CUENTAS: ¿CUANDO?
EL HOMBRE TRANQUILO
Resulta de lo más
socorrido poner el foco sobre los presuntos
culpables, porque eso tranquiliza a los cómplices, i (esto es un
guiño cómplice -la i latina- a algunos amigos nacionalistas:
catalanes, por supuesto), tratar de apartarlo del entramado en el que
los presuntos, se desenvolvían, hasta el momento en que las
cosas se torcieron, porque de poder demostrarse -la estrategia,
que no táctica, ya que la demostración de las relaciones de los
conseguidores en su entorno habitual y profesional,
trastocaría las bases constitucionales, es demorar al máximo, el
inicio de los procesos- quedando claro, que los presuntos no
eran unos vulgares chorizos, sino elementos confiables,
porque, a ver, si el señor Bárcenas tiene cuentas por valor de
muchos millones, porque pedía dinero para el pp a empresarios
que desarrollaban su función en la administración,
detrayendo una parte para una cuenta personal, resulta difícil
de creer, que durante un largo periodo de tiempo de semejante
práctica, años, nadie se hubiese enterado de tales manejos, porque
tales comportamientos traspasan los sigilos iniciales, y alguien
debería de notar que las cuentas no cuadraban, a menos, que, dada la
imposibilidad legal de tener una doble contabilidad, una parte de la
contabilidad real, la asumiese un militante de confianza, y así, en
el hipotético caso que un tribunal de cuentas, tuviese
el tiempo y los medios para auditar, no encontraría ni excesos
ni defectos, cuadrando todo milimétricamente, pero, como vivimos
tiempos agitados, las tensiones internas dentro del partido popular,
han empezado a fraccionarlo porque quieren desgastar al hombre
tranquilo, el presidente Rajoy, porque, tal vez, algún barón o
baronesa, querría ir más rápido y más duro.
Sin embargo, lo
preocupante de este importante asunto, es que con la que está
cayendo desde todos los lados; con el amontonamiento de pruebas
contra todos los casos -Urdangarín, Bárcenas, Pujól, etc.,- todo
se reduzca a planteamientos judiciales, sin que se haya levantado una
voz, para exigir, no ya las explicaciones pertinentes del gobierno,
que pasa con desprecio sobre la ciudadanía, sino la atonía política
del parlamento, los partidos, y organizaciones, que ni siquiera se
atreven a esbozar algo que se parezca a una alternativa, lo que en mi
opinión significa un indicativo más de la profunda crisis en la que
está sumida España, Europa, y el modelo de sociedad que impulso el
capitalismo. Basta con leer los titulares, para ver lo lejos que se
está de poder esperar alguna solución desde las instancias
oficiales, y han de ser decisiones como las que impulsan la
plataforma contra los desahucios, o el parlamentarismo de asamblea
del 15M, los que ponen el dedo en la llaga.
LA BANCAROTA DE LA
POLÍTICA
Puesto que estamos
metidos en una situación, de la que no podremos salir, ateniéndonos
a medidas ensayadas en otro tiempo -una guerra por el mercado sería
un disparate, cuando 147 multinacionales tienen el control de las
acciones del 40% de las que se cotizan en el mundo-, cuando en los
thinktank se conspira para acabar con la democracia, o cuando el
citibank se permite decir que los electores en Italia han cometido un
error, quiere decirse, que esas élites cosmopolitas, que se sienten
dueñas del planeta, y que efectivamente planifican la exploración
de los recursos en otros planetas, no como una conquista del ingenio
humano, sino como una oportunidad de negocio, tienen a los
gobernantes del mundo muy bien cogido, hasta el extremo de seguir
exigiendo recortes y ajustes, porque no se trata de imposibilidades
de crecimiento, sino de posibilidades de imponer una
disciplina que favorezcan sus intereses.
Decía en mi anterior
apunte que hemos entrado en una época de profundas transformaciones
y cambios, una época revolucionaria porque las transformaciones y
cambios requeridos han de ser capaces de dar cauces a las colosales
potencialidades de expresión científica, industrial y humana,
adquiridas en las últimas décadas y que no son otra cosa que las
fuerzas productivas chocando con las viejas relaciones de producción.
