¿ES POSIBLE UNA SOLUCIÓN DE CATALUÑA SIN
SOLUCIONAR ESPAÑA?
La pregunta que me hago no es un simple recurso
para dar una respuesta preconcebida, sino que me viene a la cabeza la
complejidad del momento por el que atraviesa nuestro mundo, en los
que los modos de vida entran en crisis porque los esquemas de
funcionamiento se quedan sin margenes en los que tomar el necesario
aliento político e intelectual para encontrar una solución, que no
sea solo un parche para salir del paso: el 155 puede ser un parche.
Todas las constituciones tendrán alguna suerte
de mecanismo legal equivalente al articulo 155, copiado, según los
expertos, de la constitución alemana, pero se dan algunas
peculiaridades que me hacen suponer intenciones aviesas en la
aplicación del mismo, en el caso de España. Según expertos que en
estos días desvelan interioridades del proceso constitucional del
78, el 155 no fue definido en todos sus términos porque los
franquistas que se sentaron a negociarlo, con Fraga de padre
constitucional, querían una redacción incompatible con el momento
político que se vivía entonces, y el susodicho, quedo
intencionadamente a falta de precisión. El momento político actual
es otro, y lo que no se consiguió antes, pueden pretender
conseguirse ahora, más barato.
La medida tomada por Rajoy, elecciones el 21D,
podía haberse cedido la formulación al excursionista Puigdemont,
pero al reservarse el PP la decisión, queriendo dar una muestra de
afirmación, no se ha conseguido otra cosa que enfollonar el
problema, que al saltar a la UE, está demostrando como el sistema
(el conjunto del capitalismo mundial) tiene carencias porque las
estructuras están siendo forzadas por acontecimientos mantenidos en
silencio –nacionalismos periféricos– porque las políticas al
uso son favorables a los grandes grupos financieros que son los que
tienen el control de los Estados, de hecho, aunque los visos den la
apariencia de democracia.
Antes de extenderse el procés fuera del
Estado, fue entrevistado un portavoz de los mossos, que preguntado
sobre la colaboración policial acerca del yihadismo, dejó entrever,
en su contestación, un estado de desazón, que personalmente
interpreté como de falta de calibración del problema desde las
instancias del Estado. Naturalmente, mi impresión puedes ser muy
subjetiva y no corresponder con la realidad, pero, ¿no se está
comiendo el problema local –independentismo– el problema
determinante –la confrontación capitalismo occidental contra el
capitalismo oriental (USA vs N.Korea) y solapadamente la apetencia
hacia los mercados rusos y chinos–? Creo que sí y lo creo porque
la estructura económica del capitalismo, evidentemente,
internacional, ha variado profundamente y los Estados nacionales han
quedado empequeñecidos por los hechos, económicos, culturales,
sociales y políticos, mientras que estas realidades están puestas
en sordina, y al no tener expresión dan lugar a la exacerbación de
los sentimientos más primarios, que el sistemas aprovecha para
impulsar el terrorismo, potenciado, subrepticiamente desde el
complejo militar industrial, pero también, a los nacionalismos
periféricos jaleados por la pequeña burguesía, cuyo objetivo no es
otro que querer manejar más presupuesto a la hora de repartir
prebendas; tal es el contenido de los nacionalismos de las regiones
periféricas más ricas.
Comprendo que hacerse una idea de lo que ocurre
no puede resultar fácil, cuando la izquierda perdió su percepción
internacionalista y en Europa (también en otros lugares, pero
especialmente en Europa) no quiere salirse del guión, y cada una se
agarra al Estado burgués donde habita, no vaya a ser que te acusen
de ser lo que no eres, pero la burguesía si cultiva –interpreta–
los hechos y los datos en thinktanks como la RAND y otros, que tiene
en su plantilla notables científicos, aunque no todos trabajen en
proyectos clasificados (estrictamente militares) para las
fuerzas armadas USA, dada la vinculación de este thinktank –RAND–
con los militares. Entre los científicos que en algún momento
trabajó en la RAND, en proyectos no clasificados está el autor del
Quark y el jaguar, un muy interesante libro de un muy prestigiado
científico y premio nobel, descubridor de los quarks, partículas
que componen los protones y neutrones, en el interior del núcleo
atómico, el señor Murray Gell-Mann. El libro muy interesante en el
que he aprendido que la profunda ignorancia que trato de apartar de
mi, requeriría tener tres veces más vida de la que ya he gastado,
leo una referencia al filosofo de las ciencias Karl Popper. Este
pensador, muy ensalzado por la burguesía, aparta al marxismo de las
ciencias porque en sus consideraciones la tesis de Marx sobre la
estructura económica, no es refutada por los actuales marxistas, en
sus palabras, falsada.
