LA
GUERRA SIN REGLAS
LOS
EJERCITOS SIN UNIFORMES
LOS
SOLDADOS DE FORTUNA
En
términos teórico político, una adquisición es un conocimiento que
sirve de base para explorar el cambiante mundo de la lucha política,
pero sin un partido obrero que valore y compruebe lo bueno o malo de
una definición, lo acertado o desacertado de una teórica
adquisición, de un teórico conocimiento capaz de establecer
valores y límites para analizar los acontecimientos, la adquisición,
el conocimiento o las adquisiciones están en entredicho porque ese
conocimiento, o esos conocimientos no los pueden aplicar, no los
pueden utilizar grandes masas de militantes, de personas que los
pondrían a prueba al tratar de investigar con ellos para comprender
el cambiante mundo actual, y esta falta de difusión reduce su
validez, su utilidad como instrumento.
Hecha
esta definición paso a enumerar algunos conocimientos,
adquisiciones, que convenientemente utilizados podrían ayudar a la
sociedad, a esa masa del 99 por ciento, cuya enajenación la
convierte en colaborador, cuando menos, pasivo del reducido ámbito
del complejo militar industrial cuya capacidad de manejar los hilos
de la política mundial, es, afortunadamente limitado, pero muy
importante, manifestándose este hecho, en el choque de las
contradicciones sociales, políticas, económicas, culturales,
orgánicas, desde las cuales y a partir de las cuales, se llega a la
consciencia y se articulan nuevos comportamientos, nuevos enfoque.
Estamos
ante la agonía del capitalismo, tal como lo hemos conocido hasta
aquí, confinado en las fronteras estatales de las naciones que se
han ido formando en el largo proceso histórico, pero a lo largo de
cinco siglo, la potencia de las fuerzas productivas ha conseguido
unificar al mundo en el aspecto en el que la burguesía consigue
obtener beneficio, que es el terreno de la producción, el comercio,
las finanzas. En este terreno de arrancar las riqueza de los pueblos,
la élite burguesa ha conseguido hacer del planeta, un solo mundo, y
los más hábiles
pensadores,
cuando analizan este hecho se quedan en la cáscara, en vez de entrar
en el meollo del poder real, el de la riqueza efectiva que supone
poder tener influencias decisivas y decisorias sobre el futuro.
Esta
es una adquisición capital porque mientras el pueblo, la nación ha
quedado confinada en el terruño, la burguesía, el capitalismo se ha
hecho cosmopolita pero se ha apercibido del peligro de este hecho y,
por todos los medios, trata de evitar el contagio internacionalista,
cultivando el nacionalismo estrecho como fuente de manipulación, por
eso el BREXIT ha tenido éxito porque ha disparado los temores
pequeñoburgueses de los dirigentes políticos, que no quieren leer
lo que, en último término suponen los tratados comerciales
(TTIP/TTP), un mundo hecho por la minoría para explotar a los
pueblos.
Esta
unificación del mundo, este empequeñecimiento, se aceleró en el
último tercio del siglo xix porque la estructura económica ha ido
cambiando las relaciones de producción a un ritmo de, prácticamente,
cada treinta años, pero mientras las élites percibían los cambios
y se sumergían en ellos en pos de acaparar mercados y acumular
capital, la gente corriente no percibía los cambios de la misma
manera. El resultado es el actual, un mundo centralizado para el
capital y una división feroz, cultivada y mantenida por esa élite
cosmopolita liderada por el complejo militar industrial
estadounidense, en el que se reconoce toda la burguesía mundial.
Este
hallazgo, esta adquisición (el complejo militar-industrial) se la
debemos a la agudeza de un general y luego, presidente de Estados
Unidos que percibió el enorme impulso que le dio a la economía de
Estados Unidos la relación industrial y financiera con el gobierno
de la época. Eisenhower percibió que aquella relación fraguada
durante la SGM confería un enorme poder de esos grupos para influir
las decisiones políticas de los gobiernos turnantes, hasta el punto
que desmontar el entramado resultó imposible porque se había creado
una estrecha red de influencias, intereses, amistades que compartían
secretos y negocios. Fue esa red la que industrializó Europa tras la
guerra, la que forjó la OTAN, la que dio forma a la Carta de las
Naciones Unidas e instituyó sus departamentos funcionales, de los
que fue eliminado el comercio, porque las naciones europeas
perdedoras en la SGM, aun tenían algún poder y hubo que inventar la
Organización Mundial del Comercio, subordinada a Estados Unidos.
Estados Unidos se apoderó de Europa porque sus burgueses – los
burgueses europeos, sin distinción – tenían un miedo pánico a la
revolución obrera y Europa, que desde comienzos del siglo xx fue re
cristianizada por el socialismo, hubo de experimentar dos
guerras mundiales para disolver el germen socialista, igualitario,
solidaridario, inventando el fascismo, potenciando la corrupción,
comprando a lideres sindicales y lideres obreros.
