EURASIA
LA
NUEVA NORMALIDAD TIENE QUE SER UN NUEVO MUNDO
UN
NUEVO ORDEN: EL DOMINIO DE LA GENTE SIN HISTORIA
Así
es como entiendo la nueva normalidad tras esta pandemia
convenientemente estudiada por los ricos dueños del mundo.
La
pandemia es la maniobra diseñada por los thinktanks (¿no es lógico
pensar que semejante agrupamiento de científicos e intelectuales,
bien pagados y libres de la presión de la corrección política
pudiesen imaginar todo tipo de soluciones, pandemias incluídas?) que
los ricos necesitan para ganar tiempo, ante el derrumbe de su mundo
se ha gestado, como poco, desde la anterior crisis económica de
2008, y como mucho, desde el colapso de la URSS.
Los
ricos, organizados en el complejo militar industrial de EEUU, y toda
la maraña de la industria militar de los países industrializados
rentabilizó, como no podía ser de otra manera, las luchas
populares, en su propio beneficio. En las décadas siguientes la
potencia económica que había capitaneado a los Estados burgueses
tras la SGM se apropió del esfuerzo combatiente de la URSS, del
esfuerzo combatiente de los guerrilleros, que en todo los teatros de
operaciones fue organizado por los comunistas, consiguiendo
inventarse un relato que tergiversó la historia, sobre todo, cuando
la URSS, la potencia militar que era el contrapoder indiscutible, se
hundió arrastrada por el cúmulo de contradicciones que ahogaron el
impulso inicial de la revolución obrera.
La
primera guerra mundial fue la respuesta del recién sobrevenido
capital financiero para configurar el nuevo reparto del mundo que
fracasó porque la relación de fuerzas no pudo arrasar completamente
con Alemania, y por el contrario, despertó la indignación popular
de los países que combatieron, incrementando el malestar social y
las luchas en el corazón de Europa cuya dirección más firme y
consecuente organizó la revolución bolchevique en la monárquica
Rusia.
Su
respuesta, la respuesta del capital financiero consistió en
financiar a la clase media,
la pequeña burguesía,
que atemorizada por la descomposición de sus valores ideológicos y
materiales daba pie a imaginar la recomposición del mundo
glorificando la raza, la patria, es decir, fabulando la derrota de la
ideología que había guiado al mundo hasta entonces, sin comprender
que las fuerzas productivas que el progreso había generado —que
el progreso genera de modo continuo,
conlleva un mensaje implícito,
que se va haciendo más definido cada vez,
advirtiéndonos de la necesidad de una utilización racional de las
capacidades de las colosales fuerzas recien adquirida por el genero
humano en su busqueda de certezas—
demandaba implícitamente un nuevo orden que no fue otra cosa que el
viejo revestido con nuevos modos, es decir, las
ideologías fascistas
alimentadas por el
capital financiero en
la que se reconocían los pequeños burgueses de los diferentes
Estados.
La
segunda guerra mundial fue ahondar en el error solo que en su
transcurso la facción más avanzada del capital financiero, aquella
que pudo mantener su territorio incólume, aprendió muy rápidamente
el contenido del mensaje, apropiándoselo
sin comprender nada,
dado que, si en la primera había unos factores de características
potenciales indeterminados, en la segunda el contenido de los mismos
se había potenciado exponencialmente, y la prueba está en que a
pesar del acuerdo —impuesto a regañadientes— de la burguesía
mundial, en apenas tres cuartos de siglo las contradicciones
inherentes al mensaje implícito
en el crecimiento de las fuerzas productivas,
que nos advierte de la necesidad de emplear los nuevos poderes
adquiridos de forma armónica, la facción dominante persiste en el
error de la hegemonía indiscutible.
¿QUÉ OCURRIÓ CON LA REVOLUCIÓN?
La
revolución fue la respuesta, podría decirse, pacífica y racional a
la matanza y penurias de la primera guerra mundial, que
inmediatamente fue atacada por la burguesía europea. Las monarquías
europeas se sintieron amenazadas y no perdieron tiempo en apoyar con
dineros y tropas a la pacífica revolución rusa, harta de muertes y
hambrienta.