Que alguien de tal calibre –Popper–,
apartara al marxismo de las ciencias, me parece, cuando menos, un
tanto apresurado, aunque increíblemente jaleado por la derecha –y
un tanto forzado por el autor–, teniendo en cuenta que una ciencia
tan poco subjetiva como la gravitación se presta poco a
interpretaciones ligeras. La falsación –superación– de la
gravitación newtoniana, tuvo lugar en 1915 por otro gigante de la
ciencia, Einstein, con su teoría de la relatividad general. Entre
ambos mediaron casi 230 años y una legión de científicos de
todo tipo de disciplinas, sin embargo, tal superación no
invalida la física galileo-newtoniana; cada una tiene un escenario
determinado por el rango de velocidades comprometido, la primera, es
útil para los problemas con los que se lidia en la vida cotidiana,
mientras que la relatividad general abarca los universos micro y
macro, necesarios para encontrar las respuestas fundamentales a cerca
de la cosmología y la cosmogonía.
¿Es posible apartar el materialismo histórico
de la ciencia, cuando algo tan sutil como las relaciones de
producción –estructura económica– se presta a interpretaciones
interesadas? ¿Cuantos economistas se molestan en exponer las
sutilezas de las relaciones de producción cuando son preguntados?
Ninguno. Rápidamente hablan de la demanda agregada, u otro
concepto, sin un detalle, que la mayoría de los que atienden,
atendemos, nos podamos hacer una idea de qué se está hablando. Así
es difícil, refutar, superar, falsar, el materialismo
histórico, cuando desde la izquierda se evita entender, y un
partido, como el PSOE, escriba el lema de su último congreso, Somos
La Izquierda. Ninguna otra explicación para dar cuenta de como
compadece ese congreso los sucesos económicos, políticos,
históricos a los que se enfrenta el pueblo trabajador, a diario.
Los marxistas titulados evitan entrar en las
honduras de las relaciones de producción porque estas no son
apolíticas, no son equidistantes. Son terriblemente
clasistas, de la burguesía, de los que tienen el PODER, de
hecho y de derecho. Hay un interesante articulo de un marxista
que ilustra este concepto, pero antes de entrar en el tema de las
sutilezas de las relaciones de producción, me permitiré expresar mi
propia captación de los hechos. Estos están anclados en una lenta
evolución social que han ido modificando los comportamientos de
grupos e individuos en la medida que la industrialización, la
guerra, y el trabajo asalariado esclavizante destruían la familia
reduciéndola a la pareja, todo lo más, al núcleo de los hijos más
pequeños. Los más viejos del lugar notamos esos cambios, que en
nuestra juventud eran motivo de escándalo pero que hoy aparecen como
de lo más natural. El vivir en pareja, el empobrecimiento de la
familia, donde ambos han de trabajar, porque el salario del cabeza
de familia no llega, el divorcio, pérdida de poder de la
religión, relaciones prematrimoniales, homosexualidad, drogas, la
movilidad geográfica (no me estoy refiriendo a los refugiados, que
entraría en otras consideraciones, ni criticando o afeando esas
relaciones, solo exponiéndolos), cultura desarraigada basada en
mitos y héroes de tebeos que carcomen las tradiciones basadas en la
solidaridad y en la empatía, todo ello son resultado de unas
relaciones de producción que están modificando la sociedad, pero a
diferencia de las relaciones de producción que se verifican en el
ámbito de la producción de mercancías, que sí están
encaminadas a un fin concreto y determinado, y a tener una
utilidad –beneficio– dirigido a lugares determinados,
aquellas relaciones generales están desorganizadas, interesadamente
desorganizadas porque sin esa desorganización interesada,
los increíbles beneficios no serían posible, y legislar para que la
expropiación tenga una apariencia respetable, no sería posible.