La
alianza de los constructores de armas no es baladí porque esa
estructura orgánico-productiva-comercial es la industria que recoge
lo más puntero de la ciencia y la tecnología aplicada a una
mercancía solo al alcance de gobiernos. El capital financiero, la
fusión de la industria y la banca se reparten los presupuestos de
los Estados, los cuales se convierten – presupuestos – en un foco
de corrupción, como característica del compadreo de gobiernos y
grupos de presión, siendo, Estados Unidos el ejemplo más evidente
de la dispersión del dinero, el cual, difícilmente, llega a las
fuerzas armadas, porque en el camino ha servido para comprar
voluntades. Esta facilidad para engordar presupuestos militares es
una característica común del capital financiero en esta etapa final
del modo de producción de mercancías, cuyo colofón lo certifica
Oxfan, cuando en su ultimo informe nos dice que el uno por ciento del
conjunto humano tiene más dinero que el 99 por ciento restante, sin
que la indignación haga saltar a la sociedad escarnecida.
EL
JUEGO DE LA GUERRA DE LOS EJERCITOS
El
poder destructivo de las armas actuales, capaces de destruir varias
veces el planeta, hace del enfrentamiento bélico una especie de
juegos de póquer en el que cada apostante trata de apabullar al
oponente, por eso, un enfrentamiento entre potencias es difícilmente
que ocurra, aunque la manera más cierta de vigilar a las grandes
potencias es observar la relación de esas otras potencias medianas –
Japón, Corea (norte y sur, no del norte contra el sur, sino el
comportamiento político del norte y del sur, en relación a los
acontecimientos), India, Turquia, Arabia Saudí, Israel –, para
poder entrever los cálculos de los grandes. Esas relaciones nos
permiten suponer con un determinado grado de fiabilidad las
intenciones de las grandes potencias, y en este juego hay, por ahora
dos grandes bloques, la vieja burguesía nucleada en torno a Estados
Unidos, y la alianza entre la buroburguesía china y los nuevos
burgueses rusos. No es necesario ser muy perspicaces para entender
que el núcleo duro, el kernell del complejo militar industrial
comprende muy bien que Europa debe ser destruida porque es la
garantía de supervivencia del agónico capitalismo, pero un
enfrentamiento clásico, tal como la SGM, es difícilmente asumible
porque la burguesía tendría pocas posibilidades de defender sus
valores, concretamente, defender sus intereses haciéndolos pasar por
el interés común.
El
despliegue militar de la OTAN en Europa es un farol porque el
complejo militar industrial sabe que una parte importante de la
sociedad Europea, les volvería la espalda, pero ese farol, ese bluff
se acompaña de un despliegue del terrorismo, y ese dato apunta al
juego encubierto de mover fuerzas especiales, fuerzas de las
que el complejo militar industrial, se puede lavar las manos porque,
al parecer aún los funcionarios encargados de mantener el invento
destruyen
lo que leen, claro, que siempre nos quedará Trump y
Hillary.
La
acusación machacona de Trump acusando a Hillary de ser la inventora
del Estado Islámico debe tener mucho fundamento, cuando lo lanza
incansablemente durante toda su campaña. ¿Asumiría Sanders ser un
mal perdedor pero un posible buen presidente?
Veamos.
Los acontecimientos, aunque se manipulan para llevar las aguas a los
molinos interesados, a veces, las aguas toman senderos no previstos.
El islamismo radical fue un invento de la CIA – que según parece,
sigue funcionando – puesto en marcha para sacar a la URSS de
Afganistán y acabar con los políticos afganos favorables a
modernizar su país. Para entender lo que ocurre es muy importante
comprender que todo esto es posible por el profundo deterioro de las
relaciones sociales, y en último termino, humanas que produce un
sistema en descomposición, y que es por esta descomposición que las
alianzas se reblandecen porque el horizonte cambiante augura
fenómenos nuevos e impredecibles. Retomando el hilo. El Estado
Islámico – Daesh – formado por instructores militares de la
Academia (Academi, antes Blackwater), es la forma que toma la lucha
mercenaria, en la actualidad y mientras en Siria se manifiesta como
fuerzas organizadas identificables, fuera de Siria actúan como
aquellas unidades emboscadas del final de la SGM, en la que los
combatientes ¿terroristas?, se vestían con el uniforme del enemigo
y hablaban la lengua enemiga a la perfección.
El
moderno terrorismo que tiene su raíz reciente en los acontecimientos
del 11S es el plan del capital financiero internacional para tener al
mundo bajo control, y esto, que comentan en petit comité
expertos e intelectuales, cuando se levanta el telón, callan
miserablemente.
