sociedad, y
no al revés, tiene que cambiar el orden social y con ese
orden, la titularidad de la propiedad, ¿conoce el señor
Torrez López el trabajo del señor Toussaint? ¿Que opinión le
merece ese trabajo a los autores de este título: Lo Que España
Necesita? Aprueban, desaprueban, no lo conocen. Sería de agradecer
una toma de posición sobre alguien que ha participado en foros
internacionales emitiendo informes sobre la deuda griega, cuando la
Unión Europea ponía condiciones al rescate de la economía de ese
Estado.
Es
la economia lo que está en el origen de la pandemia y no que la
pandemia sea el origen de la crisis. Decir esto es desestabilizador,
pero más desestabilizador es rondar casi de medio millón de muertos
(318 000) para decretar un cierre patronal.
Lo
que dice el vicegobernador del Estado de Tejas es justo, la economía
es lo primero que hay que salvar aún a costa de la vida de los
viejos, que debemos ser sacrificados a la mayor gloria de los indices
bursátiles, solo que es su economía, la
economía que sirve a los dueños de la propiedad de los medios de
producción que siempre se salva matando, sea ruidosamente en
guerras que destruyen el tejido productivo o sea con guerras
silenciosa que respetan el tejido productivo, pero no la vida, ni de
los viejos, ni de los jóvenes. Eso es lo que nadie se atreve a decir
porque creen que salvan su vida, callando.
Puesto
que mis nada doctos escritos sobre las fuerzas productivas no merecen
comentario, ¿dónde queda aquello de Agamenón o su porquero? ¿A
tres milenios de distancia? ¿Nunca fue así?, lo traduciré a
lenguaje más cercano, porque también se escribe que “ Hablar de
tesis políticas obliga a situarse bien en lo nacional” , y eso en
un articulo que pretende situar al
socialismo en la agenda política. ¿Cómo hacer entender
a los trabajadores españoles que forman parte de una estructura
política más amplia como es la Unión Europea que vamos a situar el
socialismo hablando de Cataluña? No podemos porque estaríamos
fabricando una entelequia sin sentido: Señor Junqueras, admito y
respeto la identidad y la lengua catalana, pero hasta ahí podemos
llegar. Usted vera si se sitúa con el socialismo o contra el
socialismo, porque el chantaje de la monarquía no tiene cabida,
delenda est monarchia.
El coronavirus es un ataque militar para encubrir la crisis
económica que cogió por sorpresa a todos, chinos
incluidos,
porque nadie esperaba ese ataque.
Esto
revela que cualquier tipo de planteamiento nacional no tiene objeto
porque las fuerzas productivas han colonizado
al mundo entero y han atacado los centro enemigos vitales
en Europa y Asia, competidores
leales de la economía que ha tenido la dirección mundial desde hace
casi un siglo y no
esperaban este taimado desarrollo.
Las
grandes potencias como China (que captó el mensaje y supo reaccionar
de inmediato), Rusia o Europa (que está obligada a ignorarlo, porque
es feudataria del
agresor) no pueden aceptar ese ataque porque tendrían que responder
punitivamente y eso significaría la destrucción del tejido
productivo, que para la
sociedad actual es vital su conservación,
y por tanto lo ignoran porque
pueden dar la batalla en el terreno económico,
asumiendo los ajuste necesarios, y
sabedores que tal ataque del complejo militar industrial de Estados
Unidos revela más su debilidad que su fortaleza,
y esperan el desgaste del agresor para poder entenderse en la
definición del futuro orden, aún por definir, mientras que los
directamente afectados por el cierre patronal, carentes de dirección,
están desarmados porque el duelo, el combate que se está planteando
no es entre capitalismo o socialismo, es
una versión nueva del reparto del mundo entre superpotencias,
mientras la clase obrera mundial esta ausente del combate porque será
usada como históricamente lo ha sido en todas las guerras, como
chatarra humana, a menos que los militantes coherentes de las
organizaciones obreras asuman la dirección de esta lucha y quieran
situar en la agenda política al SOCIALISMO, sin más calificaciones,
pero también sin menos, porque economía libre significa hombre
esclavo,
como Fernado de los Ríos supo definir en la constitución española
de 1931.
Esta
lucha no es una lucha nacional,
más que para los
enanos políticos que se aseguran una retirada honrosa
tras chupar las
candilejas del estrellato,
y jamás pensaron
que la lucha de clases agota toda la vida,
y esta lucha es
mundial,
como todos los
repartos del mundo lo han sido
porque lo que está
en el candelero,
lo que se está
ventilando en este reparto,
planteándolo de
una cierta manera desconectada para no dar todas las pistas,
pero que en el
fondo están estrechamente unidas,
son el futuro de la
industria de la energía fósil —petróleo y carbón— ligada
estrechamente a la industria de la movilidad mediante la
electricidad.
Es
nada más y nada menos que la unidad de cuenta que regirá el futuro
desarrollo del incierto orden,
porque el actual ha
demostrado ser ineficiente,
¿acaso creen
que el acopio de oro realizado por los Estados con pretensiones de
ser oídos no tiene nada que ver con el dólar y su cuestionada
hegemonía?