El
ejemplo al que me refiero es el de Randall Wray, su articulo sobre la
teoría monetaria moderna, MMT,
plantea que el Estado asuma competencias que rompen con la filosofía
del sistema, algo que no es posible sin una penosa lucha política,
que en ningún caso se menciona; ni el entrevistado, ni el
entrevistador exponen esa necesaria condición para poder dar cima a
cualquier proyecto que pretenda mejorar la vida de la sociedad, la
vida del pueblo trabajador, es decir, una asepsia imposible en la
lucha de clases (más
dura será la caída,
citando a un tuit reciente de la fiscalía del Estado en relación al
desaparecido Puigdemont, que debería ser ejemplo de asepsia, cuanto
más una condición que plantea necesariamente referirse a la
utilidad que se le han de dar a los medios de producción).
El
señor Wray (no sé si el se considera marxista o de otra escuela, en
cualquier caso es un profesional que toma, como tal profesional,
distancia con el feo asunto de la contaminación política), toca
temas interesantes como la creación de dinero. –Hasta ahora,
siguiendo a Marx tengo entendido que el dinero representa y simboliza
el equivalente de la riqueza producida que esta en relación a un
patrón de valor y a la velocidad con que rueda ese valor–. De
acuerdo con él (Wray), un Estado soberano puede emitir moneda en la
medida que considere oportuna y la relación de fuerzas, en el
mercado, lo consientan. Esto último, me parece a mí. Dado el clima
en el que están teniendo lugar los acontecimientos reales. La deuda
estadounidense, ¿no revela, pese a la soberanía asumida, y
consentida por los socios un mentís a esta tesis? La demanda de un
jefe del Pentágono –Mattis– y del jefe de la diplomacia
–Tillerson– pidiéndole al Senado
que las operaciones militares fuera del territorio USA sean de
duración a conveniencia, ¿no revelaría que tal soberanía está
seriamente cuestionada por los hechos? Que esta petición esté
basada en el atentado que ha tenido lugar en Mogadiscio militares de
USA ¿No revela una manera de presión internacional, para hacer
prevalecer los intereses de la burguesía dominante del complejo
militar industrial? Por cierto, salvo RT, en los medios nacionales y
europeos más prominentes, no he visto esa noticia, aunque si he
visto que fascistas ucranianos
se ofrecen para luchar en Cataluña por la unidad de España. Todo
esto revela lo apresurado del diagnostico del filosofo de la
ciencia, Popper, de querer comparar las ciencias físicas con las
ciencias sociales, apartando el marxismo de la ciencia. De otro lado,
que Estados Unidos pueda intervenir en donde estime conveniente, ¿qué
es lo que le da derecho? Desde luego, la ONU no es. ¿Qué entonces?
Que la fuerza le acompaña, nada más y nada menos, pero desde luego,
no es ni la equidad ni la justicia, y ni siquiera la ley.
El
señor Wray toca otros temas, no menos interesantes, como el fracaso
de la unión monetaria europea, y me pregunto, ¿por qué es un
fracaso? Si los Estados que acordaron este hecho son soberanos ¿qué
cuestionaría la validez del euro? La única respuesta plausible
sería que los Estados que lo decidieron no
son soberanos
(o todavía peor que, son excesivamente soberanos e irresponsables),
pero entonces, ¿en favor de quien se cede soberanía? ¿Del FMI?
¿Del Banco Mundial?, ¿tal vez que el BCE
se comporta como un fondo
buitre,
mientras que nuestros partidos de izquierda –somos
la izquierda–
cuidan de las esencias democráticas de una democracia corroida de
ladrones del tesoro público?
Como,
en mis cuitas barrunto, hay una gran diferencia entre las leyes de la
ciencias, objetivas y de validez incuestionables y las ciencias
sociales, interpretables y muy subjetivas, por lo tanto, nosotros el
pueblo, muy apegado al terreno creemos, ilusos, que Cataluña puede
tener solución, aunque España, pueda aguardar y cualquier día al
yihadismo indeterminado, se le añadan ucranianos determinados o tal
vez más legal, Estados Unidos nos ayude, porque su Senado considere
que la política, como la guerra para los militares, es un asunto muy
serio para dejarla en manos de los políticos locales.
Como
he dicho en algún momento, la izquierda mundial, pero sobre todo
europea, debería tomar nota y saliendo de los reductos nacionales,
unir fuerzas para abordar estos temas, que nos afectan y nos hieren,
porque hay datos objetivos que nos indican que los límites
nacionales quedaron atrás y hay intereses objetivos en impedirnos
levantar la cabeza para atalayar más lejos, y cuanto más se tarde,
más difícil será la solución.
jmrmesas
uno
de noviembre de dos mil diecisiete
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