LOS OBJETIVOS
Reconozco que mi posición
de bloguero, me permite licencias que un político, un economista, o
cualquier otro personaje con prestigio académico, profesional o de
cualquier otro tipo, tendría mucho cuidado en expresar porque
admitir que el sistema está agotado desde una perspectiva histórica,
le obligaría a dar una serie de explicaciones complicadas, que dadas
una hipotética fama, prestigio, etc., debería acompañar a su
aserción, para demostrar cómo y por qué, el sistema ya no tiene
una función positiva y por lo tanto, impulsar una búsqueda de
posibles alternativas a algo tan complicado como la heterogeneidad
de esto que llamamos cultura occidental, así que, hecha esta
salvedad, con la que pretendo comprender la posición de alguien que
estimara el agotamiento del sistema, y dada mi explicaciones, en
anteriores apuntes, insistiré de nuevo, porque considero que el
inagotable soporte argumentario sobre la nefasta práctica de los
gestores financieros que han dirigido la economía, en los décadas
anteriores, no es nefasta porque lo hayan hecho mal, sino porque lo
han hecho con el propósito de detraer, encoger,
reducir a los límites más extremos las condiciones del
conjunto de la población, como medio de asegurarse el control,
no solo de las finanzas, de la economía del mundo, sino, sobre todo,
que para dirigir la economía del mundo, tenían que asegurarse el
control político del mundo.
El sistema habría que
entenderlo compuesto por el entramado legal desarrollado a lo
largo del proceso histórico, tendente a garantizar el predominio de
una clase social, minoritaria, pero muy poderosa,
que se ha ido relevando a lo largo del proceso, permitiendo, a una
élite, dirigir las respectivas sociedades.
Cuando este entramado
legal, cuyo patrón de comportamiento, se ha desarrollado, con las
variaciones culturales propias de cada lugar, ha confluido, a
impulsos del crecimiento y de la internacionalización de las fuerzas
productivas, ha terminado por homogeneizar criterios de entendimiento
de esas élites cosmopolitas, que han entendido que para asegurarse
el control de las finanzas del mundo, tenían que imponer criterios
políticos, (voy a suponer que estas personas estén animadas de
buenas intenciones, y que consideren, que a largo plazo, muy largo
plazo, sus medidas sean la buena solución, por lo tanto, no voy a
suponerlas malas gentes, sino que en la medida que sus posiciones
producen en daño, se impone combatir esas prácticas, confrontando
sus medidas elitistas, por otras, que, desde el seno de la sociedad,
se resisten a salir, porque romper la inercia histórica, requiere un
esfuerzo de comprensión y síntesis y un no menor esfuerzo y valor
para avanzar prospecciones que rompan con la dinámica de dejar
hacer a los que saben, porque, evidentemente, lo que saben no da
resultados, más que los que la historia confirma como elitistas,
excluyentes), por tanto, y en consecuencia, los criterios económicos,
basados en los recortes, tienen un importantísimo trasfondo
político, que no se discuten.
La economía es sobre
todo, política y contabilidad, política y contabilidad para
manipular, disponer, organizar y utilizar los recursos macro, en la
dirección que beneficia a esa élite minoritaria pero poderosísima
que cuenta con esos profesionales de la contabilidad macro, que son
los economistas, y que una vez que salen de las universidades, la
sociedad se convierte en un recurso retórico, que utilizan para y a
beneficio de empresas y complejos financieros, así pues, el sistema
-conjunto de organizaciones y partes que interactuan para conseguir
un fin-se perpetua porque nadie se atreve a romper una lanza en favor
de buscar alternativas a un sistema sin más utilidad social que
asegurar el control de la élite.
El sistema compuesto del
modo de producción de mercancías, del entramado legal y de la
justificación ideológica que es el capitalismo, permanece porque
como organismo vivo se adapta y carece de los anticuerpos necesarios
-la alternativa- que le hace crecer inmoderadamente ante la falta de
respuesta, que llegados a este punto, no puede venir de una feliz
casualidad, sino que ha de ser buscada, conscientemente porque la
complejidad del desarrollo logrado hasta este momento, ha establecido
numerosas conexiones que no pueden ser ignoradas sin que su desajuste
produzca, más que consecuencias fatales.