Esos choques entre lo oficial y lo real está en todas partes, pero
hay un terreno en donde se explicaría el famoso fracaso de la
educación escolar, de una manera muy clara, porque aun admitiendo
que los enseñantes se aplicaran a la tarea con devoción a impartir
conocimientos magistrales, todo el esfuerzo vertido en las aulas, se
desmontan, se minimizan en unos pocos minutos viendo
televisión, en el que los educandos sopesan visceralmente la
inutilidad, el desfase entre lo que se les enseña y lo que ven,
oyen, perciben de una sociedad corroída por el ansia de conseguir
dinero y poder, a ser posible, con el menor esfuerzo. Esa cultura de
la rentabilidad es la que está en la base del sistema,
la ganancia, el lucro, solo es posible si se desprecia el esfuerzo de
los demás, porque las personas son utilizables, es decir, hay que
aprovecharse de ellas.
Dicho de este modo,
resulta escandaloso, ¿Pero no es esto lo que está pasando
constantemente? ¿No es esto lo que se ve en la realidad? Estos
comportamientos son los que la ciudadanía percibe, ha percibido
desde hace mucho, mucho tiempo, y ahora que salen a la luz, nadie se
atreve a dar las explicaciones, ni siquiera a pedirlas. Bastaría ver
al señor
Rosell, presidente de la CEOE,
entrevistado por Jordi Evole confirmando las sospechas de que muchos
empresarios corrompen, eso sí, este señor intuía la
corrupción de muchos empresarios y políticos, pero, probar no
podía, razón por la cual, callaba, para darse cuenta de lo falso
que resulta el paripé de escandalizarse por un práctica corrupta,
que ha saltado porque ya era insostenible. Esta disfunción es la que
merma el poder de la política, porque aunque se diga que todos somos
iguales ante la ley, unos son más iguales que otros, y
esto si que lo ve todo el mundo.
PROPUESTAS QUIMERICAS
Poner límites a esta
debacle económica pasa por coordinar las economías del
mundo. Una prueba, en negativo, de esto que digo, es la
propuesta del presidente de EEUU sobre una zona de libre cambio
transatlántica; esto constituye una señal de que la competitividad
no funciona, es un señuelo para explotar a los trabajadores de las
dos orillas. Esta transcripción tomada del anterior apunte,
publicado el
tres de marzo, puede parecer un colosal disparate, sin
embargo, ahondando en las pruebas negativa de que la economía
mundial ya están coordinadas, lo prueban hechos tan notables
como lo confirma ese estudio, citado el
uno de marzo de una organización independiente en EEUU, en el
que menciona a esas 147 empresas multinacionales, las cuales
controlan el 40% de las acciones que se cotizan en todo el mundo,
para comprender que eso es ya coordinar las economías,
solo que en vez de hacerlo en función de las necesidades de las
naciones, de los Estados, se hace en función de los
intereses de los banqueros, que
a mayor abundamiento, componen las tres cuartas partes de las
empresas multinacionales de las 147 que cita el informe, y esa
coordinación es tolerada y protegida por los gobiernos, obcecados
por proteger la libertad de mercado contra
el derecho de los pueblos a no ser
condicionados por los
mercados,
por el capital financiero internacional.
Ahora
bien, coordinar las economías para favorecer a los pueblos, a las
personas, no es posible sin una gran lucha política
que
lleve al seno de la sociedad valores nuevos que concentren y conciten
el rechazo a los
viejos valores
que impulsó a la burguesía a blasonar del derecho a enriquecerse,
legalmente, como no podía ser de otro modo. Lo que sucedió, a lo
largo de todo este proceso fue que las condiciones éticas, y una
legislación permisiva para proteger al capital -el entramado legal-
que tan difícil resulta de utilizar al ciudadano corriente, fue
alejando la ética, relegándola cada vez más, porque lo que contaba
era el éxito, antes que unos valores éticos que son los que ponen
en el centro a los seres humanos, y no a la mercancía.
No
será posible dar la vuelta a esta coordinación económica de los
mercados,
del capital financiero internacional, sin una lucha coordinada
mundialmente para arrebatarles sus instrumentos de dominio, el
ocultar los beneficios en los paraísos fiscales, y la denuncia de la
utilización de las deudas nacionales para imponer la voluntad de un
puñado de riquísimos expropiadores, contra los pueblos, contra las
fuentes de legitimidad, que son el pueblo.
jmrmesas
seis
de marzo de dos mil trece
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