Ante
esos ataques la respuesta de la revolución no fue la profundización
de las luchas populares apoyándose en la clase obrera, que si bien
fue mermada durante la primera y segunda guerra mundial, la
merma, y es importante entenderlo bien,
no fueron los miles de socialdemocratas presentes en las trincheras
matándose unos contra otros, sino la debilidad teórica que
introdujeron los elementos como Bernstein que no fueron
combatidos intelectual e ideológicamente y cuya respuesta combativa
hubiera podido dar un giro positivo, por el contrario, fue el ascenso
de la burocracia.
Esta
es a la clase obrera lo que la clase media, la pequeña
burguesia es a la sociedad, el vivero que nutre las filas de los
profesionales y funcionarios, imprescindibles para el buen
funcionamiento del sistema pero siempre dirigida por la clase
dominante sin concepciones ni concesiones, y era claro que la
clase obrera no tenía la fuerza conceptual privada del instrumento
—la internacional, el partido—para dirigir la batalla.
Fue
el empoderamiento de la burocracia que reprimió a la clase obrera
porque no tenía respuestas y pretendió ganar tiempo en una búsqueda
que solo acentuó el interés de la élite privilegiada, cada
vez más cerca y más permeable a la burguesía, y la
revolución se convirtió en un fetiche que se disolvió en un mar de
prioridades acuciantes en la que el cultivo de las adquisiciones
sociales que elevaran a la clase obrera a la categoría de clase
dominante, nunca fue una necesidad vital.
Las
siguientes décadas están ahí, como nunca antes. Están en la
hemerotecas, están en los libros, están en internet, pero sobre
todo está en la consciencia viva de las generaciones más viejas,
antes que la pandemia consiga silenciarlas, matando la memoria viva
de la historia reciente, algo que antes no había sucedido. Esa
capacidad de poder organizar la lucha por el futuro contando con la
memoria, aún viva es una oportunidad que nos brinda este momento
para poder reiniciar la sociedad humana con nuevas concepciones
basadas en la ciencia y la consciencia.
¿COMO
ENTIENDO EURASIA?
Eurasia
es el territorio que va desde el estrecho de Bering al estrecho de
Gibraltar y que comprende todos los Estados de Europa y los Estados
de Asia que estuvieron asociados a la URSS.
Este
concepto es fundamentalmente el predominio del programa de unidad de
las nuevas fuerzas productivas que
no pueden ser encerradas en el marco de las fronteras de los Estados
porque en ese marco las fuerzas productivas son su propia antítesis
y la misma humanidad ciega cualquier posibilidad de desarrollar sus
potencialidades, es por tanto el inicio de
reconciliación del género humano, con la naturaleza y
consigo mismo, ya que de otro modo persistirían las divisiones
que el proceso histórico ha causado en curso de la evolución.
Es
por tanto un proceso de integración que comienza en el seno de un
amplio ámbito continental que concentra todas las contradicciones
económicas, políticas, sociales, culturales, religiosas,
ideológicas, territoriales de lo más variado, que debe ser espejo
en donde se miren otros territorios y pueblos, en ese proceso de
integración.
Cuando
la humanidad es capaz de manejar fuerzas productivas adquiridas en el
proceso evolutivo que concentran características de orden geológico
o cósmico, con el propósito de predominar sobre otros, las
perspectivas de un uso racional y armónico desaparecen como podemos
comprobar ahora mismo, cuando las potencias, concentran esas fuerzas
productivas en el uso de la tecnología militar que no es otra cosa
que la antítesis de las fuerzas productivas.
Esta
realidad es una consecuencia evidente deducible del
materialismo histórico que tan celosamente callan los
marxistas académicos y los partidos que tienen el marxismo como
guía, igual que la Iglesia tiene a Jesuscristo, es decir, se ha
fetichizado el concepto porque este asegura control y poder sobre los
iniciados, pero sin desarrollar el contenido que lleva porque
este aclara ideas. Repasemos algunos algunas ideas que nos
permitirán entender el asunto. Dos fuerzas iguales y opuestas, se
anulan. Empeñarse en dominar la tecnología nuclear para aplastar al
enemigo es un juego que todos los bandos saben que está destinado al
fracaso, es un juego de suma cero. Otro. El proceso histórico nos ha
mostrado que la formación de los Estados europeos modernos avanzó
cuando los territorios de estos fueron centralizados: Italia,
Alemania, Reino Unido, Francia, España, etc., pero llegados a un
punto, estos mismos Estados entendieron que continuar el progreso
requería un tipo de centralización más avanzado, y tras la EFTA y
la CECA llegaron a la Unión Europea, que está atascada por el
pánico de las diferentes burguesías que no quieren el
empoderamiento blando que supondría una UE con un gobierno burgués
responsable ante los ciudadanos europeos, responsable ante un
parlamento con autentico poder.