El capitalismo, en cuanto
a ideología, tiene una amplia contestación ideológica, que pese a
su abundante contestación no roza más que la superficie del sistema
porque en la que afecta al modo de producción, este, se revela
inatacable, y la producción teórica necesaria para desmontar su
justificación, no se aborda por el miedo a chocar frontalmente
contra el derecho de propiedad de los expropiadores y contra la
pretendida capacidad de autoregulación del modo de producción de
mercancías, atribuida al mercado.
Es pues, necesario,
abordar la economía, no entrando en el juego económico que plantea
la élite, los mercados sino planteando la lucha porque el
modo de producción se adapte a las necesidades de las sociedades, y
sean estas, las personas, a las que tenga que responder el modo de
producción de mercancías, y esta necesidad es la que determina
los objetivos, que por sí solos han de poseer la capacidad de
modificar el modo de producción de mercancías para, a partir de
esos objetivos configurar los criterios de la producción misma, por
lo que definir tales objetivos supone toda una estrategia de lucha
política para arrebatar la iniciativa a los mercados,
poniéndola, transfiriéndola a las sociedades, y como la principal
baza de control de los mercados es la dirección de las
finanzas, y tales finanzas suponen la capacidad de mover cuantiosas
sumas de dinero -valor de uso de la mercancía dinero- para
facilitar la especulación, dinero que aparece mágicamente, porque
no está controlado por los fiscos nacionales, el primer
objetivo estratégico para regular el mercado en el criterio ya
expresado, es la lucha internacional por la erradicación de los
paraísos fiscales, porque esta reivindicación es común en
todas las sociedades, particularmente en las sociedades
industrializadas en las que los gobiernos han hecho dejación del
control de las finanzas de los poderosos, poniendo el foco, solo, en
las de los ciudadanos-trabajadores, los cuales, paradójicamente se
convierten en los principales sostenedores del estado que les imponen
los criterios de los mercados.
Levantar un movimiento
mundial por la erradicación de los paraísos fiscales, adquiere por
lo tanto, una dimensión estratégica fundamental porque va
directamente contra la capacidad de la burguesía internacional, los
mercados, para imponer condiciones políticas a los
gobiernos, revestidas de necesidad económica, y por tanto objetiva.
El resultado de esta
reivindicación ha de continuar en la lucha por el retorno
del dinero oculto, y está escrito así porque, según los
organismos oficiales encargados de investigar la pista de los dineros
evadidos de los fiscos nacionales, el dinero no suele moverse del
banco en el que se depositó, pero informática y telemáticamente,
el dinero es objeto de innumerables transferencias que hace muy
difícil discernir su paradero real, por lo tanto, exigir el retorno
del dinero oculto se convierte en la forma real para poder reactivar
la economía productiva, al tiempo que se reivindica la exigencia de
emplearlo en la investigación científica, en favor de proyectos
destinados a mejorar las condiciones del conjunto de la sociedad, así
como en una educación pública y gratuita.
El contenido estratégico
de la siguiente exigencia es la condonacion de las deudas
soberanas, toda vez que tales deudas se deben a políticas
fraudulentas basadas en el miedo de los mercados a perder
poder, por eso transigieron en que Estados Unidos rompiera,
unilateralmente y sin consultar a nadie, el sistema monetario y a
partir de ahí desequilibrar los procesos económicos, que obligaron
a los gobiernos a endeudarse, transfiriendo las deudas a las
sociedades, a las cuales empobrecieron, mientras las
socialdemocracias compadreaban con sus mercados, por tanto la
lucha por la condonación de las deudas es la respuesta a más de
sesenta años de paraísos fiscales -de robos a los ciudadanos del
mundo, consentido por los respectivos gobiernos-, en la que los
mercados han burlado a la sociedad, empobreciendola.