Europa,
los burgueses europeos, los gobiernos europeos callaban como lo que
son, porque el Daesh estaba controlado, quedaba lejos, y los
refugiados, todavía no eran un problema. El petroleo robado por
Daesh fluía a través de Turquía e Israel y Erdogan y allegados se
enriquecían mientras que islamismo tranquilo de Erdogan
pudría el laicísmo de la sociedad turka, chalaneando con la Unión
Europea el precio de su dique de contención de huidos del terror
diseñado por Academi. ¿Hará falta repasar esas fotos de estaciones
europeas de ferrocarril, para ver en ese movimiento de masas una
operación de logística militar? Ante ese movimiento de masas el
Welcome Refugees es el grito asustado de la pequeña burguesía
impotente de movilizarse para frenar y detener una guerra de rapiña
del capital financiero apadrinado por Estados Unidos. Ese grito
asustado coreado por la izquierda educada y culta incapaz de
identificarse abiertamente contra el latrocinio de Oriente Medio
porque es incapaz de movilizar a los propios ciudadanos para luchar
contra el latrocinio de los propios burgueses, los propios banqueros,
los propios industriales, sus nobles que sacan el dinero del país
hacia lugares más seguros es un grito impotente. Es la confirmación
de la palabrería sobre la deuda de las naciones diseñadas por los
polícos burgueses en colaboración con los banqueros, es la
concreción del complejo militar industrial en cada país. No quieren
darse cuenta que el sacrosanto derecho a brindar protección y amparo
a los huidos del terror es puntual, porque no se puede acoger al
medio mundo que huye del otro medio, hay que poner remedio y el
remedio es la justicia social. Sin justicia social, sin revolución
social, todo volverá a ser controlado por el fascismo.
UN
TOQUE DE ATENCIÓN A LA IZQUIERDA
Pregunta
el entrevistador al intelectual Habermas si el nacionalismo es la
roca solida desde la que construir la identidad nacional (véase el
enlace), lo cual ya da idea de la hondura de la reflexión, pero
después de no aclarar nada ni del BREXIT ni del nacionalismo me
asombra que ambos intelectuales – el entrevistador es otro
individuo cultivado – de que ambos limiten su pensamiento a la
estrechez nacional cuando el capitalismo es la globalización de, y
para los poderosos, insisto, como certifica Oxfan. En esta fase
agónica del capitalismo, que tiene indudables orígenes nacionales,
pero que el impulso de las fuerzas productivas ha ido cambiando la
estructura económica cada treinta años desde hace 150 años
descomponiendo esa superestrutura jurídica y política, fraguando un
capitalismo cosmopolita, las rocas solidas desde la que construir las
identidades nacionales son potencialmente gérmenes de conflictos
interétnicos, entre naciones, entre las diferencias inevitables que
aprovechan los poderosos para mantener a cada ganadería en el
corral nacional correspondiente mientras engorda sus cuentas de
resultados, y lo que toca es que la izquierda asuma, como poco, la
construcción de la nación Europa, la nación del continente de
EURASIA, porque el complejo militar industrial quiere la desaparición
de Europa como garantía de su dominio y en la deriva que toma la
construcción de mercancías, las
Armas de Destrucción Masivas, las armas nucleares,
atómicas, son cada vez más pequeñas y manipulables por unidades
más reducidas, y si el control de submarinos nucleares, bases de
misiles y bases aéreas esta controlada por una estructura jerárquica
bien determinada, armas más pequeñas y manejables pueden burlar esa
cadena y el terrorista, ese individuo, del que nadie se
responsabiliza, lavándose las manos puede crear esa destrucción
querida por el complejo militar industrial, pero, deliberadamente
entrenado, adoctrinado, financiado – no existen lobos solitarios –
pueden desencadenar consecuencias catastróficas, y la izquierda, que
desde su origen, se enfrentó al capitalismo, no puede, ni debe hacer
concesiones a lo razonable,
porque el razonamiento comprensivo con la economía, con
los compromisos, como se esta viendo en Turquía, es facilitar la
labor de zapa del capital financiero, y antes de que ocurran mayores
ataques, antes de que el fascismo se adueñe de Europa, la izquierda
debe salir del corral nacional y organizar la movilización de y en
Europa contra una economía y unos compromisos que ahogan a los
pueblos, la movilización contra la guerra en Oriente Medio, para
garantizar a esos pueblos su derecho a sus riquezas y a vivir en paz.
Lo demás son juegos florales.
¿Hará
falta recordar la necesidad de una organización internacional para
organizar la lucha?
¿Hará
falta reflexionar que semejante despliegue de medios del complejo
militar industrial ni se improvisa ni está dejado correr al albur ?
jmrmesas
veinticuatro
de julio de dos mil dieciséis
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