LA MEJOR CONTRIBUCION
OCTUBRE 1917
Este año es el del centenario del
acontecimiento que ha cambiado la historia contemporánea sin
discusión. Este año es el año de Octubre 1917, el centenario de la
primera revolución socialista triunfante, y recordándolo,
como otro más, se están escribiendo artículos muy documentados por
autores muy inteligentes y eruditos, por eso creo que escribir otro
del mismo género, imposible, por demás para un autor escasamente
dotado, entre otras cosas, para la literatura, trivializaría el
evento y no se trata de desmerecer, trivializar, minimizar la
conmemoración, sino de llenarla de contenido porque el objetivo de
aquella revolución sigue estando de máxima actualidad, por
eso estas lineas son militantes y combativas, porque no se trata de
recordar sino de organizar y prepararnos, porque tal vez una nueva
oportunidad no exista para nadie.
EL SOCIALISMO DEBE REIVINDICAR LA PROPIEDAD DE
LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN
La crisis de 1929 fue imposible de resolver sin
hacer un reparto del mundo que terminó poniendo las bases del
mundo actual. Sin la segunda guerra mundial no hubiese sido
posible establecer estas bases y esas élites son las mismas y
han reforzado su poder en el transcurso de todos estos
años.
La actual crisis ha cumplido diez años sin
resolver ningún problema sino más bien ahondándolos todos.
La actual recuperación (falsa, porque no se corrigió el
desmedido apetito de los especuladores; del capital financiero
acumulado) es el resultado de haber transferido el dinero de
todos, el dinero público a la banca privada, mientras esas
élites, convencidas de su intocabilidad están preparando, inflando
la próxima burbuja global – según los expertos, el mercado
de deuda – con un inevitable y nuevo ataque a las
condiciones de vida, al empleo, y sobre todo, a las pensiones,
porque el enorme montante de intereses que los bancos acumulan –
suman billones los bonos que los bancos centrales asumen para
evitar la quiebra de la banca privada del pelaje de Goldman Sachs,
HSBC, BNP, JP Morgan, etc., – y tal montante son impagables.
El superimperialismo y su modus operandi,
la sucesión de cumbres, ha llegado a un tope que ha de rebasar
para que esta crisis se resuelva en un sentido favorable a esas
élites intocables, que son el complejo militar industrial dirigido
por la burguesía financiera de Estados Unidos. Ese tope es una
guerra, un nuevo reparto del mundo, concretamente el
superimperialismo que dirige el complejo militar industrial de
Estados Unidos es la integración de las élites dirigentes de Rusia
y China. Dicho de otro modo: la burguesía financiera de Estados
Unidos esta demandando la apertura de los mercados ruso y chino sin
restricciones, y eso choca con tales élites porque estas se
consideran plenamente capaces de dirigir ellas el mundo del
capitalismo con planes propios, tal vez no muy diferentes del
capitalismo en uso, pero asumiendo ellos el papel estelar. Siendo
ellos los dirigentes y estructurando el planeta con
nuevos organismos afines a sus intereses globales. Eso es lo que
significa la tensión pre bélica en torno a la crisis de Corea del
Norte. La tensión nuclear en torno a Corea del Norte es la excusa
para cercar a Rusia y China con misiles tácticos, una
disimulada presión, especialmente contra
Peking, primero, porque su reserva de dólares le convierte
en un acreedor neto, y segundo, porque sus pretensiones sobre
las islas del Mar de China meridional revelan el potencial
industrial de una élite – la buroburguesía china – con
aspiraciones globales. Esa es, modestamente,
en mi discutible opinión, la tensión prebélica en torno a Corea
del Norte. Probablemente la capacidad nuclear de Israel sea superior
a la de Corea del Norte, y Pakistán e India, son potencias nucleares
y todas ellas lo hicieron, como se hacen estas cosas, forzando la
situación con hechos consumados, ¿son menos peligrosos que Corea
del Norte?
El desenlace está muy relacionado con la pugna
en el seno de la burguesía estadounidense y que se enmarca en el
debate en torno a las relaciones de Trump con Rusia. Todo el periplo
sobre la influencia de Rusia en la elección de Trump y el mismo
comportamiento de este en los meses que lleva en la presidencia, así
como el baile de colaboradores que entran y salen de su gobierno no
es otra cosa que la falta de una posición clara de la burguesía
USA sobre cómo resolver la crisis del sistema, en su más amplio
sentido. Una parte, la que se visualiza a través de Trump
preferiría una presión más sutil con Rusia y ahí entraría las
funciones y habilidades de Tillerson para asegurar, la hasta ahora,
única fuente de energía asequible (petroleo y derivados), a la
espera de poder utilizar la energía nuclear de fusión (no de
fisión), con fines pacíficos.
La otra parte de la burguesía estadounidense,
estaría más acorde con modos más expeditivos, porque son los
que están directamente cogidos en la rueda de la deuda de los bonos
impagables – JP Morgan, Goldman Sachs, Citigrup, etc. –,
y el enorme coste que supone la corrupta industria de las armas de
destrucción masiva estadounidense, es dificilmente sostenible con la
industria de las armas de destrucción masiva de Rusia y China, por
separado, y probablemente, combinadas, incompetente, sin discusión,
suponiendo una carga financiera de alta explosividad, inasumible para
esas élites. Por el momento, la duda entre esas facciones, garantiza
una relativa paz armada.
Tratar de presentar este panorama, preñado de
augurios muy sombríos, escapa a mi capacidad de hacer entender a la
izquierda, que hoy por hoy, tiene influencia en la clase obrera y en
la ciudadanía más sensible, la estupidez que supone
ir por separado, ante el panorama de acuerdos que el capital
financiero ha tejido en un siglo. Esa espesa trama que supone
acuerdos económicos y políticos, capaz de mantener una tupida red
de think-tank ideologizando a la ciudadanía mundial, no puede ser
contestada, y menos enfrentada, demandando mejores salarios y más
empleo, cuando todo el modo de producción capitalista, el modo
de producción mercantil, está diseñado para abaratar y
reducir el empleo y el salario, porque son los dueños del
mundo, y nosotros, el 99%, no somos más elementos desestructurados,
manipulados y desorganizados, y es de una simpleza apabullante
pretender enfrentarse sin el más minino atisbo de plan.
Empezar demandando el control de la producción;
reivindicar la propiedad de los medios de producción para el
conjunto de la humanidad es una necesidad vital que garantizaría no
solo mejores condiciones de vida, para todos, sino la salvaguarda de
la VIDA en el planeta, y esto no se puede decir poniendo buena cara,
cuando lo que pretende la burguesía es llevarnos al matadero, por
eso, esta propuesta es una reivindicación militante y el mejor
tributo que podríamos ofrecer para conmemorar la revolución de la
mayoría – bolchevique – de 1917.
jmrmesas
trece de agosto de dos mil diecisiete
No hay comentarios:
Publicar un comentario