La tercera reivindicación
estratégica es la exigencia de una moneda mundial, y es sin duda, la
más problemática de justificar porque aparenta ser la más
claramente justificativa de una cierta independencia económica
y política, pero esto es solo en una primera
apariencia, porque para que esto pudiera tener visos de
realidad, sería preciso que las monedas tuvieran una referencia
valorativa, con arreglo a un patrón común, vigilado por una
autoridad independiente, pero en los hechos cotidianos, existe una
moneda común, -dólar- que no tienen más control que el que
conviene al dueño de la moneda, Estados Unidos, que está en el fondo del ataque de los mercados al euro, y ha sido esta falta
de autoridad independiente, la que ha permitido al entramado legal,
el sistema, resistir todos los embates políticos y económicos al
contar con los instrumentos de control, amañados por acuerdos y
componendas entre bastidores, lejos de los focos que pudieran arrojar
luz sobre la agenda oculta que se ventila en las reuniones formales,
que sirven de coartada para imponer condiciones penosas a las
personas, a los ciudadanos.
EL MOVIMIENTO... ES ... INTERNACIONAL
La causa más
determinante de la madurez de una situación revolucionaria, o más
exactamente, de que el sistema empieza a generar los elementos
necesarios para alumbrar el cambio del modo de producción, por otro
más acorde capaz de responder a las necesidades de la sociedad
contemporánea estriba en el choque entre las viejas relaciones de
producción y las nuevas fuerzas productivas, según el patrón
descrito por un tal elemento llamado Marx, y este patrón de
comportamiento, este choque entre las viejas relaciones de producción
y la nuevas fuerzas productivas está comprendido desde la primavera
árabe, al 15M y su increíble salto a Estados Unidos y Rusia, pero
no es solo eso, es la sobrecualificación del trabajador medio,
contratado por salarios de subsistencia, es un creciente malestar
ante el descaro con que los dirigentes que imponen políticas de
austeridad se regalan sueldos -honorarios- muy por encima de
nuestras posibilidades, y este creciente malestar sordo,
lastrado, contenido, es el que está haciendo saltar los movimientos
sociales de un país a otro, porque las condiciones de miseria a la
que los poderosos empujan a las sociedades, a la ciudadanía es el
caldo de cultivo de este tipo de movimientos de respuesta, que se
manifiesta porque hay una contradicción entre los órganos de
participación política, sean estos partidos, sindicatos,
parlamentos, en los que la realidad se detiene a las puertas de las
organizaciones para que estas traten de los asuntos
partidarios, elecciones, concejalías, vocalías, es decir,
todo lo que ata al electo a una prebenda, o cuando menos, a una
práctica política muy ritualizada, muy formal y muy alejada de las
penurias y calamidades de la gente, por eso en las manifestaciones de
este tipo se ven carteles y pancartas tan llamativas como “república
del 99%”, “Rey y yerno: Cuentas, no cuentos, Sobre la ley, ni el
rey”; “cómete a los ricos”, o lo que es igual, las causas a
las que hacen oídos sordos todos, instituciones y partidos porque la
política se ha ritualizado en una serie de ceremonias, juegos
florales, que no se atreven a
tocar al sistema para no ofender,
no molestar.
No hay más que ver, que
tipo de artículos aparecen en las revista de pensamiento de
izquierdas para comprender lo alejado que está la
vanguardia de ser capaz de alumbrar una política rupturista,
es decir, proponer políticas que ataquen al sistema, tanto a la
ideología como al modo de producción, que ataque el derecho de
propiedad de los expropiadores,
que ataque el intolerable cuento de la capacidad del
mercado para autoregularse,
menos mal, que todo un catedrático de economía dice que el
negocio de la banca es crear deuda, pero no dice nada más, y que
otro prestigioso profesional del ramo, explica que Draghi persigue abaratar el despido, y todo un peso pesado del socialismo dice que hay
que reconocer que el programa que le ha dado la victoria a Hollande
estaba más a la izquierda que el del psoe, pero no busquen en
esas revistas explicaciones sobre el tema porque no las hay, por eso
existe la primavera árabe, por eso existe el 15M y los diferentes
occupys, porque los
partidos y sindicatos perdieron su función de organizar la lucha
contra el sistema, y
las asambleas que se hacen en calles y plazas, en las que se trata de
todo es precisamente la labor, que en tiempos de la transición
democrática, se
hacía en las fábricas y empresas, organizadas por los militantes de
partidos y sindicatos, porque entonces, aún los partidos -el PCE-
tenían un prestigio, que había que rentabilizar para tener un lugar
al sol.