Creo
que se comprende la idea. Por lo tanto, si a eso unimos la
proliferación de Estados que ven en esa maniobra el poder de
garantizar su seguridad, la seguridad de su clase, estarán reunidas
las condiciones de incertidumbre que auguran el dominio, su dominio
de clase y se estarán detrayendo recursos de la sociedad que solo
benefician al complejo militar industrial, es decir, a la burguesía
que al reunir el capital industrial y bancario en ese entramado
económico que describe el informe Zurich, ha diseñado
un sistema tramposo y separado de la política
capaz de impedir que el progreso llegue al conjunto de la humanidad,
economizando la capacidad de crecimiento
intelectual y ético de la sociedad, economizando
la felicidad de los seres humanos.
¿CÓMO
UNIFICAR EL CONTINENTE?
El
predominio de un territorio sobre otro sería reforzar el
nacionalismo y con ello el fracaso del internacionalismo, el
fracaso del predominio del programa de unidad de las nuevas fuerzas
productivas que no pueden
ser encerradas en el marco de las fronteras de los Estados porque
pierde efectividad orgánica social y política,
perdiendo el afianzamiento de la clase obrera como clase
dominante.
El
nacimiento de Eurasia, la construcción de Eurasia tiene que ser la
respuesta a la acumulación de poder de la empresa privada que va
directamente en contra del individuo, del ser
humano. Esa acumulación de poder se hace reuniendo la
increíble concentración de datos (big data) y
estudios que proporcionan un conocimiento sobre la sociedad y
el ser humano a la clase dominante, a la burguesía, como nunca
antes en la historia ha sido hecho. Por el contrario, la
construcción de Eurasia tiene que ser la garantía de condiciones de
vida, salud, enseñanza y formación continua en todo el extenso
territorio continental, en beneficio del individuo,
de la sociedad y no de la empresa privada,
y no del mercado,
que debe desaparecer. Tiene que ser la construcción de redes
de comunicaciones y la construcción de una red de internet propia
independiente de los gobiernos, independientes de las empresas
privadas, donde la base de datos, en continuo crecimiento, este
en manos del conjunto de la sociedad a través de un
organismo independiente responsable de garantizar la independencia de
la red, del poder, de tal
manera que esta sea el centro del debate social, el
centro del crecimiento del individuo social, de tal modo que
el análisis periódico de los datos volcados en la red le sean
devueltos a la sociedad en estudios ponderados, contribuyendo así al
crecimiento intelectual de la mujer y el hombre nuevo, sin el
tutelaje interesado del poder.
Este
párrafo me ha parecido importante precisarlo porque es la
posibilidad de hacer realidad la formación intelectual colectiva,
que no anularía nunca la necesidad de la formación específica en
los terrenos propios del estudio de las diversas ramas de la ciencia,
pero en la red, en la que el individuo se desinhibe y se siente
más cómodo para expresarse,
esos análisis ponderados contribuirían al conocimiento del
individuo social. La independencia de la red significaría el
desmenuzamiento de los datos volcados y analizados en el seno del
organismo independiente, solo que en vez de ser propiedad de
una empresa, lo sería para el conjunto de la
sociedad, que podría, de ese modo, conocer las pulsiones que
motivan al individuo colectivo, dando lugar a ahondar en ese
conocimiento.
INICIAR
EL EMPODERAMIENTO
El
periodo de empobrecimiento del conjunto humano que el capital
financiero necesita y que el informe Zurich describe (cómo funciona
el núcleo central donde se toman las decisiones), no ha hecho más
que empezar, y se pronostican años de penuria. Si una organización
moderada como el Comité pour l´abolition des dettes
illégitimes, preocupada por la magnitud del empobrecimiento
propone la socialización de los bancos auditados por organizaciones
de ciudadanos, quiere decir que estamos al comienzo de atravesar un
periodo de la historia humana del que pueden derivarse condiciones
radicales nuevas y profundamente nefastas para la mayoría,
contra la que va dirigida la crisis y la pandemia. Iniciar
esta travesía fiandolo todo a los estudios interesados del poder
tendentes a mantener a la ciudadanía lejos de la actividad política
es cerrar los ojos ante la magnitud de esta guerra del capital
financiero contra los seres humanos, que además es imposible
acometer si los sindicatos no se movilizan.
