domingo, 13 de agosto de 2017

LA MEJOR CONTRIBUCIÓN


LA MEJOR CONTRIBUCION

OCTUBRE 1917

Este año es el del centenario del acontecimiento que ha cambiado la historia contemporánea sin discusión. Este año es el año de Octubre 1917, el centenario de la primera revolución socialista triunfante, y recordándolo, como otro más, se están escribiendo artículos muy documentados por autores muy inteligentes y eruditos, por eso creo que escribir otro del mismo género, imposible, por demás para un autor escasamente dotado, entre otras cosas, para la literatura, trivializaría el evento y no se trata de desmerecer, trivializar, minimizar la conmemoración, sino de llenarla de contenido porque el objetivo de aquella revolución sigue estando de máxima actualidad, por eso estas lineas son militantes y combativas, porque no se trata de recordar sino de organizar y prepararnos, porque tal vez una nueva oportunidad no exista para nadie.

EL SOCIALISMO DEBE REIVINDICAR LA PROPIEDAD DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN

La crisis de 1929 fue imposible de resolver sin hacer un reparto del mundo que terminó poniendo las bases del mundo actual. Sin la segunda guerra mundial no hubiese sido posible establecer estas bases y esas élites son las mismas y han reforzado su poder en el transcurso de todos estos años.

La actual crisis ha cumplido diez años sin resolver ningún problema sino más bien ahondándolos todos. La actual recuperación (falsa, porque no se corrigió el desmedido apetito de los especuladores; del capital financiero acumulado) es el resultado de haber transferido el dinero de todos, el dinero público a la banca privada, mientras esas élites, convencidas de su intocabilidad están preparando, inflando la próxima burbuja global – según los expertos, el mercado de deuda – con un inevitable y nuevo ataque a las condiciones de vida, al empleo, y sobre todo, a las pensiones, porque el enorme montante de intereses que los bancos acumulan – suman billones los bonos que los bancos centrales asumen para evitar la quiebra de la banca privada del pelaje de Goldman Sachs, HSBC, BNP, JP Morgan, etc., – y tal montante son impagables.

El superimperialismo y su modus operandi, la sucesión de cumbres, ha llegado a un tope que ha de rebasar para que esta crisis se resuelva en un sentido favorable a esas élites intocables, que son el complejo militar industrial dirigido por la burguesía financiera de Estados Unidos. Ese tope es una guerra, un nuevo reparto del mundo, concretamente el superimperialismo que dirige el complejo militar industrial de Estados Unidos es la integración de las élites dirigentes de Rusia y China. Dicho de otro modo: la burguesía financiera de Estados Unidos esta demandando la apertura de los mercados ruso y chino sin restricciones, y eso choca con tales élites porque estas se consideran plenamente capaces de dirigir ellas el mundo del capitalismo con planes propios, tal vez no muy diferentes del capitalismo en uso, pero asumiendo ellos el papel estelar. Siendo ellos los dirigentes y estructurando el planeta con nuevos organismos afines a sus intereses globales. Eso es lo que significa la tensión pre bélica en torno a la crisis de Corea del Norte. La tensión nuclear en torno a Corea del Norte es la excusa para cercar a Rusia y China con misiles tácticos, una disimulada presión, especialmente contra Peking, primero, porque su reserva de dólares le convierte en un acreedor neto, y segundo, porque sus pretensiones sobre las islas del Mar de China meridional revelan el potencial industrial de una élite – la buroburguesía china – con aspiraciones globales. Esa es, modestamente, en mi discutible opinión, la tensión prebélica en torno a Corea del Norte. Probablemente la capacidad nuclear de Israel sea superior a la de Corea del Norte, y Pakistán e India, son potencias nucleares y todas ellas lo hicieron, como se hacen estas cosas, forzando la situación con hechos consumados, ¿son menos peligrosos que Corea del Norte?

El desenlace está muy relacionado con la pugna en el seno de la burguesía estadounidense y que se enmarca en el debate en torno a las relaciones de Trump con Rusia. Todo el periplo sobre la influencia de Rusia en la elección de Trump y el mismo comportamiento de este en los meses que lleva en la presidencia, así como el baile de colaboradores que entran y salen de su gobierno no es otra cosa que la falta de una posición clara de la burguesía USA sobre cómo resolver la crisis del sistema, en su más amplio sentido. Una parte, la que se visualiza a través de Trump preferiría una presión más sutil con Rusia y ahí entraría las funciones y habilidades de Tillerson para asegurar, la hasta ahora, única fuente de energía asequible (petroleo y derivados), a la espera de poder utilizar la energía nuclear de fusión (no de fisión), con fines pacíficos.

La otra parte de la burguesía estadounidense, estaría más acorde con modos más expeditivos, porque son los que están directamente cogidos en la rueda de la deuda de los bonos impagables – JP Morgan, Goldman Sachs, Citigrup, etc. –, y el enorme coste que supone la corrupta industria de las armas de destrucción masiva estadounidense, es dificilmente sostenible con la industria de las armas de destrucción masiva de Rusia y China, por separado, y probablemente, combinadas, incompetente, sin discusión, suponiendo una carga financiera de alta explosividad, inasumible para esas élites. Por el momento, la duda entre esas facciones, garantiza una relativa paz armada.

Tratar de presentar este panorama, preñado de augurios muy sombríos, escapa a mi capacidad de hacer entender a la izquierda, que hoy por hoy, tiene influencia en la clase obrera y en la ciudadanía más sensible, la estupidez que supone ir por separado, ante el panorama de acuerdos que el capital financiero ha tejido en un siglo. Esa espesa trama que supone acuerdos económicos y políticos, capaz de mantener una tupida red de think-tank ideologizando a la ciudadanía mundial, no puede ser contestada, y menos enfrentada, demandando mejores salarios y más empleo, cuando todo el modo de producción capitalista, el modo de producción mercantil, está diseñado para abaratar y reducir el empleo y el salario, porque son los dueños del mundo, y nosotros, el 99%, no somos más elementos desestructurados, manipulados y desorganizados, y es de una simpleza apabullante pretender enfrentarse sin el más minino atisbo de plan.

Empezar demandando el control de la producción; reivindicar la propiedad de los medios de producción para el conjunto de la humanidad es una necesidad vital que garantizaría no solo mejores condiciones de vida, para todos, sino la salvaguarda de la VIDA en el planeta, y esto no se puede decir poniendo buena cara, cuando lo que pretende la burguesía es llevarnos al matadero, por eso, esta propuesta es una reivindicación militante y el mejor tributo que podríamos ofrecer para conmemorar la revolución de la mayoría – bolchevique – de 1917.

jmrmesas

trece de agosto de dos mil diecisiete
























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