Pensar de otro modo
no solo es miope,
sino cobarde,
indigno de los que
pretendieran hablar en nombre de la clase obrera mundial.
Pero hay más y no es menor, la sociedad futura que se está
iniciando, y que depende muy estrechamente de la
intangibilidad del tejido productivo, está ligada al
desarrollo y control de los algoritmos que se transmitirán a través
de las torres 5g que hoy por hoy domina China y que el complejo
militar industrial de Estados Unidos ve que se le escapa de las
manos. ¿Cómo se puede pensar, partiendo de estas
premisas que poner en la agenda política al socialismo es una
cuestión nacional?
Llegó la hora de hablar de los temas espinosos que la sociedad
aparcó pensando en un futuro más plácido, que nunca llegará y que
Europa debe y tiene que asumir en lo tocante a las grandes empresas
tecnológicas de la informática que su dependencia de las
transnacionales de la informática de Estados Unidos merma su
independencia política porque es inaceptable que esas
empresas no solo sean dueñas de la información de la vida privada
de media humanidad sino que además son depositaria de toda la
información política que vuelcan los parlamentos de los Estados
nacionales de Europa y parte del mundo, y que está a disposición
del gobierno de Estados Unidos, debates y documentos que están en
las redes informatizadas con una tecnología de la que son
dependientes. ¿Se puede ignorar que todo esto es el núcleo
central que se está cociendo en esta crisis económica,
y que solo la cobardía intelectual de los que proclaman que la
pandemía ha producido la crisis económica, cierran
los ojos?
¿QUÉ HACER?
Dos guerras mundiales y más de medio siglo de dominio casi absoluto
de ideología emprendedora han reducido la ideología
socialista a mero espantajo, que hay que rehacer porque dar respuesta
al complicado panorama que tenemos en perspectiva no es posible sin
poner el foco en las demandas que la sociedad ha exigido en estas
semanas, y que desde ahora habrá que impedir que se enfríen o
decaigan porque dependerán de ellas el rehacer esa ideología, si
de verdad queremos poner en la agenda política el socialismo como
alternativa al caduco modo de producción de mercancías.
Desde el Estado, y desde el gobierno se puede hacer mucho pero para
que se lleven a efectos las ayudas prometidas en esta pandemia, y
mucho más las demandas que están en el núcleo de esta batalla,
es necesario que haya un potente movimiento obrero, un
potente movimiento popular y vecinal que hay que rehacer y esa es
la tarea urgente, por lo tanto los militantes honestos y coherentes
que hay en las organizaciones de la clase obrera deben movilizarse
para exigir la socialización de la sanidad: sanidad pública
ya, como igualmente la potenciación de la educación, toda
la educación ha de ser pública.
Cuidar, demandar y respetar lo público ha de ser el santo y seña
del quehacer político de las organizaciones obreras y de los
sindicatos, que como hemos tenido ocasión de observar durante los
diez años de crisis inacabada desde 2008 hasta ahora mismo, han
tenido un comportamiento excesivamente comprensivo con la gran
patronal. Si alguna confianza han demostrado los ciudadanos, el
pueblo trabajador ha sido hacia lo público que se ha nucleado en
torno a la sanidad, y apoyándonos este comportamiento, extenderlo
hacia la enseñanza, los transportes, todas las
infraestructuras que garantizan el funcionamiento de una sociedad
compleja, como lo es la actual.
El debate político acerca del Estado y como construir la unidad
política de Europa, bien apoyándonos en la Unión Europea o bien
buscando otro tipo de unión, porque si algo está dejando claro la
actual situación es que el crecimiento de las fuerzas
productivas hace obsoletas las fronteras para las transnacionales,
que el capitalismo puede transgredir cuando quiere y como quiere,
mientras para las personas pobres —las ricas también las
transgreden— todo son problemas, pues obligadas a abandonar sus
tierras sus patrias para que los dueños se las den casi gratis a las
grandes firmas industriales y comerciales, han de emigrar para poder
vivir.
Todo esto forma parte de la reconstrucción de la ideología
socialista destruida y olvidada, pero si el movimiento obrero
quiere tener y debe tener un peso político propio e independiente de
los Estados, pues incluso China, se desconectó del movimiento
obrero y está muy embebida construyéndose como una gran
potencia y por tanto es necesario guardar distancias,
apelando a la consciencia de clase, las organizaciones obreras
deberían organizar una conferencia internacional de sindicatos
obreros para valorar como lograr la socialización de la banca,
para lograr la socialización de la gran industria
químico-farmaceútica, tomando en consideración el trabajo
que el comité por la abolición de las deudas ilegitimas ha
realizado durante una serie de años, eso le daría a las
organizaciones obreras el peso político y la independencia de los
gobiernos necesaria para hablar en nombre de la clase trabajadora
mundial.
Y ¿Qué sería de la internacional del Varoufakis y Chomski? Les
debe haber pillado a contrapie porque hasta la fecha su silencio lo
es de veras. ¿Será la internacional cuatro y media? ¿Cuatro y tres
cuarto?
jmrmesas
veinte de mayo de dos mil veinte
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