Se
hace necesario por lo tanto iniciar un proceso de empoderamiento
obrero que pasa por acabar con la pasividad sindical
que es la demostración más clara de la postración de la clase
obrera, o lo que es lo mismo, la derrota teórica y política
de su dirección, tanto si se mira desde un nivel estatal
como si se mira desde la perspectiva internacional.
Que
los sindicatos no hayan movido un dedo para, colectiva y
coordinadamente conocer la profundidad de los acontecimientos
económicos y sanitarios, revela la pobreza, el olvido de los valores
tradicionales que defendieron con sus vidas Luxemburgo y liebknecht,
y tantos otros militante menos conocidos pero no menos heroicos.
Iniciar la recuperación económica y el apoderamiento social y
político pasa, indeclinablemente, por
esclarecer que existía una crisis económica previa y
que esta se ha convertido en una pieza clave que cuestiona la
viabilidad del capitalismo,
y que por tanto era necesario desmovilizar a la
sociedad para evitar la indignación popular,
siendo necesario ahogar la protesta a cualquier precio.
Esta premisa es determinante porque demuestra que la burguesía, como
clase social, era consciente de su debilidad sociológica y de la
caducidad del sistema material en el que se asienta su dominio —y
ese análisis es puro materialismo histórico, siendo consecuentes
con el análisis (que se revela como un método
de predicción fiable), a diferencia de los
marxistas, que
no lo tienen en cuenta—, que temía el momento y que
todo el aparato montado con los thinktanks y su internacional tenia
en mente asegurarse que cuando se produjese la crisis
definitiva–esta–, todos responderían sin vacilar acatando la
medida, cualquiera que esta fuese, como así a sucedido, pues para
eso se mantenían los thinktanks y para eso se mantenía una
internacional.
Ese conocimiento significa premeditación y por tanto que se hacía
necesario golpear de forma que el conjunto del planeta quedase
grogui, sin capacidad de respuesta mientras los contables establecían
los baremos, y los estrategas se aseguraban de inmovilizar a los
posibles golpeadores, y la muestra que es así, lo expresa el
desconcierto que la pandemia está causando en el seno mismo de EEUU,
que está diezmando a los ciudadanos, cuando si como dice Trump, los
chinos causaron la pandemia, ¿por que no se impone el uso de la
mascarilla?, ¿acaso los chinos no lo hacen contra ellos? Todo se
revela como una pantomima para desviar la atención con la que el
mundo mira a EEUU, porque saben que allí reside la explicación.
El
punto de inflexión que temían era esta crisis determinante, y
puesto que sabían que tendría que ocurrir, planearon ganar tiempo
(porque el modo de producción tiene que cambiar sí o sí, porque
cada etapa, cada estadio que avanza la humanidad
determina un modo de producción acorde con ese desarrollo,
o la humanidad desaparecerá,
la inteligencia consciente desaparecerá
y tal vez el cosmos produzca el tipo de inteligencia que caracteriza
a la humanidad en otro lugar, o tal vez esta exista a la vez en
diversos puntos), con objeto de asegurarse una posición de ventaja,
por eso, todos los proyectos que hacen referencia a epidemias y
vacunas no hacen más que apuntar a los autores que han decidido
ponerlo en marcha.
Si
la izquierda no se atreve a luchar por esclarecer quien
o quienes están detrás de la pandemia,
y quienes son los cómplices
podemos decir abiertamente que cualquier posibilidad de lograr
detener la posibilidad de esta matanza con la que la clase dominante
pretende construir el mundo a su medida está sellada, que
cualquier posibilidad de iniciar medidas de calado como la
socialización de los bancos auditados por la ciudadanía organizada
de forma independiente,
y mucho
menos construir
Eurasia como el programa de unión de las nuevas fuerzas productivas,
como la forma racional y armónica de lograr la síntesis entre
ciencia –conocimiento racional sujeto a controversia (prueba,
error)– y conciencia –nacionalismo–(azar y obcecación mítica)–
no es otra cosa que
un delirio, si los
sindicatos obreros no toman la decisión de ponerse al frente
de un proyecto de
este tipo,
empezando por determinar quien o quienes están detrás de
la pandemia y quienes son los cómplices,
porque sin esto no habrá ningún tipo de avance
democrático y podremos aceptar que el fascismos ocupa
institucionalmente todo el poder en todos los Estados.
jmrmesas
diecinueve de julio de dos mil veinte
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