EL
MALDITO MODO DE PRODUCCION MERCANTIL
Su
obsolescencia, sin el valor de la inteligentsia para imaginar,
deducir y,o, anticipar una alternativa que proyecte el salto del
sujeto colectivo, de su primitiva infancia supersticiosa a su madurez
lúcida y consciente es el causante del sufrimiento y deterioro de
las condiciones humanas, que pasan de ser individuales a ser
sociales, porque su raíz no están en el individuo sino en las
condiciones sociales que el individuo experimenta, padece, impuesto
por el poder de una élite corrupta, ella misma, víctima
privilegiada, de un poder, que a lo largo de la historia, a cuidado
de aparentar, desligado de la misma sociedad que lo genera.
Lejos
de que esto último pueda significar una atenuación a su condición
de meros instrumentos de decisión, ha de ser considerado (la función
y la élite) un agravante porque desde el origen de los tiempos, el
ritual y el secreto con el que se cubre el poder, cualquier poder,
estaba y está la voluntad de apartar los entresijos del poder de la
mirada de la sociedad, del pueblo, para de ese modo, privilegiar a
una élite que se arrogaba – y se sigue arrogando, so capa de ser
elegidos democráticamente – toda las capacidades decisorias,
beneficiándose, en primer término.
El
sistema, el modo de producción de mercancías está caducado porque
cualquier nuevo descubrimiento, en cualquier campo, redunda en
una mayor capacidad de control de la élite sobre el conjunto social,
en una mayor capacidad de opresión y sufrimiento; en un mayor
poder de destrucción porque la única industria impulsada, capaz de
absorber todo lo que la ciencia y la tecnología produce, sin que esa
producción revierta en el conjunto social, y sí unicamente, en la
reducida élite que se arroga todos los poderes es toda la
relacionada, directa o indirectamente, con la fabricación y el
control de las armas de destrucción masiva. Esa realidad genera
frustración, decepción, resentimiento, vacuidad, frivolidad,
ingente cantidad de penuria física y psíquica que se traduce en
crimen y corrupción generalizada, que en España se ha convertido en
indecencia porque toda la estructura de la clase burguesa, carecía
del disimulo, que en otros países proporcionaron las revoluciones
políticas burguesas, y las movilizaciones obreras y populares, que
se tradujeron en una mayor articulación social y política.
Queda
claro para una inteligencia sin temor a la verdad, que en esta etapa
del desarrollo mundial del sistema, que este, el
sistema no producirá ni puede producir condiciones que
eleven el nivel de vida de la sociedad porque esa escalón, ese
peldaño de elevación lleva asociado un mayor nivel de consciencia y
poder social que será fatal para la élite poderosa que tiene todo
el poder, por lo tanto, de su política actual no puede esperarse
otra cosa que destrucción generalizada, embrutecimiento e
ignorancia, y todo el progreso logrado, todo el conocimiento
obtenido, presente y pasado, es a pesar de esa élite, y no a su
impulso.
La
historia del progreso humano se debe a la interrelación. Es la suma
sigma de esas relaciones sociales, en su más amplia y vasta
influencia, en apariencia, independientes, pero mutuamente influidas
unos con otras que han dado como resultado a lo largo del proceso
histórico, recorrido por los diferentes modos de producción un
incremento de los conocimientos y de la riqueza, material y
espiritual, de los procesos de adquisición de conocimientos, en
todos los ordenes, de los que una élite se ha aprovechado,
apartándolos del conjunto humano, por eso, reivindicar poner en
común la riqueza y los conocimientos es vital para lograr un salto
cualitativo en el desarrollo del individuo colectivo.
Es
el modo de producción de mercancías objetivado en la ganancia, en
el lucro personal lo que impide el progreso del ser humano ahogando
las capacidades y sentimientos más nobles, porque estos sentimientos
y capacidades, si no tienen una materialización económica son
considerados obstaculizantes para el desarrollo material enfocado a
la obtención del beneficio económico de la élite, de la burguesía
monopolista, esta mil millonésima parte de poseedores – este año
han sido ocho – que tiene tanto dinero como la mitad de la
humanidad, más pobre, según el último informe de Oxfan, informe al
que ningún medio le presta atención, más allá del día en que es
aireado al comienzo del año en la reunión de los más ricos en
Davos, Suiza, desapareciendo de la escena hasta el próximo año;
este – el modo de producción – es un pesado lastre que impide la
vida armoniosa de la sociedad, porque esta al ser excluida de la
participación consciente, pierde perspectiva y pierde profundidad,
quedando reducida a la función de ser parte del mismo modo de
producción, fuerza de trabajo, que el progreso técnico-científico,
está apartando aceleradamente, por eso, reivindicar la expropiación
de los expropiadores, es fundamental para dar sentido a la
alternativa al maldito modo de producción mercantil. Todos los modos
de producción han impulsado las fuerzas productivas para conseguir
que el hombre no estuviese sometido a la naturaleza, y cuando, en
gran medida, se ha conseguido el objetivo, este se pervierte porque
el hombre se somete a la fuerza de su creación, la mercancía,
acarreando una enorme carga de frustración y podredumbre, por eso es
importante la alternativa, al modo de producción mercantil.
