miércoles, 27 de octubre de 2010

REGOCIJO



El FMI se alegra porque las economías emergentes en Asia, empezaran a cerrar la brecha entre las rentas de los trabajadores de los países más industrializados y los de esas economías habida cuenta de la afluencia de los capitales hacia esas economías en alza. Claro es que la brecha se empezará a cerrar de inmediato, puesto que al cabo de algún corto espacio de tiempo, esos trabajadores de las economías emergentes serán tan pobres como nosotros.  Los terrenos de la tecnología, de juegos, principalmente, pero también otros, todo es novedad, innovación, progreso, y eso lo dice un experto, R. Ozzie, un dirigente de una empresa de informática  constata la inflexión que se produce en Internet cada cinco años, y que ahora vaticina que en un pis-pas, los ordenadores sobrarán porque toda la información estará en la “nube”  ; los terrenos de la economía, del trabajo, todo es rutina, explotación, carcundia, para qué cambios, si la maquina de extraer plusvalía del obrero funciona a la perfección;   pero lo que más me incordia es que desde ningún ámbito se de respuesta, ni se pidan explicaciones por ese 70 % de dinero que está fuera de la economía productiva, que solo sirve para que los especuladores ataquen nuestras difíciles condiciones de vida y de paso, para lograr asustar –consiguiéndolo-  a los gobiernos, que se desviven por agradar a los mercados.

El setenta por ciento del dinero que no se emplea en la economía real, viene a ser 2,33 veces el valor de la economía productiva, lo que quiere decir que sobraría dinero para abordar planes para acabar con el hambre en el mundo, para erradicar el analfabetismo de la faz de la tierra, para conseguir una sanidad planetaria, para inversión en tecnología ecológica que nos independizase de los combustibles fósiles y contaminantes, y además, teniendo en cuenta, que aparte de dinero existe ciencia, y dinero para una ciencia no dependiente de la investigación militar, ya que todos o casi todos los ambientes, la cacharrería que rodea nuestra cotidiana existencia son subproductos para rentabilizar la industria guerrera, costosísima para el ciudadano corriente pero muy rentable para las corporaciones industriales de armamento, por eso me indigna que los economistas, sociólogos,  publicistas, políticos, dirigentes sindicales y un largo etcétera, ignoren ese 2,33 veces el valor de la economía productiva, guardados en los santuarios del dinero, en esos paraísos fiscales, protegidos por los gobiernos de todo el mundo, que es la verdadera arma de destrucción masiva con la que los especuladores-financieros-banqueros-mercados-225, chantajea a los gobiernos que los ciudadanos eligen y que los mercados dirigen.

La cruel realidad es que todo el tingladillo global esta montado para uso y disfrute de ese puñadito de “mercados”, los cuales han conseguido aprender a la perfección el funcionamiento del sistema, en todo su desarrollo, pues el recorrido vital de cualquier hijo de “mercado” es ... universidad elitista-ejecutivo en la gran empresa-paso por el gobierno-vuelta a la universidad o ejecutivo de lujo en la gran empresa-asesor político de cualquier gobierno-..., y en ese periplo, ¡que se produce una catástrofe tipo EXXON-VALDEZ, pues nos inventamos los seguros tipo  Credit  Default Swaps!, o un grupete de amigos se inventan una agencia de calificación de riesgo esas que te califican con tres letras, aunque lo más curioso del caso es que cuando se produjo la quiebra financiera, ni el FMI, ni ninguna agencia de calificación, nadie predijo ni dijo nada, y encima, los dirigentes democráticos les dan explicaciones, ¡no les piden!, ¡les dan!, explicaciones cuando pasan por donde suelen.  Y esto es así en cualquier país.

Y si el mundo estuviera cambiando delante de nosotros, y no fuésemos capaces de percibirlo porque nuestras concepciones mentales no son capaces de recomponer el abigarrado panorama de acontecimientos. Y si Julián  Assange no quisiera hacer daño al Pentágono sino ser coherente con lo que se dice defender.   Lo interesante del caso, una vez publicado, todos tienen que posicionarse y corregir las maldades, si efectivamente eran, son, comportamientos aleatorios, y no comportamientos decididos conscientemente porque todas las guerras en Afganistán, como en Iraq, como todas las guerras,  son las guerras de la Helliburton de turno, es decir, guerras económicas, guerras de rapiña, en donde se configuran los mercados, esos que luego deciden que tenemos que trabajar más y ganar menos, para honra y prez del caduco capitalismo.     

                                                     jmrmesas

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