LADRONES Y ADEMÁS COBARDES
Alguna vez he recibido algún porrazo de la
policía, pero siempre tuve claro que las ordenes las recibían
del gobierno, entonces, franquista, hoy de sus herederos, y
son ellos, los herederos del franquismo los que pretenden cubrir
los años de corrupción, documentado en los tribunales,
los que pretenden parar la acción de esos tribunales,
los que pretenden paralizar su implicación penal, en el robo de los
dineros públicos lanzando a la policía y parapetándose tras
ellos. Esto es lo que está detrás de las declaraciones
patrióticas de todos los dirigentes políticos del Partido
Popular; paralizar responder la demanda de explicación, que
exigen los tribunales por las campañas financiadas por los
empresarios que recibían los contratos amañados; el capitalismo de
amiguetes del que se aprovechaban para enriquecerse y ocultar los
capitales robados en los paraísos fiscales. Son cobardes aparte de
ladrones. La policía debe sentir asco de los dirigentes políticos
que les mandan, cuando saben que tras el patriotismo
– económico – están las cuentas ocultas en Suiza
y otras naciones con legislaciones de tributación
especial, y ahora, se protegen de su
incapacidad mandándoles aporrear a unos manifestantes, con
los que no comparto sus demandas pero si apoyo
su derecho a votar un referéndum legal, porque
sus antiguos socios, en Cataluña, también quieren
ocultar su falta de transparencia económica tras una independencia,
votada a toda prisa.
El PSOE no debe prestarse a esta maniobra a la
que pretende arrastrarle el Partido Popular porque perderá la
difícil credibilidad ganada por el socialismo, perdida tras años
de compadreo queriéndoles demostrar la seriedad con el que el
Partido Socialista ve las instituciones democráticas, cuando lo
que quieren los dirigentes populares es tranquilidad para hacer
negocios amañados. Poder emprender las transformaciones legales que
necesita un régimen que los hecho evidencian disfuncional para los
ciudadanos y el pueblo trabajador, requerirá toda la autoridad
que el Partido Socialista pueda acumular, y que está
empezando a ser cuestionada porque el afán de querer aparecer como
respetable y creíble, le enajena las simpatías de ese pueblo
trabajador, que habrá que movilizar para que los códigos
legales puedan recoger una legislación, aun por escribir, porque
para ello se necesita debate, reflexión, análisis,
y sólo después de eso, si se hace necesario, la fuerza.
El PSOE debería hacerle saber al señor Rajoy que no cuenta con
su consentimiento para seguir endureciendo la situación en Cataluña,
que cada paso en ese sentido, pierde el apoyo, suponemos, crítico,
que el secretario general de los socialistas, ofrece a un presidente
del consejo de ministros de su majestad, señalado por la propia
prensa de derechas, como matón
intransigente.
jmrmesas
tres de octubre de dos mil diecisiete
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