No
habrá alternativa sin la consciencia y la voluntad de elaborar un
modo de producción que ponga en el centro al ser humano, su
crecimiento espiritual e intelectual, primero, porque la humanidad es
una en su diversidad de razas, todos iguales – semejantes – todos
distintos – individuos –; segundo, porque los problemas a los que
se enfrenta, la humanidad, en esta etapa de la historia, a diferencia
de otros momentos, el tiempo no es indefinido, el
tiempo es determinante porque la calidad de los problemas no puede
quedar en manos de un puñado de canallas, por mucho pedigrí que
tengan; tercero, porque todos los modos productivos han impulsado las
fuerzas productivas, hasta el momento presente, desarrollando el
crecimiento material pero subyugando al ser humano como garantía del
despegue que le liberaría de la dependencia de la naturaleza, y
discrepando de Stephen Hawking, y sin desestimar la exploración del
cosmos, la supervivencia de la humanidad solo la garantizará el
cambio del modo de producción mercantil, impulsando una alternativa
al modo de producción de los capitalistas, porque la sociedad, en su
conjunto se sentirá concernida a buscar soluciones, sin esperar a
líderes salvadores.
Creo
obligado una reflexión sobre la socialdemocracia, a raíz de las
elecciones francesas y de la vergonzosa y oportunista deriva del que
fuera primer ministro Valls, así como la batalla que tiene lugar en
España por la dirección del PSOE porque tras esta marca
político-electoral – socialdemocracia – a la que se da
por muerta, se esconde la vieja idea de ABANDONAR luchar por el
socialismo, como algo que ha quedado obsoleto, sin valor,
digamos, para ilustrar una una imagen, que hasta el momento en que se
produjo la Revolución bolchevique de 1917, que los partidos
políticos de la socialdemocracia, ocupaban el sector más a la
izquierda del espectro político, y que solo tras la traición de las
votaciones de los créditos de guerra de 1914 y de la revolución
obrera de 1917 en Rusia, el movimiento obrero se dividió. Si los
dirigentes políticos socialdemócratas pretenden seguir entregando,
a la burguesía el potencial de la fuerza de la socialdemocracia, es
evidente que semejante traición enterrará la marca socialista,
por inservible, pero la lucha por el socialismo seguirá estando
vigente porque la lucha por liberar al obrero de la explotación
sigue estando en el foco.
Hay
muchas formas de introducir de matute el abandono
de la lucha por el socialismo, como la falsa lucha entre
el capitalismo rentista y el precariado, que es de la misma
inconsistencia que votar los créditos de guerra, y teorizar sobre
el precariado me parece una
traición. Alguna reflexión merece el asunto. ¿Por qué el
capitalismo productivo nos ha traído al capitalismo rentista? ¿El
capitalismo rentista no es el capital financiero? ¿A qué viene el
disimulo sobre la denominación de origen?
Solamente evitar la confrontación directa contra el capitalismo
justifica tal disimulo, al sentirse, el intelectual, separado de la
clase obrera, separado de la sociedad, tendiendo a teorizar la
impotencia al perder la perspectiva, justificando la carencia del
partido – el intelectual colectivo –, que no de organización
electoral, minimizando la importancia de la atomización de
la clase obrera y su falta de dirección. La burguesía tiene
dirección y a esa dirección debe la construcción de esa red, de
esa estructura institucional e internacional de las que obtiene
rentas inmorales, y
además, ineficiente – ¿demostró Marx la conexión entre la renta
y la plusvalía? – ¿Acaso los diferentes think tank no es el
cerebro que urde y articula al capital rentista, al capital
financiero? ¿Acaso las diferentes cumbres internacionales de los
gobiernos, no equivaldrían al politburo del
capital financiero, cuyos dictados ejecuta el gobierno del complejo
militar industrial? Defender la capacidad y la libertad de las
personas para elegir qué tipo de trabajo y a cambio de qué salarios
y condiciones quieren ofrecerse en el mercado de trabajo, ¿no rompe
la solidaridad?, ¿es por esto que existe precariado?, ¿no es por
esto que los sindicatos han traicionado a la clase obrera? ¿No es
por esto, que un trabajador, un juez, puede mudar de sala? Esto es
matute teórico.
La
lucha por el socialismo significa volver a reivindicar lo que se
proponían los primeros socialistas la expropiación de los medios de
producción y de la tierra, la expropiación de los expropiadores,
que actualmente, mediante la construcción institucional e
internacional de redes para obtener rentas inmorales,
una mil millonésima de propietarios tienen tanta como la mitad más
pobre. Esta reivindicación es la que puede soldar la atomización de
la clase obrera mundial, que hará iguales en derechos a los seres
humanos y que estos puedan disponer de su futuro sin tener que temer
si será Washington o Pyongyang el primero en desenfundar,
y la renta básica no es más que una idea tolerada y tolerable por
el poder, porque aparta la mirada del latrocinio legal del sistema,
que en España se ha vuelto irrespirable.
jmrmesas
veinte
de mayo de dos mil diecisiete
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