LA DIRECCION
El 15M se presenta como
un movimiento abierto, plural, que cumplira un año el próximo 15 de
mayo, pero si pretende que su nacimiento y permanencia cumpla un
papel que facilite los procesos de cambio, de alternativa, que tenga
una trascendencia capaz de conmover las bases del injusto capitalismo
debe revisar los objetivos que lo alumbraron y que ha demostrado, con
su salto fuera de las fronteras españolas, que el malestar es común
a otras sociedades, porque los problemas son un calco, una copia,
como no podía ser de otra manera, pues cuando se habla de
globalización se quiere decir, también, que los problemas y las
soluciones, tienen causas y raíces hundidas en lugares muy diversos
y que el mal a extirpar es el mismo, por eso, si su extensión a
saltado fronteras, debe, también revisar los objetivos, que por ser
locales, ahogan y constriñen su desarrollo hacia horizontes más
globales, y debería plantearse los objetivos que harán vacilar la
estabilidad del capitalismo y su modo de producción de dinero,
propugnando la lucha contra los elementos que hacen al capitalismo,
prácticamente inabordable, el secreto bancario, el sistema
financiero y el sistema monetario, asumiendo lo que las direcciones
políticas, los profesionales y sobre todo, los partidos y sindicatos
de izquierdas vacilan en denunciar, -erradicación de los paraísos
fiscales, la condonacion de las deudas soberanas y una moneda
mundial, controlada por autoridades independientes-.
Todos los flujos y
reflujos electorales por los que está pasando la izquierda, sobre
todo, en Europa, se deriva de la falta, o más exactamente, del
abandono de la lucha frontal contra el capitalismo y su modo de
producción, porque las sucesivas direcciones que han capitaneado a
la izquierda desde los lejanos tiempos de Liebknecht y R. Luxemburg,
se han adaptado a convivir con el capitalismo, como si este no
tuviera fecha de caducidad, y esa fecha se le debe de poner ya,
porque a mayor duración mayor sufrimiento, porque los nuevos
inventos y los nuevos avances son la concreción de una fuerzas
destructivas más terribles, porque el fascismo derrotado en 1945
se reencarno entre los vencedores.
Ante aquella debacle, en la que todos querían ser
más patriotas que sus vecinos, todos se convirtieron en audaces
asesinos a la mayor gloria de los capitalistas respectivos, y si en
aquellos momentos una dirección política fue ejemplo de compromiso,
esta fue la del naciente partido comunista, cuyos militantes fueron
ejemplo de abnegación, y hoy, quien pretenda jugar el papel de
dirigente para capitanear la lucha frontal contra el capitalismo, ha
de ser capaz de demostrar compromiso indeclinable, irrenunciable,
para enfrentarse al capitalismo, y eso significa señalar los
objetivos y luchar fuera y dentro de los parlamentos por la
erradicación de los paraísos fiscales, por la condonacion de las
deudas soberanas y por una moneda mundial, porque este tipo de
objetivos los enfrenta directamente al sistema sin posibilidad de
compadreo que no sea la traición abierta, y de esta manera
justificar ante la ciudadanía, ante las masas su decisión de ir
hasta el final.
Esto es lo que debe ver la ciudadanía, las masas,
la clase obrera, una línea política independiente, que proponga
alternativas, claramente de clase, enfrentada a la burguesía, a los
mercados, y esos objetivos
son los que identificaran a una dirección.
jmrmesas
14 de mayo de 2012
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